El itinerario se debe iniciar en el Paseo del Prado, frente a la antigua sede de la Casa Sindical (actual Ministerio de Sanidad) donde Cabrero y Aburto no se amedrentan ante el símbolo que supone el Museo del Prado de Juan de Villanueva, y levantan un edificio que supondrá la entrada de la modernidad en la arquitectura española después de los tímidos intentos de los años treinta truncados por la Guerra Civil y en medio de un panorama que prometía ser desolador para la arquitectura y la cultura, y que ellos con su obra se encargan de poner el punto de inflexión necesario.

Se proponen cuatro etapas para realizar el itinerario:

• Plaza de Colón - Plaza de Emilio Castelar
• Joaquín Costa - Colina de Los Chopos
• Nuevos Ministerios - AZCA
• Plaza Castilla - Prolongación norte Paseo de la Castellana
  

• Plaza de Colón - Plaza de Emilio Castelar:
  


Desde la Plaza de Colón se contemplan las torres del mismo nombre, obra de Antonio Lamela, edificio al que su intervención posterior parea adecuarse a la legislación sobre seguridad le hizo rejuvenecer su aspecto.

En el tramo que se inicia aquí y termina en la Plaza de Emilio Castelar se encuentran algunos ejemplos de arquitectura española contemporánea que han marcado una época. En especial la actuación de Rafael Moneo en el edificio de Bankinter, quien plasmó de este modo un camino singular y particular de entender la arquitectura como hecho in disociado a la ciudad y al entorno. Aunque también es interesante una obra desconocida y atípica de Miguel Fisac que encontramos en este trayecto, la sede de IBM.

El otro edificio paradigmático es la antigua sede de Bankunión (hoy oficinas de la Unión Europea en España), obra de José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún. La utilización de materiales modernos no está reñida con su tratamiento plástico y la utilización de formas artísticas, rompiendo los sobrios modelos de la arquitectura moderna de hierro y cristal.

El trayecto se completa con algunas actuaciones en media altura de cierta singularidad como son el edificio de La Unión y el Fénix, el edificio Pirámide, unas viviendas de Casto Fernández Shaw en el Paseo de Recoletos, o las bellas y elegantes formas que aportan el Puente elevado sobre la Castellana que une Juan Bravo y Eduardo Dato junto con las salidas de emergencia de los túneles de RENFE dispersas y casi escondidas por la arboleda de los bulevares de esta zona de Castellana.

La Glorieta de Emilio Castelar ha visto erigirse en su rededor algunas arquitecturas notables: el edificio Castelar (sede de los seguros Catalana Occidente) con su singular pilar que soporta con esbeltez el resto del conjunto, enfrente se alza el elegante conjunto de cristal del edifico Allianz; y remata la plaza el interesante conjunto de viviendas de Castellana, 63.

Un poco más al norte se puede comprobar la evolución del carácter simbólico y representativo de la arquitectura comparando el actual Hotel Intercontinental con la sede institucional de La Caixa.

• Joaquín Costa - Colina de Los Chopos:
  


En el lateral este de la Castellana se han erigido en torno a la calle Joaquín Costa y la conocida como Colina de Los Chopos una serie de obras que han conformado un auténtico conjunto educativo, cultural y científico. Las tres obras centrales de este entorno son el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, donde Miguel Fisac consagrará el inicio de su leguaje personal como búsqueda de nuevas formas deudoras de los caminos que se distanciaban en los cincuenta del Movimiento Moderno; la otra referencia del lugar y obra emblemática de nuestra arquitectura la constituye el Gimnasio del Colegio Maravillas, obra de Alejandro de la Sota, quien dicta una de sus mejores lecciones salvando un proyecto difícil con habilidad, versatilidad y su apreciada luminosidad; el tercer epicentro de esta zona es la Residencia de Estudiantes, no sólo por lo emblemático de la institución para nuestra riqueza cultural sino porque allí se encuentra uno de los mencionados destellos de la arquitectura anterior a los años 30.

No debemos dejar de visitar las dos actuaciones habitacionales de cierto calado y que supusieron la conexión con las corrientes racionalistas del periodo de entreguerras: las viviendas de El Viso y del Parque Residencia.

Para entender los nuevos caminos de la arquitectura española contemporánea es bueno detenerse un momento frente al Colegio Maravillas en la Iglesia de San Agustín, obra del arquitecto Luis Moya, quien pretende en la posguerra la recuperación de los viejos lenguajes arquitectónicos más cercanos al espíritu del Régimen que al verdadero camino que seguirá nuestra arquitectura.

• Nuevos Ministerios - AZCA:
  


En la década de los 30 la zona donde se ubicaba el antiguo Hipódromo (hasta la erección del nuevo y tan celebrado hipódromo de la Cuesta de las Perdices del ingeniero Torroja), se vio sometida a una profunda transformación para dejar hueco al crecimiento urbano de Madrid por el norte continuando el eje Castellana. Los conocidos como Altos del Hipódromo no sólo dejaron hueco a las mencionadas viviendas de las colonias El Viso y Parque Residencia, sino que también fueron el lugar elegido por el gobierno de la Ii república para ubicar lo que pretendía ser el edificio emblemático de la capital: los Nuevos Ministerios. Obra encargada y diseñada por Secundino Zuazo, quien como su edificio sufrió en carne propia los avatares de la Guerra Civil y la posterior y dura posguerra. En la acera contraria de la Castellana, se alza una obra de gran interés en la trayectoria de un arquitecto, amigo de Zuazo, pero alineado en el bando vencedor, Luis Gutiérrez Soto, un arquitecto que había demostrado conocer bien el lenguaje racionalista de los años treinta en su emblemática y desaparecida Piscina La Isla, quien sin embargo no tendrá reparos en contentar el discurso de falso vínculo historicista del Régimen con los antepasados del imperio español, al erigir el discutido Ministerio del Aire de Moncloa, con su calculado aire escurialense. Y a pesar de todo y pese al disgusto de cierta clase militar, Gutiérrez Soto, un arquitecto extraordinario, rinde cierto homenaje a los Nuevos Ministerios de Zuazo con el edificio del Alto Estado Mayor del Ejército, donde tras un giro de 180 grados recupera con gran calidad el aire racionalista y moderno de sus obras anteriores. No muy lejos y cerrando este racionalismo institucional tan característico de este momento se encuentra la antigua sede del Instituto Nacional de Colonización y Desarrollo Rural (hoy Ministerio de la Vivienda).

Este interesante debate histórico se deja atrás al cruzar al otro lado del paso elevado que corta la Castellana y une Joaquín Costa con Raimundo Fernández Villaverde, y presentarse ante el terreno de la zona de AZCA, primer intento de crear una zona de negocios marcada por la arquitectura. Aunque al desaparecido Windsor le acompañan otras obras como el complejo Cadagua, sin duda ninguna, la gran obra del lugar y posiblemente la más bella edificación en altura de nuestro país (hecha por un arquitecto español) es la sede del BBVA, gran obra maestra de Francisco J. Sáenz de Oiza.

Otras construcciones en altura que merecen destacarse más al norte son la Torre Europa y el actual Ministerio de Industria. Dos espacios dedicados a la representación colectiva que en su momento marcaron cierta vanguardia en sus respectivas categorías son el Palacio de Congresos, con su inconfundible mural de Miró en la fachada y el remozado Estadio Santiago Bernabéu.

• Plaza Castilla - Prolongación norte Paseo de la Castellana:
  


El tramo final del itinerario se inicia en la Plaza de Castilla, con las conocidas como Torres KIO (Puerta de Europa), una arquitectura que se reconoce en la propia de los noventa, más atenta en muchos casos a jugar con las formas en sentido escultórico y a retorcer hasta límites insospechados las posibilidades de la tecnología y la ingeniería. Esta obra tardía, cuya ejecución se encargó aun grupo de arquitectos dirigidos por Philip Johnson nos muestra la entrada de arquitectos extranjeros en la arquitectura emblemática madrileña del eje Castellana. Cabría citar la Torre Picasso en el complejo AZCA, obra también grupal dirigida por el japonés Minoru Yamasaki, y en especial las futuras torres de la prolongación de la Castellana en los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, donde ya se levantan las torres diseñadas por César Pelli, Norman Foster y el estudio Pei, Cobb, Fred & Partners. Sólo una de las torres, la de la Constructora Sacyr-Vallehermoso ha sido encargada al estudio español de Rubio Carvajal y Álvarez Sala.

Esta gran actuación arquitectónica se complementará por el este de la Castellana con el proyecto de la conocida como Operación Chamartín, operación dirigida por el Taller de Arquitectura Ricardo Bofia, quien prevé la construcción de más de 20.000 viviendas y 15 grandes rascacielos en la superficie recuperada tras la reordenación y soterramiento de los viales ferroviarios de la estación de Chamartín.

Pero esta zona hoy en plena ebullición es ya testigo de tres interesantes actuaciones arquitectónicas. La nefasta reforma de un edificio emblemático en la más pura tradición miesiana del uso del hierro y cristal, como era el antiguo edificio de la SEAT (hoy sede de Repsol), obra de Echaide y Ortiz Echagüe, Barbero y de la Joya; edificio que precede a la Colonia San Cristóbal, viviendas sociales para los empleados de la EMT construidas por S.Zuazo una vez pasados sus años de destierro y donde queda latente la dignidad constructiva aún en lo que entonces era la periferia urbana de un gran arquitecto.

Pero sin duda, y enlazando con el inicio de este itinerario, la más emblemática de las edificaciones en altura de este entorno, es la sede del antiguo Diario Arriba, obra de Francisco Cabrero, edificio de una racionalidad y ortogonalidad que nos remiten a su participación en el Edificio Sindicatos, y que hablan por sí mismos de la sencillez y sinceridad constructiva como valores propios e intemporales frente a los colosos que emergen a su alrededor.