Caleras de las proximidades de Quijorna (Términos municipales de Quijorna y Valdemorillo) 


 Como Se Elaboraba La Cal

Todos los hornos reconocidos en la zona se parecen, son tipo cuba: cilíndricos o ahusados, y están excavados en el suelo para evitar pérdidas de calor (Fig.-6). Tienen 3 ó 4 m de profundidad y 2 ó 3 m de diámetro. Su construcción se realizaba por lo general empleando mampuestos de rocas metamórficas de las proximidades y se recubrían internamente con arcillas, debido a su carácter refractario. En la parte inferior presentan una puerta (Fig.-7).

Horno de cal de casas del Vétago

Fig.-6.-Horno de cal de casas del Vétago.

Puerta de acceso a la plaza en una calera de casas del Vétago

Fig.-7.-Puerta de acceso a la plaza en una calera de casas del Vétago.


En esta zona las calizas cretácicas son de tono azulado o amarillento, aparecen algo alteradas, siendo su espesor escaso (2 a 4 m) y su extensión lateral no muy grande. No estamos ante un buen yacimiento, pero las rocas carbonatadas se han explotado como piedra ornamental para las construcciones locales y, sobre todo, se han utilizado para cal. Hemos localizado en la zona de Jarabeltrán-Camino de las Rentas (Valdemorillo) cerca de 20 hornos (Figs.-2 y 3), así como dos molinos, mientras que en la zona del Vétago (Quijorna-Valdemorillo) quedan al menos restos de 13 caleras. Estos vestigios industriales ponen en evidencia la importancia productiva histórica de este territorio.

Para aportar el calor necesario en la calcinación se empleaba cualquier tipo de combustible, tal como leña fina, jaras, matojos, etc. En los últimos tiempos se pasó al carbón. Esa operación duraba unos tres días o más y los caleros debían vigilar de forma continua el proceso. Transcurrido este tiempo se enfriaba el horno durante otros tres o cuatro días.

A continuación los caleros “desarmaban el horno”: Los trozos pétreos de la parte superior, denominados “la croqueta”, se tiraban y el resto se descargaba, durante dos días, descartándose para la obtención de cal la piedra mal cocida.

La piedra bien cocida se transportaba en bruto a sus mercados.

Junto a algunos hornos aparecen molinos tipo atahonas, que eran movidos por caballerías, tal y como hemos observado en Jarabeltrán, Valdemorillo (Figs.-8 y 9).

Piedra de molino

Fig.-8.-Piedra de molino, Jarabeltrán.

Piedra de molino y edificio para albergar la molienda

Fig.-9.-Piedra de molino y edificio para albergar la molienda, Jarabeltrán.


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