PATRIMONIO  RUTAS  ESPACIOS NATURALES > LAGUNA DE SAN JUAN Y OTRAS LAGUNAS DE LA COMARCA DE CHINCHÓN
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Datos Básicos

 Objetivo de la ruta 
 

Observaciones paisajísticas, botánicas y ornitológicas en uno de los pocos complejos palustres bien conservados existentes en la Comunidad de Madrid. Este itinerario tiene interés en cualquier época del año, a excepción del verano cuando el nivel de la lámina de agua de la laguna está en su límite inferior.

 
     
 Didáctica 
 

Lecciones sobre la geomorfología aluvial-miocénica del paisaje, vegetación palustre y gipsófila, avifauna y conocimiento territorial sobre los aprovechamientos y usos tradicionales humanos.

 
     
 Accesos por carretera 
 

Se llega a la carretera comarcal M-404, desde Titulcia a Chinchón, y a unos 50 m, tras pasar el puente sobre el Tajuña, se toma un desvío a una carretera de tierra hacia la derecha. Si no se dispone de coche existe una línea de autobuses de Madrid a Chinchón y Titulcia.

 
     
 Alojamientos 
 

Existe amplia oferta hotelera en Chinchón, población muy turística por su interés cultural y gastronómico. El refugio más próximo es el Refugio "Villamanrique de Tajo", situado en el mismo enclave que le da su nombre, abierto solo para reservas de grupos.

 

 
     
 Longitud del recorridos posibles 
 

A la Laguna de San Juan, desde el desvío que se toma desde la carretera, donde habremos dejado los vehículos, el recorrido es de 4 km entre ida y vuelta; desde Titulcia (recorrido 1) son unos 15 kilómetros y desde Chinchón (recorrido 2) unos 23 kilómetros, también entre ida y vuelta.

 
     
 Observaciones 
 

Se recomienda proveerse especialmente de agua, sobre todo en las épocas más calurosas ya que, en esta zona, escasean las fuentes de agua; además, nos aprovisionaremos de gorra y protectores solares. Para la buena observación de las aves es preciso el uso de prismáticos.

 
     

Reseñas

 Valores naturales y conservación 
 

La Laguna de San Juan, junto a la de San Galindo, Casasola y Dehesa de Villaverde, forman un rosario de lagunas fluviales a lo largo del curso bajo del río Tajuña. Situada en la margen izquierda de éste, la laguna de San Juan constituye, desde 1991, un Refugio de Fauna gracias a las labores de recuperación y regeneración que se realizaron por intervención de la Administración. Las lagunas del valle del Tajuña se alimentan de la lluvia, de las aguas subterráneas por filtración y, eventualmente, del propio río cuando se desborda. El aporte de sedimentos, por el carácter endorreico de estas lagunas, junto con la acumulación de residuos orgánicos provocan, con el paso del tiempo, la colmatación de estas zonas húmedas. En 1981 la laguna estaba completamente colmatada, era un extenso carrizal mezclado con pastizales sin lámina de agua al descubierto. Entonces, se firmó un convenio entre la Ayuntamiento de Chinchón y la Diputación Provincial de Madrid para coordinar un plan de vaciamiento y eliminación del exceso de residuos.

 

 
  Laguna de San Juan  

 

La Laguna de San Juan está citada en el catálogo de los lagos de España de Pardo, publicado en 1947, con 1 km de largo por medio de ancho y con una escasa profundidad (15-20 cm). Actualmente, los niveles de agua pueden oscilar entre 70 cm y casi los dos metros, lo que permite la acogida de un buen número de aves acuáticas y palustres, y constituye un buen asentamiento para paseriformes, especialmente estorninos. La especial configuración de la zona donde se ubica esta laguna y la proximidad de otras lagunas son, asimismo, factores que influyen en el número de poblaciones de aves presentes a lo largo de las distintas épocas del año.

 

     
  Laguna de San Juan  

 

La peculiar geomorfología del Valle del Tajuña se debe a la acción erosiva del río y a las aguas torrenciales, que producen en sus márgenes escarpes casi verticales. Estos escarpes están integrados, básicamente, por potentes bancos de yesos y margas yesíferas, fácilmente solubles por las aguas meteóricas. El relieve "invertido" de este valle de erosión está formado por tres elementos: una altiplanicie, los páramos o "alcarrias", constituida por calizas del Mioceno; las vegas o campiñas, formados por materiales de aluvión depositados y constituidos por litologías arcilloso-limosas con arenas y cantos dispersos; y, por último, los taludes de conexión o cuestas. Este paisaje geomorfológico dota a las lagunas y su entorno de una gran diversidad de comunidades vegetales especializadas. Las más interesantes, quizás, sean las comunidades gipsófilas que colonizan los substratos yesíferos de los cerros de este valle y que son capaces de adaptarse a las drásticas condiciones de estos suelos, especialmente a la sequedad. En estas comunidades tan peculiares prosperan una buena cantidad de endemismos (especies vegetales de reducido areal).

El Refugio de Fauna presente en este enclave palustre debe su existencia a varios factores naturales. El valle bajo del Tajuña es un área bastante térmica, sin temperaturas extremas, con una apreciable cantidad de invertebrados de actividad invernal y de vegetales productores de frutos de maduración tardía. Por ello, multitud de aves bajan en la época de invierno procedentes de Europa Central para pasar la estación desfavorable en este área mediterránea. La avifauna representa uno de los grupos animales más conspicuos de las zonas húmedas y sirve como punto de referencia para conocer su "estado de salud" y de conservación. Las lagunas, además de ser utilizadas como lugar de nidificación por las aves, también presentan gran importancia como descansaderos de aves en migración o bien como lugar de invernada.

A partir de los trabajos de rejuvenecimiento y acondicionamiento de la Laguna de San Juan se ha ido instalando, de manera progresiva, un zooplancton formado por larvas de diversos órdenes de insectos, crustáceos, peces, galápagos y culebras de agua. Desde el punto de vista avifaunístico las comunidades que han ido asentándose son las comunidades de la lámina de agua de anátidas (Anas sp. pl.) y fochas (Fulica sp. pl.); la de ribera y carrizal, formada por zancudas; la de los cortados yesosos, de aves rupícolas como el abejaruco común (Merops apiaster), el avión zapador (Riparia riparia) y el halcón peregrino (Falcus peregrinus); y, sobre el páramo, las comunidades de aves esteparias como la avutarda (Otis tarda) y la alondra (Alauda arvensis).

 

     
  Avutarda   Alondra  
 
     
 Itinerario 
 
  Proponemos un itinerario que discurre desde Titulcia a la Laguna de San Juan (itinerario 1) y una variante de éste, de trayecto más largo, a partir de Chinchón (itinerario 2). De esta forma, el itinerario resulta más completo, al discurrir entre las plantaciones de la vega; también, de este modo, se podrá obtener una visión más amplia de todo el marco natural del valle del río Tajuña. El itinerario 1 parte desde la plaza de Titulcia, a partir de la cual, a unos 50 metros, se toma la carretera de Villaconejos. Se transita esta carretera, que más tarde abandonaremos. Sobrepasamos el cauce del río Tajuña, sobre el que habremos apreciado unos bosques de galería con abundantes carrizos (Phragmites australis).
  Carrizos

 

La composición forestal de los pequeños bosquetes del río Tajuña está formada, principalmente, por álamos blancos (Populus alba), chopos negros (Populus nigra), olmos (Ulmus minor) y fresnos (Fraxinus angustifolia). A unos 600 metros alcanzaremos, a la izquierda, la pista forestal de ancho trazado. A partir de aquí caminaremos por la vega del Tajuña, paisaje rural y agrario de gran interés por su potencialidad productiva, y aprovechada por los cultivos hortícolas y los frutales. El cultivo dominante es el maíz, aunque también podremos reconocer otras siembras como el cereal, el ajo o la judía blanca. El chochín (Troglodytes troglodytes), pequeño pájaro de color pardo y la lavandera blanca (Motacilla alba) son comunes entre estos campos de cultivo. Siguiendo la pista tomaremos una desviación que nos llevará hasta el cantil yesífero que bordea la laguna. Llegaremos a una caseta de madera, que sirve como punto de vigía ornitológica donde se centrarán las observaciones de aves acuáticas. Entre las aves nidificantes podremos observar a la focha (Fulica atra) y polla de agua (Gallinula chloropus), de las más abundantes, el zampullín chico (Podiceps rufficollis) que permanece todo el año en la laguna, exceptuando la época de sequía y el ánade real (Anas platyrhinchos), el mayor de los patos nadadores. Entre los carrizos nos podremos encontrar con el carricero común (Acrocephalus scirpaceus). En la época invernal podremos observar las aves invernantes, que pasan esta época en la laguna. Entre ellas destacan el ánade friso (Anas strepera) y la cerceta común (Anas crecca).

 

   
  Chopo negro Olmo Reseda suffruticosa  

 

 

 

Las riberas de la laguna están colonizadas por un marjal de carrizo y espadañas (Typha latifolia) adornándose, en ocasiones, con la presencia del lirio amarillo (Iris pseudacorus). A medida que aumenta la distancia a la orilla, disminuye el aporte del carrizal, aumenta la salinidad del substrato y aparecen comunidades herbáceas y juncales en las que se asientan una buena cantidad de especies típicamente manchegas, como Sonchus maritimus, Cirsium monspessulanum y Juncus maritimus. En la lámina de agua de las lagunas prospera la vegetación acuática dulceacuícola que desaparece con la desecación estiva.
laguna de Peñalara

 

Son destacables algunas plantas acuáticas, como las algas filamentosas, vulgarmente conocidas como la ova o broza de agua (Chara sp. pl.) y plantas vasculares como Ranunculus trichophyllus, Polygonum amphibium y Lemna gibba.

La densa vegetación que rodea la laguna nos impedirá apreciar la totalidad de su extensión. Para ello, podremos ascender por la ladera de yesos miocénicos para coronar el pequeño cerro que, sobre el lugar, se alza. Desde este punto se podrá contemplar el conjunto del paisaje, con todos los elementos geomorfológicos del valle del Río Tajuña. Además, podremos observar las distintas comunidades gipsófilas típicas de estos páramos, como los espartales de atocha (Stipa tenacissima), una gramínea perenne y robusta; los tomillares y los jabunales de Gypsophila struthium, un pequeño arbusto de florecillas blancas, donde crecen algunos endemismos y plantas interesantes como Reseda suffruticosa, Centaurea hyssopifolia, Antirrhinum graniticum y Teucrium gnaphalodes. A través de nuestros prismáticos podremos divisar algunas aves propias de estos páramos y cantiles como el abejaruco, la grajilla (Corvus monedula), la paloma zurita (Columba oenas), y el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), especies migradoras que nidifican en la zona y otras aves que, únicamente, se encuentran en la época que realizan la migración, como el avión zapador y el halcón peregrino.

 

El itinerario 2, desde Chinchón, comienza en las parameras calcáreas, entre los más característicos cultivos de la región madrileña; son tres las siembras predominantes: vid, olivo y cereal; nuestro camino desciende a la vega del Tajuña por un escarpe yesífero. Antes de iniciar la marcha habremos hecho una visita, casi obligada, al castillo de Chinchón, de trazado gótico original y a la ermita de San Antonio, cuyo ábside románico data del siglo XI.A un kilómetro del centro urbano de Chinchón, en el desvío de la carretera hacia Titulcia y Villaconejos, tomamos una pista forestal a la izquierda. Caminaremos por esta pista, con cuidado de no despistarnos y tomar alguna de las muchas ramificaciones que se bifurcan. Después de haber andado 800 metros, entroncamos con otra vía, que desciende desde el pueblo.

  laguna de Peñalara

A lo largo de ésta podremos contemplar los cerros salpicados de olivos y algún que otro pino residual de antiguas repoblaciones. Continuaremos, siempre tomando las bifurcaciones a la derecha, para poder conectar con una ancha pista forestal de perfecto trazado que, esta vez, continuaremos a nuestra izquierda. A partir de aquí tomaremos un tercer ramal a la izquierda, que nos llevará al semiderruido Castillo de Casasola, una edificación medieval del siglo XV. Desde aquí, descenderemos por el cortado yesífero para alcanzar la pista forestal que, junto al cortado, progresa hacia la izquierda. Entre plantaciones de la vega se encuentra, a la derecha del camino, la Laguna de Casasola. Esta laguna no es tan destacable como la Laguna de San Juan, pero en ella existe un dormidero de estorninos (Sturnus sp. pl.) y urracas (Pica pica). Atravesamos la carretera que enlaza con Titulcia para desembocar a la pista que lleva directamente a la caseta de madera de observación de aves, donde podremos continuar disfrutando de nuestra jornada.

 

   

Diseño realizado a partir del Mapa Militar de España (escala 1:100.000). Servicio Geográfico del Ejército

 

Para saber más