Para proporcionar la suntuosidad deseada a este edificio, Arbós utilizó una gran variedad de materiales de construcción, tanto naturales (calizas, granitos y mármoles) como artificiales (ladrillos, cementos y metales), traídos desde diferentes puntos de España y hasta del extranjero, gracias a la revolución de los transportes en esa época, sobre todo a la expansión del ferrocarril por toda la Península Ibérica. Del mismo modo, utilizó técnicas constructivas revolucionarias para esa época, como el uso de estructuras metálicas, la sustitución de la fabrica de sillería pétrea por una fábrica de ladrillo recubierta con placas de piedra natural y el empleo de cementos naturales y artificiales para la elaboración de hormigones y morteros. En definitiva, Fernando Arbós fue un arquitecto innovador que utilizaba cualquier clase de material de construcción (natural o artificial) que le permitiera jugar con las formas y los contrastes. Las piedras naturales aparecen principalmente en placas de revestimiento en las fachadas, aunque también hay sillares. El granito, procedente primero de las canteras de El Berrocal y Alpedrete (Piedra Berroqueña) y posteriormente de unas canteras localizadas al Noroeste de Toledo, se dispone en sillares en los zócalos de las fachadas y en el muro de contención que rodea a todo el recinto. Ambos granitos son similares, pero el de Toledo tiene cristales de mayor tamaño y es de un tono más claro y menos azulado.
La caliza blanca es empleada en todas las fachadas, en los zócalos, esquinas, cornisas, molduras, arcos de las bóvedas y arquerías de los ventanales. Procede de Torrubia (Cuenca) y aparece tanto en sillares como en placas de revestimiento. Las placas de revestimiento en las fachadas tienen unos 10 cm de espesor y configuran las bandas de mayor anchura. En estas zonas, la caliza se alterna con placas y sillares más estrechos realizados con una caliza negra procedente de Calatorao (Zaragoza). Los sillares presentan espesores de hasta 70 cm y las placas 35 cm. La caliza blanca de Colmenar es escasa, limitándose su presencia al muro de contención.
Los mármoles se emplean en las fachadas, en los fustes de las columnas de ventanales y puertas y en los elementos decorativos de los frontones. El mármol blanco es de Fuenteheridos (Huelva) y de Macael (Alicante), y el mármol negro es de Bélgica. |