Puentes del río Guadarrama 


Introducción

La región del río Guadarrama donde se localizan estos cinco puentes fué, desde tiempos romanos, vía principal de comunicación entre el Norte y el Sur de la Península Ibérica. Buena prueba de ello era la calzada romana que iba de Segovia a Titulcia, siguiendo el trazado de la actual autopista A-6. Durante la ocupación árabe, el valle del río Guadarrama sirvió de camino entre Toledo y la frontera cristiano-árabe del río Duero en Tordesillas. Este camino pasaba por las localidades de Galapagar y Guadarrama. En la época cristiano-medieval, las cañadas, cordeles y veredas formaban parte de la gran red viaria utilizada por el "Honrado Consejo de la Mesta" para la transhumancia del ganado lanar desde el Norte al Sur de la península, y uno de esos caminos cruzaba la Sierra de Guadarrama e iba de Soria a Badajoz pasando por la localidad de Guadarrama. En el siglo XVI, y durante el reinado de Felipe II, a este activo tráfico de pastores y ganado estacional, se le añadió el debido al establecimiento de la capitalidad del Reino en Madrid y a la construcción del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial (1563-1584), por lo que se tuvo que reforzar y crear nuevas infraestructuras a lo largo de los ejes Madrid-Las Rozas-Torrelodones o Galapagar y Madrid-Torrelodones-Guadarrama, según las épocas.


Puentes de Guadarrama
Vista general del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y del entorno en el que se localiza.

En el siglo XVIII, y principalmente durante el reinado de Carlos III, se efectuó la planificación y el desarrollo radial de las comunicaciones regulares del Estado. En 1739 se crearon las "Sillas de Postas" de Madrid a los Reales Sitios y en 1761 se estableció un doble itinerario Real de Postas, desde Torrelodones y desde Las Rozas, pasando por Colmenarejo y Galapagar.

Durante este periodo se construyó un gran número de puentes, conociéndose esta época como la de "los trescientos Puentes". Los puentes del siglo XVIII sobre el río Guadarrama están relacionados con la primera carretera pavimentada que se construyó en España con fondos del Estado, bajo la dirección de un técnico y siguiendo un proyecto, similar a como sucede en la actualidad. Desde entonces, esta vía de comunicación de Madrid con el Norte de la Península dejó de llamarse "Camino Viejo de El Escorial" para denominarse "Camino Nuevo de Madrid a El Escorial" o "Camino Real de Madrid a Castilla la Vieja".

Las novedades introducidas en la construcción de la mayoría de estos puentes (s.XVI-XVIII) implican, que por primera vez, desde la época de los romanos, se vuelve a analizar la forma de soportar las cargas con planteamientos matemáticos y mecánicos, y se aplican conceptos hidráulicos para resistir el envite de las aguas sobre sus pilas. Se rebajan los arcos, se disminuye el espesor de las pilas, se aligeran los tímpanos y se construyen: plazoletas de entrada y salida, tableros con guardarruedas internos, impostas salientes para crear una línea de sombra sobre los arcos, cajones flotantes.... Aparece la bóveda carpanel (arco semielíptico y con 3 centros) que deja en desuso a la de medio punto medieval (arco semicircular y con 1 centro) y se hace común el extradós quebrado de la rosca de la bóveda. Los tajamares son apuntados ("pico de pato"), aguas arriba y/o aguas abajo, o semicirculares aguas abajo, y se cubren con sombreretes gallonados.

MªJosé Varas-Muriel, Rafael Fort, Mónica Álvarez de Buergo
Elena M. Pérez-Monserrat, Carmen Vázquez-Calvo y Miguel Gómez-Heras

Instituto de Geociencias IGEO (CSIC-UCM)
Grupo de Petrología Aplicada a la Conservación del Patrimonio

Fotografías realizadas por: Grupo de Petrología Aplicada a la Conservación del Patrimonio


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