He sufrido por ti la escarlatina. El crujir de los
huesos cuando crecen.
He sufrido contigo la difteria, la malaria mortal
de quien lame una piedra en busca de
alimento.
Me has contagiado tus peores males.
He expiado por ti el sarampión del amor que
comienza, la artrosis voraz de la rutina.
Escorbuto de sed son tus abrazos mientras bebo
tus labios de vitamina 12.
He sufrido el dolor y la tregua.
Te he tomado con los dientes amargos con que se
muerde la aspirina.
He sufrido del corazón y las arterias, inmunodefi-
ciencia de ti, de tu tortura.
Me han provocado otitis tus argucias y rinitis tu
peste de perro vagabundo. Taquicardia y
dolores de entuerto tu semilla feraz, la
esquina de la búsqueda.
Todo eso he sufrido por ti.
Todo,
menos alegría