Y el esplendor de los mapas, camino abstracto hacia la
imaginación concreta,
letras y trazos irregulares abriéndose a la maravilla.
Lo que de ensueño yace en las encuadernaciones vetustas, en las firmas complicadas (o tan sencillas y esbeltas) de
los viejos libros.
(Tinta remota y desvaída aquí presente más allá de la muerte, ¡oh enigma visible del tiempo, la nada viva en que estamos!) Lo que negado a nuestra vida cotidiana viene en las ilustraciones, lo que ciertos grabados de anuncios sin querer anuncian.
Todo cuanto sugiere o expresa aquello que no expresa, todo lo que dice lo que no dice. Y el alma sueña, diferente, distraída.
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