II Pero ¿quién amenaza, Quién es el enemigo universal? Sólo se ve la máscara pacífica Del protector benéfico. Aquí los apostólicos. Aquí los siempre fieles al futuro.
Y si algún cataclismo se fraguase por entre los redobles de los truenos Sobre nuestras cabezas inocentes...
¿Un fatal cataclismo Tramado por un Dios tempestuoso?
¿Jehová, Jehová nos embarulla La Historia, Lejana de las nubes?
Hombres, hombres expertos, sagacísimos En oficinas, en laboratorios, Alrededor de mesas Y mapas Preciosamente límpidos, Unos hombres sujetos a engranaje, A deber cotidiano Laboran -no hay tragedia- con minucia Muy gris.
¡Candor, candor! El técnico Nada más obedece.
¿A quién? ¿Quién da las órdenes terribles?
Una estudiosa frente Medita sobre números. Ya es tarde. La luna va alumbrando aquel desvelo, Y del papel ascienden los problemas -¡Problemas!- y sus formas impasibles, Sin lágrimas, sin charcos, Sin un solo dolor, elegantísimos. ¿Hay drama?
Ese tan ignorante, Por un cualquier camino Figurilla cualquiera a cualquier hora, Tú, yo, todos los otros Sí saben, sí sabemos. Absoluto el horror. Cadáveres, cadáveres, cadáveres.
III Todos pendientes del Satán atómico, De su desolación hidrogenada.
Va estallando el absurdo Con ímpetu de bomba. Y se rinden los seres A una luz invisible, Que trocándose en humos sin testigo Tritura La materia a esa orilla Posible de la nada. Orilla con espectros, Después difícilmente campo triste, Campo entre sus muñones, Sus añicos nocturnos, Su polvo: Duna de un mar ya seco Bajo un gris de abolidas calaveras, Calvario de una nada Que el hombre inventaría
¿Para qué, para quién? ¿Para la nada misma ya inminente Muy cerca del estruendo y de los gemidos Naufragados en noche, en gas, en nada?
Sumo dolor sin límite, Sin luz, dolor inútil.
Ruptura de universo. ¿La tierra será el astro De la estulticia trágica?
Un clamor se articula Dentro de los silencios reunidos. Cambiante, la Amenaza se oscurece Bajo el sol: suplemento De nube dirigida. ¿Impersonal, anónima? ¿O desde una ventana se la impulsa Contra el coro viviente, Contra ti, contra mí, contra los muchos Clamantes En clamor silencioso?
Son los más. Y se callan. Son los más, tan correctos, Sumisos a los pocos, invisibles, A los muy pocos. ¿Mágicos? |
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