Esos hombres mongoloides, con la cabeza muy ancha, juanetudos y achinados, tienen condiciones raras. Hay entre ellos muchos tipos que aprenden las matemáticas con una facilidad que nos maravilla y pasma.
Otros tienen facultades verdaderamente extrañas para componer la música y sentirla y recordarla.
Yo, siempre que las contemplo a esas cabezas cuadradas, supongo a un chino genial que va a hacer una gatada, y me recuerdan a Beethoven y sus terribles sonatas.
Entre las mujeres, muchas que ostentan braquicefalia son del todo encantadoras, con gran atractivo y gracia.
El buen Vacher de Lapouge a los braquis les negaba civilización y genio con viva cólera y rabia; pero es lo cierto que esos hombres de cabezas anchas tienen condiciones grandes, y a veces extraordinarias. |
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