Como metida en una cinta y tambor magnético, proceso mi vida en un disco rígido y acorazado y admirando esos ojos avanzados en software te pienso. En un almacén de datos y cálculos automáticos y electromecánicos mi amor introducido en válvulas de vacío. Me extraño todavía de este lenguaje de programación, de esta transferencia de datos, de este salto, amor de microcomputadores y símbolos. Quiero con 32 megas de memoria y ni mi inteligencia artificial, ni mis circuitos integrados pudieron con tu sistema operativo y saliéndome del esquema te mandé a la mierda. |
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