Partículas, sois los ocres y oros de la tarde de otoño, el límpido azul de una mañana, el mar tornasolado de turquesas y violetas, la coagulada sangre del crepúsculo, los ágatas y jades del bosque, el seno rosado de la joven y este rostro mío, oscuro, asombrado, que os interroga en el espejo. |
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