A Eduardo Rodrigáñez
Vírgenes con escuadras y compases, velando las celestes pizarras.
Y el ángel de los números, pensativo, volando del 1 al 2, del 2 al 3, del 3 al 4.
Tizas frías y esponjas rayaban y borraban la luz de los espacios.
Ni sol, luna, ni estrellas, ni el repentino verde del rayo y el relámpago, ni el aire. Sólo nieblas.
Vírgenes sin escuadras, sin compases, llorando. y en las muertas pizarras, el ángel de los números, sin vida, amortajado sobre el 1 y el 2, sobre el 3 y el 4... |
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