Ciencia y Cultura


LA CASA DEL REY PRUDENTE

 

La monarquía de Felipe II: la casa del Rey, vol. I y II. Martínez Millán, José y Fernández Conti, Santiago (Dirs.).  Fundación Mapfre, 2005.


Un estudio documentado sobre la Casa Real de Felipe II


 
 

José Martínez Millán y su habitual equipo de investigadores - con algunas nuevas incorporaciones- acaba de sacar a la luz un nuevo trabajo. La Monarquía de Felipe II: la casa del rey supone un paso adelante en sus investigaciones en torno a las instituciones y las elites de poder que conformaron la compleja estructura de gobierno de los Austrias. Con el precedente de otros trabajos sobre las instituciones de gobierno durante los reinados de Carlos V y Felipe II, ahora nos ofrecen un cuidadoso trabajo sobre los diferentes espacios que conforman la casa del rey y las relaciones sociales y políticas que en ésta se establecen entre el monarca y sus súbditos.

La corte palaciega surge en las monarquías europeas a lo largo del siglo XVI como una extensión del servicio doméstico que rodea a los monarcas medievales. Pero a lo largo del siglo irá evolucionando hasta convertirse en una compleja estructura de relaciones sociales y políticas entre el monarca, su familia y las personas a su servicio. Esta "selva de los oficios", como la define Carlos Hernando, comprende un numeroso y heterogéneo grupo de personas, desde los más cercanos al rey, con gran ascendiente sobre éste y sus decisiones, como el mayordomo mayor o el sumiller de corps, hasta los sirvientes que desarrollan los oficios más "domésticos". Pero en la Edad Moderna la corte no es sólo un lugar de relaciones sociales o culturales sino que paulatinamente se convirtió en el centro de las decisiones políticas, hecho que la nobleza aprovechó acudiendo a ésta en busca de mercedes y de ascenso social luchando por ocupar los cargos más relevantes. El monarca, en el centro de esta tela de araña, gobernará sus estados y su casa como un pater familias repartiendo mercedes a los que prestaban correctamente sus servicios y siempre atento hasta de los detalles más insignificantes del funcionamiento de ésta.

El complejo mundo cortesano de Felipe II estaba regulado por una serie de normas de comportamiento y etiqueta muy rígidas, que combinaban el ritual castellano - heredado de los Reyes Católicos- con el borgoñón importado por su padre, el emperador. Estas normas de funcionamiento no siempre convivieron en armonía y en muchas ocasiones entraron en conflicto y contradicción. El análisis sobre éste complicado microcosmos y su funcionamiento es lo que se realiza desde esta obra.

La obra se compone de dos robustos volúmenes, el primero de los cuales comienza con una reflexión sobre el concepto de corte y un recorrido por la historiografía al respecto. Se reflexiona, asimismo, sobre la estructura de las casas reales y se realiza un una precisa investigación sobre su sostenimiento y el modo de financiación de los diferentes organismos que conforman la Casa Real. En el segundo capítulo se analiza detalladamente cada uno de los espacios que componen esta casa, que son la cámara, la capilla, la caballeriza, la caza y las guardas, mientras que en el tercer capítulo se tratan estos espacios desde el punto de vista de las relaciones sociales que se establecen en ellos, destacando el papel que tuvo la nobleza castellana en el desarrollo de estas labores y cómo desde la casa se ejercía una labor de patronazgo y clientelismo entre el monarca y sus súbditos de la que ambos se beneficiaban y que Felipe II gestionó de manera desigual a lo largo de su dilatado reinado. Es éste uno de los aspectos más atractivos de la obra ya que demuestra cómo cada uno de los espacios -capilla, cámara, etc.- es un centro de poder e influencia política y religiosa. Finalmente, en el último capítulo se tratan las otras casas reales: Aragón y Portugal.

El segundo volumen contiene todo el corpus documental en el que se han basado. En él no sólo se relaciona a los miembros de las casas reales de Castilla y Borgoña sino que aporta una pequeña biografía de personajes de las casas reales por secciones: la casa de Felipe II (castellana, borgoñona y portuguesa), la del príncipe don Carlos, la de la princesa doña Juana, de don Juan de Austria, de las infantas, del príncipe Felipe, las diferentes reinas etc. Finalmente, en el apéndice IV, y acompañado de otros documentos, hay que destacar la trascripción de un interesante documento en el que se relacionan las etiquetas de palacio ordenadas en el año 1562 y reformadas en 1617, que se encuentra en el Archivo Histórico Nacional y que permanecía inédito hasta el momento.

Importante destacar también el extenso resumen realizado por los directores - José Martínez Millán y Santiago Fernández Conti- sobre la metodología de trabajo utilizada por el grupo, basada en la consulta de amplias series documentales conservadas en numerosos archivos tanto españoles como extranjeros. Es igualmente necesario mencionar la ingente y sustanciosa bibliografía manejada, citada a pie de página.

Hay que recibir con interés este magnífico trabajo realizado por un equipo de investigadores que lleva casi veinte años trabajando sobre las estructuras de gobierno, las instituciones y las relaciones de poder entre las diferentes facciones cortesanas en el contexto de la dinastía de los Habsburgo. El resultado de estas investigaciones, que ahora presentan, se puede considerar como un modelo metodológico de investigación exportable a otros entornos cortesanos.

Cristina Doménech Romero
Real Academia de la Historia