Ciencia y Cultura


LAS CONTAMINACIONES

 

El impacto del hombre sobre el planeta. Tellería, José Luis, editor.  Editorial Complutense. Madrid, 2005. 144 páginas.


Un volumen colectivo sobre la degradación del planeta


 
 

El libro es una recopilación de análisis independientes sobre las acciones humanas y su influencia sobre el estado de la Tierra, y es el resultado escrito de una serie de conferencias impartidas en el Foro Complutense en fechas recientes.

Mario Molina, Premio Nobel de Química, actualmente en el MIT, diserta sobre un problema esencialmente global: La contaminación del aire, que, debido a su movimiento, no puede ser nunca meramente local. Aunque nubes y lluvias limpian el aire de aerosoles (o al menos impiden que la concentración de los mismos aumente substancialmente en la atmósfera), el CO2 y el metano emitidos por el ser humano permanecen largo tiempo en la atmósfera. Los precursores del ozono, generados por el ser humano mantienen, aún hoy, la disminución de la capa de este gas en las latitudes polares. Es un artículo meramente descriptivo, sin indicar el origen de los problemas ni sus posibles soluciones.

J.N.B. Bell, del Imperial College, nos habla de la contaminación química del aire, del smog de Londres desde 1800 hasta 1960, la combinación de niebla con los resultados de la combustión de un producto que contiene sulfuro y substancias nitrogenadas que se mantienen en la atmósfera. Nos describe la lluvia ácida, el problema del ozono, los problemas del cambio climático, las discusiones que llevaron a Kioto, todo ello de manera meramente descriptiva, sin análisis de causas ni de posibles remedios.

Javier de Pedraza, de la Universidad Complutense, nos habla de los problemas de agotamiento de los recursos geológicos debidos al ansia creciente de la humanidad por extraer minerales y metales y por rehacer constantemente el paisaje. Nos describe la gestión de aguas y suelos y el problema de los residuos, acabando con una descripción del problema de los humedales que desaparecen de forma constante sometidos a la presión de una población creciente en busca de recursos. Es un artículo algo mejor escrito que los dos anteriores, que indica causas y realiza algún análisis de posibles soluciones.

Jerónimo Corral, del Instituto Español de Oceanografía nos describe la pérdida acelerada de biodiversidad marina, sobre todo en lo que atañe a los recursos pesqueros, con una destrucción creciente de los ecosistemas marinos, y la destrucción indiscriminada de peces y otros animales del mar, destruidos muchas veces como "daños colaterales" de la pesca industrial. No se asume que en cualquier ecosistema todas las piezas están interconectadas, y que la desaparición de una única especie "sin valor económico" arrastra por lo general a la desaparición de otras muchas especies importantes para la vida humana.

Por último, el editor del libro, José Luis Tellería, de la Universidad Complutense, trata el problema de la destrucción de los ecosistemas terrestres, substituidos de manera acelerada por el no-ecosistema humano, con su destrucción consciente y acelerada, justificada por el mandato de "lo que hay en la Tierra será de vuestro dominio", de todo lo que nos rodea, para sustituir naturaleza por jardines y asfalto. Es un buen artículo.

El libro señala problemas acuciantes que se reconocen momentáneamente pero que quedan siempre, en la conciencia y la acción de los seres humanos, para resolver en algún momento posterior, sin que ni votantes ni gestores sociales asuman que son tremendamente más importantes que las pasajeras molestias políticas y económicas, que dejan huella imborrable en el medio ambiente pero no dejan huella perceptible en la vida de la sociedad y muy escasa en la de las personas.

Antonio Ruiz de Elvira
Universidad de Alcalá