Ciencia y Cultura


RENOVACIÓN EDUCATIVA, INNOVACIÓN TECNOCIENTÍFICA Y REVOLUCIÓN POLÍTICA

 

Controversias tecnocientíficas: Diez casos simulados sobre ciencia, tecnología, sociedad y valores. Martín Gordillo, Mariano (coord.).  Octaedro-OEI. Barcelona, 2006. 165 páginas.



 
 

Nos dice el Diccionario que raro es lo "extraordinario, poco común o infrecuente", lo "escaso en su clase o especie" y lo "insigne, sobresaliente o excelente en su línea". Pues bien, este es un libro raro, por su formato y por su calidad. Se trata de una serie de materiales educativos de excepcional provecho para presentar ante todo tipo de públicos los problemas que hoy suscita la relación entre ciencias, tecnologías y sociedades, y hacerlo participativamente, con amenidad y profundidad.

Las controversias tecnocientíficas a las que alude el título no son polémicas históricas, como los debates sobre la estructura atómica, la naturaleza de la luz o la evolución de las especies. Tampoco se trata de discusiones teóricas sobre cuestiones científicas contemporáneas, como el cambio climático, las aplicaciones de las nanotecnologías o las posibilidades de las neurociencias. Lo que se nos presenta son algunos asuntos que ejemplifican la conjugación de ciencias, tecnologías, ética, instituciones de gobierno, agentes económicos, estructura social y participación ciudadana en las sociedades occidentales de principios del s. XXI. Encontramos controversias sobre salud, investigación y derechos sociales; deporte, farmacología y valoración pública; radiaciones, riesgos biológicos y vida cotidiana; energía, combustibles fósiles y sostenibilidad; agua, industrialización y ecología; consumo, residuos y medio ambiente; urbanismo, planificación y participación comunitaria; movilidad, gestión del transporte y organización del territorio; alimentación, automatización y empleo; y, finalmente, educación, nuevas tecnologías y socialización. Cada una de ellas se ilustra con un caso concreto simulado: el ensayo final de una vacuna contra el sida en países africanos, el dopaje y el patrocinio de un equipo ciclista, la instalación de una antena de telefonía móvil en un centro educativo, el hallazgo de yacimientos petrolíferos frente a las costas cantábricas, un proyecto industrial en el Amazonas, la instalación de una incineradora de basuras, un proyecto urbanístico para una zona deprimida de una capital iberoamericana, la construcción de una autopista paralela a otra ya existente entre dos ciudades próximas, la instalación de un restaurante de comida rápida en el lugar de otro tradicional, y la educación en casa como alternativa a la escolarización.

A pesar de ser un libro colectivo, sorprende por la calidad homogénea de su contenido. Cada capítulo está pensado para suscitar el debate y la investigación en torno al asunto propuesto. Incluye una exposición de las diferentes posturas, documentos reales o ficticios, preguntas para orientar la discusión, una selección de lecturas recomendadas y enlaces a páginas web de interés. El carácter simulado de los casos ayuda a dejar los problemas totalmente abiertos y dar a cada grupo relevante un trato equivalente, cosa que raramente sucede en la realidad. La neutralidad expositiva hará que nadie sienta relegado su punto de vista sobre cada una de las controversias planteadas. La naturaleza ficticia de los ejemplos permite también una mayor cercanía, pues cada docente o lector puede aproximarlos más a su ámbito sustituyendo los detalles fingidos por otros de su entorno. Además, como dice Martín Gordillo en su prólogo, "llevar al aula la ironía propia del juego simulado es una opción muy adecuada para propiciar el aprendizaje social de la participación pública en los dilemas valorativos que entraña el desarrollo tecnocientífico".

Estos materiales han sido elaborados por Ricardo Arribas Ramírez, Ángel Camacho Álvarez, Eloy Fernández García, Juan Carlos González Galbarte, Cristina Lejarza Portilla, Mariano Martín Gordillo y Mónica Rodríguez Marcos. Todos son profesores de enseñanza secundaria en Asturias e integrantes del grupo ARGO, y muchos de ellos pueden presumir de más de veinte años de trabajo en innovación educativa en el ámbito de la filosofía -en particular, en materias "transversales", como la ética o los estudios de ciencia, tecnología y sociedad. Seguramente su encomiable labor habría resultado mucho más ardua sin el concurso de la Organización de Estados Iberoamericanos, que coedita el volumen y lleva más de una década promocionando los estudios sobre ciencia, tecnología, sociedad y valores -especialmente a través de su cátedra CTS+I, con la que los miembros del grupo colaboran habitualmente.

Que este libro sea el resultado de la conjunción de un grupo local y una organización supranacional da idea de sus posibilidades. Ya desde su prólogo queda claro que su territorio natural es el aula. En ella resulta, desde luego, excelente. Pero el aula no tiene por qué ser la de una escuela, un instituto o un colegio: las páginas que aquí se comentan resultarán tanto o más útiles en la de una universidad, en la de una empresa o en la de cualquier otra institución que aspire a formar personas con mejor conocimiento de las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad. Es más, fuera incluso de los contextos educativos, estas Controversias tecnocientíficas constituyen un estimulante texto introductorio para los lectores profanos en la materia. Y es que la renovación educativa a la que pretenden contribuir el grupo ARGO y la OEI arranca de la enseñanza secundaria, pero alcanza a la ciudadanía en su conjunto. Este volumen contiene tanto una propuesta docente como una invitación política a tomar parte en las decisiones que relacionan las ciencias y tecnologías con la vida cotidiana, pública y privada, en nuestras sociedades iberoamericanas. La idea que lo anima es simple de enunciar: una mejor educación hace posible una mayor participación, y una mayor participación mejora las decisiones tecnocientíficas y, por tanto, la vida de las personas que dependemos de esas decisiones. La sola aceptación de esta inferencia por sus lectores constituiría todo un éxito para la obra que aquí se glosa. Ahora bien, una vez admitido, tal argumento debería conllevar una renovación educativa que incorporase a la educación reglada el aprendizaje de la participación; una innovación en el modo de promover, elaborar y propagar las actividades tecnocientíficas; y una revolución política: la que permitiría a cada quien tener voz y voto en los debates sobre cuestiones tecnocientíficas que le atañan. ¿Demasiado? Tal vez. Pero al menos este libro es un paso en la dirección que apunta.

Pensarán Vds. que se encuentran ante una reseña demasiado elogiosa y probablemente dudarán de la neutralidad de su autor. Y estarán en lo cierto, porque el abajo firmante no es en absoluto neutral. Antes bien, defiende las virtudes públicas de la educación en ciencia, tecnología, sociedad y lo que ahora se llaman valores (como, por otra parte, hace este portal de madri+d), y quiere llamar la atención, no ya sobre un libro generoso en trabajo y utilidad, sino sobre su fin último: educar para decidir. Por eso, sobre lo mejorable de este volumen (y de esta recensión, por cuya lectura permítanme darles las gracias), decidan Vds.

Armando Menéndez Viso
Universidad de Oviedo