Ciencia y Cultura


TEATRO BREVE DE AYER Y DE HOY

 

Historia del Teatro Breve en España. Huerta Calvo, Javier (dir.).  Editorial Iberoamericana - Vervuert. Madrid, 2008. 1345 páginas.



 
 

Javier Huerta Calvo, catedrático de Literatura de la Universidad Complutense de Madrid y director del recién inaugurado Instituto del Teatro de Madrid, vuelve a sorprender, después de dirigir su colosal Historia del Teatro Español, con una Historia del Teatro Breve en España, caracterizada por el rigor y profundidad con que se tratan los más de cien dramaturgos que desfilan por sus páginas. El afán de los diversos colaboradores por plasmar el itinerario de autos, églogas, entremeses, mojigangas, sainetes, revistas y tantos otros géneros mal llamados -afortunadamente cada vez por menos estudiosos- menores entronca con un deseo de reivindicación que arrastra desde antiguo el director de esta obra tan ambiciosa como sugerente, que aparece como resultado de un Proyecto de Investigación financiado por la Comunidad Autónoma de Madrid.

Se organiza en cuatro grandes partes: Siglos de Oro, Siglo XVIII, Siglo XIX y Siglo XX. Dentro de cada parte se atiende al arte escénico de la época, por un lado, y por otro a la tipología de los diferentes géneros característicos de cada momento completando el estudio de los textos dramáticos y de sus autores con la actualización de las obras que se da en la representación y unas muy oportunas notas de teoría literaria. No se olvida, por tanto, el aspecto escénico del teatro, ése que cada vez más, como reacción a las historias de la literatura que sólo tienen en cuenta lo que queda escrito, está presente en este tipo de estudios que se vienen desarrollando de unos años a esta parte.

Como ya hiciera con la magna obra de 2003, Javier Huerta ha sabido reunir a un nutrido grupo de los mejores especialistas en los temas que se abordan a lo largo de las más de mil trescientas páginas de este volumen que no sólo repiten sino que amplían las tesis que se podían leer en la primera de las grandes empresas sobre historia teatral que parece estar llevando a cabo su director. La nómina de colaboradores resulta excepcional y entre ellos se puede destacar a grandes conocedores del teatro de todas las épocas como Francisco Sáez Raposo, que se ocupa, con especial atención dentro del apartado dedicado a la representación teatral en el Siglo de Oro, de una de las máscaras más importantes de nuestro teatro áureo: la de Juan Rana, y que además presenta la actividad entremesil de Quevedo en unas líneas que comparte con Javier Huerta. Pero también es muy de agradecer el panorama crítico que trazan Vicente Pérez de León y Héctor Brioso al respecto del teatro breve cervantino, uno de los grandes olvidados hasta hace bien poco a la sombra de la prosa o de las comedias del mayor de nuestros ingenios que se desempolva aquí haciendo justicia a los ocho textos que don Miguel imprimiera en 1615.

Junto a la importancia que, sin duda, se concede al Siglo de Oro como período fundamental y fecundo para las formas breves, el estudio prosigue su camino tratando, con igual profundidad, los nuevos géneros teatrales del siglo ilustrado: sainete, melólogo, zarzuela en un acto o tonadilla, entre otros, de la mano de antiguos conocidos entre los estudiosos del teatro dieciochesco como Fernando Doménech, Emilio Palacios o Josep María Sala Valladura, para el capítulo dedicado a Ramón de la Cruz, y Alberto Romero Ferrer, en el correspondiente a González del Castillo. Al lado de todos ellos, Rafael Martín se ha ocupado de varios autores escasamente conocidos. Los apartados referidos a los siglos XIX y XX, tercera y cuarta partes del libro respectivamente, contienen quizá algunos de los apartados más interesantes: la sección que se ocupa de la recepción crítica del Género Chico recogida por María Pilar Espín Templado dentro del arte escénico es muy necesaria para terminar de comprender la consideración de estas variedades dramáticas casi hasta nuestros días, un complemento a la visión totalizadora mostrada a propósito de las formas breves que quizá se eche en falta en el correspondiente capítulo dedicado al siglo pasado, y el cuidado que recibe el teatro en los momentos de guerra, sea durante la Guerra de la Independencia o durante la última Guerra Civil, es uno de los mayores aciertos de una Historia del Teatro Breve que parece no querer dejar ningún tema por tratar. Por su parte, Emilio Peral Vega es autor de una gran parte de los capítulos que historian el siglo XX.

Junto a investigadores de probada trayectoria destacan otros que se encuentran en sus inicios como Raquel García Pascual, Elena Palacios, Ramón Martínez o Javier Cuesta Guadaño. A pesar del gran número de colaboradores es de justicia resaltar la homogeneidad estructural del libro a través de los diversos géneros que se nos muestran desde el prólogo como «una de nuestras más importantes tradiciones dramáticas» y que culminan con la inclusión de hombres de teatro de la más rabiosa actualidad como José Luis Alonso de Santos, Juan Mayorga, Ignacio del Moral, Lluïsa Cunillé o Ignacio García May, pequeño botón de muestra de la última dramaturgia, presentes en las salas a día de hoy, figuras todas ellas que un espectador con interés por el nuevo teatro español sin duda debe ir a buscar sobre los escenarios, no sólo en su calidad de escritores, sino también como directores o autores de algunas de las más interesantes versiones de textos clásicos.

Si de algo adolece esta Historia del Teatro Breve en España es de dejar insatisfecha la siempre insaciable curiosidad de los amantes del teatro que se quedan con ganas de saber más sobre los nombres menos conocidos que no pueden aparecer, en una obra que pretende no dejar a nadie en el tintero, sino simplemente apuntados entre los abundantísimos dramaturgos que desfilan a lo largo de tan profundo estudio de nuestro teatro más popular. Del mismo modo querría ese ávido espectador teatral conocer más acerca de la música que tiene gran parte de culpa en la configuración del Género Chico, pero eso, en cualquier caso inabordable en un libro que ya de por sí aparece en el panorama crítico actual como uno de los más interesantes acercamientos al teatro -desde Lope de Rueda hasta la nueva dramaturgia vinculada a la Real Escuela Superior de Arte Dramático madrileña-, responde a la mayor necesidad de ediciones críticas y comentadas de textos dramáticos, especialmente de los más recientes, que al objetivo al que deba aspirar un manual del teatro breve. Para solucionarlo, además, presenta la obra una cuidada y cuantiosa bibliografía general que recoge muy diversos acercamientos teóricos al teatro además de una lista de ediciones utilizadas, modernas y antiguas, de las obras analizadas al final de cada capítulo.

Surge esta voluminosa obra colectiva como reivindicación del género breve presente dentro del teatro hasta nuestros días, quizá por ello con mayor razón hoy que nunca, cuando intelectuales, investigadores y dramaturgos jóvenes se han dado cuenta de la importancia de la tradición del teatro breve en nuestra cultura y se vuelve a cultivar con una cierta fuerza que no alcanza, sin embargo, a los escenarios, puede que por un prurito estético que persiste en nuestro público. Es por eso por lo que se hace imprescindible esta Historia del Teatro Breve en España, complemento ineludible para aquellos que ya disfrutaron de la Historia del Teatro Español, para todos los interesados por el buen teatro; el de ayer, el de hoy y el que vendrá mañana.

Guillermo Gómez
CSIC, Centro de Ciencias Humanas y Sociales