Ciencia y Cultura


UN IMPULSO DEFINITIVO AL CONOCIMIENTO HISTÓRICO DE LA INGENIERÍA CIVIL

 

Ingeniería civil en España. Precedentes, historia y técnicas. González Tascón, Ignacio.  Ediciones del Umbral. Madrid, 2008. 658 páginas.



 
 

Hasta el último cuarto del siglo XX la historia de la ingeniería en España no ha tenido muchos cultivadores. Generalmente la ingeniería antigua ha sido desarrollada en los tratados de Arquitectura y la moderna (entendiendo por tal la originada durante la Ilustración, basada en la ciencia positiva y separada de las actividades militares) ha tenido biógrafos aficionados que se limitaban a describir anécdotas o, en el mejor de los casos, la evolución temporal de acontecimientos, a veces mal datados y documentados. Los esfuerzos mas notables del s. XIX son los de Alzola y Clairac, este último en forma de diccionario, seguidos por un sinfín posterior en que miembros de las diferentes especialidades de ingeniería describían, generalmente en forma hagiográfica, su brillante pasado.

En ingeniería civil algunos ensayos de Carlos Fernández Casado y José Antonio García Diego pusieron de manifiesto lo que se debía hacer pero, posiblemente, fue Antonio Rumeu de Armas quien, en 1980, mostró con su "Ciencia y tecnología en la España Ilustrada" las posibilidades de investigación.

Junto a esta obra, bajo la presidencia de Jose Antonio Fernández Ordóñez, el Colegio de Ingenieros de Caminos inauguró una línea de monografías sobre personajes como Eduardo Saavedra, Carlos Lemaur,etc. , y también estudios panorámicos como los de Fernando Sáenz. Al empeño se sumaron fundaciones como la Juanelo Turriano o el Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas que han seguido actuando.

No es casualidad que Ignacio González Tascón, uno de los sucesores de Fernández Ordóñez en la Cátedra de lo que los estudiantes llamábamos abreviadamente "Arte", sea el artífice de un impulso definitivo al conocimiento histórico de la Ingeniería Civil.

Ignacio desempeñó esa Cátedra en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Granada y a él se deben exposiciones antológicas como la dedicada en 1996 a "Betancourt y los inicios de la ingeniería moderna en Europa" que , a los que seguíamos su evolución a distancia, permitió confirmar la impresión de investigador riguroso, activo y entusiasta que sus publicaciones del decenio anterior (en este sentido no puedo dejar de citar la impresionante "Ingeniería española en Ultramar") habían puesto de manifiesto.

Desgraciadamente su temprana desaparición, en plena capacidad física e intelectual, nos ha privado de una personalidad que era imprescindible en nuestro panorama cultural. En reconocimiento a sus méritos la Real Academia de Ingeniería, a través de su Fundacion Pro Rebus Academiae, le dedicó en Abril de 2007, junto a Rumeu de Armas, un homenaje en Tenerife durante el acto en que se nombró a Agustín de Betancourt Summa Auctoritas Academiae.

A pesar de su desaparición física, recientemente hemos tenido pruebas de su actividad incesante con dos acontecimientos. En primer lugar la exposición "Ars Mechanicae: Ingeniería medieval en España" celebrada a finales del pasado año en que Ignacio era Comisario en compañía de Pedro Navascués, y que incluye en su Catálogo estudios sobre las vias de comunicación terrestres y marítimas,y sobre la difusión medieval del molino hidráulico, escritos por Ignacio.

El segundo acontecimiento, que motiva este escrito, es la edición del libro "Ingeniería civil en España. Precedentes, Historia y Técnicas" que acaba de ser publicado gracias al empeño de su viuda, Beatriz Presmanes, e hija, Beatriz González, quienes, con el apoyo de Isabel Velázquez, editora del libro y colaboradora habitual de Ignacio, han puesto en orden la documentación escrita y gráfica que éste había preparado para una obra panorámica, como indica su título.

El patrocinio corresponde a INECO-TIFSA, que ya había participado anteriormente en la publicación en 2005 de la "Historia del transporte en España" del mismo autor.

El texto se desarrolla en seis capítulos que abarcan desde la ingeniería romana hasta la guerra civil en el siglo XX. En todos ellos el esquema es semejante: tras unos conceptos introductorios se habla de las vías de comunicación, los abastecimientos de agua, las obras hidráulicas y los puertos. Naturalmente, en cada caso se incorporan también temas característicos, como el urbanismo en el siglo XIX y la aparición de nuevos materiales de construcción en el XX.

En el capítulo II, además de los temas habituales relativos a la ingeniería romana hay una interesante presentación de los ingenios y máquinas de construcción o los vehículos de transporte.

El capítulo III está destinado al mundo medieval, y es de la misma extensión que el anterior (unas 80 páginas ); se incluye, por ejemplo, un completo estudio sobre el molino hidráulico y los ingenios de mazos y levas.

La España de los Austrias es el objeto del capítulo más extenso (unas 120 páginas) donde es muy atractiva la descripción de la organización y financiación de las obras públicas o los métodos de formación de técnicos.

"Los Nuevos Caminos de la Ilustración" son objeto del capítulo V que con sus 50 páginas es el más corto de la obra, debido seguramente a la profusión de documentación existente en otros trabajos de Ignacio.

A la gran revolución que comienza en el XIX se dedica el capítulo VI, de unas 60 páginas donde se tratan, como indica el subtítulo, el acero y el ferrocarril, aunque no se olvidan otros temas típicos del siglo, como el urbanismo y los grandes retos de abastecimiento de aguas o desarrollo de puertos. Aquí se cuenta también una historia poco conocida, lo que pudiéramos llamar la "revancha de Puentes", es decir el final de la historia de la presa de Puentes, (cuya rotura dió fuerza a la reclamación de Betancourt para conseguir la creación de la futura Escuela de Caminos), y que se reconstruyó en esta época con todas las precauciones de seguridad, vaciando los acarreos hasta llegar a roca firme.

Finalmente en las aproximadamente 80 páginas del capítulo dedicado al siglo XX se hace hincapié en los nuevos materiales de construcción, hormigón armado y pretensado, en las obras típicas de ingeniería civil y en los nuevos desarrollos de transporte terrestre y aéreo con dirigibles y aviones, campo en que algunos ingenieros civiles tuvieron un papel destacado.

A lo largo de toda la obra. la documentación gráfica es de extraordinaria calidad y está directamente orientada a ilustrar los conceptos que se defienden en el texto. Todo el material está cuidadosamente documentado y referenciado; a ello ayudan los índices relativos a cada tema, así como un bloque de documentación, llamada secundaria, que conforma un conjunto muy completo y útil sobre la bibliografía de que el estudioso dispone actualmente.

Todo ello es característico de las publicaciones de González Tascón. Pero también es habitual que en cada una de sus obras haya algún detalle especial que permite multiplicar el valor documental. En este caso son muy interesantes los encartes en los que se desarrollan temas que, generalmente, los expertos dan por conocidos pero que al lector normal le resultan de complicada interpretación. A mí me han llamado poderosamente la atención los dedicados a los sistemas de pesas y medidas en las diferentes épocas o los destinados a describir la organización de una obra o instalación. Por ejemplo en el capítulo II el dedicado a la "Organización y construcción de una obra Hidráulica" o el "Proceso constructivo de un puente de cantería" del capítulo IV.

También es curioso el capítulo primero, de unas 80 páginas, que se dedica a resaltar la influencia de la ingeniería egipcia, mesopotámica y griega sobre los constructores romanos, lo que sirve para poner en perspectiva las aportaciones de estos últimos.

La edición está extraordinariamente cuidada, lo que no es extraño tratándose del homenaje de la familia y amigos de Ignacio a su memoria.

El libro cubre brillantemente ese objetivo, pero además, habría que decir que se presta perfectamente a ser utilizado como texto para la asignatura que Ignacio explicaba y, por supuesto, para ilustrar a cualquier lector que se acerque a este campo del conocimiento que tan necesitado estaba de estudios rigurosos.

Enrique Alarcón
Universidad Politécnica de Madrid