Ciencia y Cultura


AVENTURAS DE TOM SAWYER EN EL MICROCOSMOS

 

Ni contigo ni sin ti (Guía para entender los microbios). Miguel, Vicente, García-Ovalle, Marta y Medina, Javier.  Fundación Jorge Juan- Ediciones Grand Guignol. Madrid, 2010.



 
 

El comentarista se enfrenta a la difícil y a la par gratísima tarea de escribir un (micro)comentario sobre una pequeña-gran joya impresa que versa sobre el mundo de los (micro)organismos, los seres vivos más pequeños. La dificultad reside en que ha de hacerlo de modo que su discurso emule en claridad y agilidad al del libro glosado. ¿Desde qué perspectiva ha de abordarse la lectura de Ni contigo ni sin ti?: ¿la del investigador que lleva casi un cuarto de siglo dedicado, precisamente, al estudio de bacterias y levaduras?... ¿o la de sus principales destinatarios, los estudiantes de educación secundaria?

Una vez abierto por su primera página, Ni contigo ni sin ti hace honor a su título, pues nos seduce y atrapa impidiéndonos interrumpir la lectura hasta un final que, cuando llega, se nos antoja demasiado temprano, si bien deja un persistente y grato recuerdo en el paladar. Si, como hace notar Miguel Vicente en el epílogo, es probable que para muchos ciudadanos la recibida en edad escolar sea la única información que obtengan sobre el mundo de los microbios, el propósito de elaborar este libro-guía con claridad y atractivos condimentos está plenamente logrado. Todo en Ni contigo ni sin ti está dirigido a captar la atención de sus lectores, instruyéndoles sobre lo esencial de las maravillas del universo microbiano: La cuidada edición, las vivaces ilustraciones (algunas, en el epílogo, realizadas por estudiantes de un instituto), los abundantes recuadros en los que se amplían conocimientos (de una actualidad científica sorprendente), se pone en valor a los microorganismos como sostén de los ecosistemas y de nuestra cadena alimentaria o se recrean, con singular gracia, momentos estelares de la historia de la microbiología como ciencia... El libro contribuye con éxito a desmontar el tópico, tan extendido como inexacto, de que los microbios son, indefectiblemente, patógenos indeseables, sin por ello olvidar la oportuna recomendación de prácticas profilácticas sobre higiene y el uso racional de los antibióticos. La concisión del texto, inmersos como estamos en una cultura que es más visual que escrita, no impide que los conceptos esenciales se repitan en más de una ocasión a lo largo de la obra, culminando en un tan preciso como ameno glosario. En la mejor tradición oral, la guía facilita así, sin llegar a cansar, la transmisión de los conceptos/ingredientes esenciales de tan exquisita receta.

Y ya que de guisos se trata, la respuesta al dilema expresado al principio del equilibrio entre rigor científico y divulgación le llega a este lector adulto con la misma inmediatez que, en una magnífica escena de la película Ratatouille, también destinada como el libro que nos ocupa a la audiencia menuda, golpea al escéptico e implacable crítico gastronómico cuando prueba el (aparentemente) modesto pisto que le es servido en el restaurante donde trabajan los protagonistas: al hacerlo, aroma y sabor le retrotraen, por ensalmo, al recuerdo de una infancia feliz en su hogar en la soleada Provenza. Todo el que haya vivido lo suficiente ha experimentado alguna vez tal cúmulo de inefables sensaciones... pues bien, la lectura de la práctica primera del libro ("Todo un universo en una gota de agua") recrea exactamente lo que quien escribe estas líneas experimentara, en un ya muy lejano verano, en el jardín de la casa de sus padres. Los autores aciertan a describir con sin par intensidad la íntima emoción del descubrir acompañada, eso sí, por una claridad que ya quisiéramos ver en algunas publicaciones científicas especializadas. El menú se sirve con guarnición de información complementaria que el joven aspirante a científico (potencialmente todos lo somos) puede rastrear en Internet. Se nota a lo largo de las páginas de esta guía el recurso profuso, tan familiar para las nuevas generaciones, a las tecnologías de la información. En particular, es de destacar la impagable apoyatura del blog que el propio Miguel Vicente mantiene en el servidor madri+d de la Comunidad de Madrid (Esos pequeños bichitos), que es un referente reconocido para la divulgación científica de calidad en lengua española, bien sea como fuente de ampliación de conocimientos o como solucionario del atractivo juego de pistas ("En busca del microtesoro") que a los lectores se propone.

Los educadores encontrarán pues en Ni contigo ni sin ti una herramienta preciosa para, de la mano amiga de los microorganismos, estimular en sus educandos la curiosidad por la naturaleza y familiarizarles con la metodología científica... ¡y todo ello en sólo setenta páginas!. Sólo queda el concluir este comentario con una observación y una predicción. Destinado por sus autores a chavales de unos 15 años, este libro-guía tiene en realidad más amplio espectro: entrando por los ojos, llega hondo a los corazones de lectores desde los cinco hasta los noventa años... con tal de que mantengan viva su curiosidad. Dentro de algunos años, en muchos laboratorios dedicados al estudio de los microorganismos, uno de nuestros futuros estudiantes de doctorado confesará: "Estoy aquí por Ni contigo ni sin ti". No harán falta más explicaciones. Para que esto sea una realidad, expreso mis más sinceros votos de que este libro-guía encuentre la difusión que sin duda se merece, pues una multitud de ávidos y curiosos (micro)lectores lo está esperando ya en nuestros institutos y colegios.