Ciencia y Cultura


SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL. PREMIO NOBEL 1906


Vida y obra de un genial científico


Se cumplen ahora cien años desde la concesión del Premio Nobel a Santiago Ramón y Cajal en reconocimiento por su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso. Con este motivo se celebra actualmente una exposición en el Museo Nacional de Ciencias Naturales en la que han colaborado, además de sus familiares, numerosas instituciones y museos, que han aportado una gran variedad de objetos y documentos que evocan desde su infancia hasta su muerte.

Los organizadores, grandes conocedores de su vida y obra, han sabido dar una visión global del personaje. Se trata, si se me permite la expresión, de una exposición para todos los públicos, ya que el material reunido representa desde el Cajal niño y adolescente hasta el científico consagrado, pasando por otras muchas facetas de su biografía, como la del médico militar, el anatómico, el pintor, el fotógrafo o el literato. Como no sería posible, en esta breve reseña, describir pormenorizadamente todo lo que encontraremos en la muestra, me limitaré a comentar sólo algunos aspectos que espero animen al lector a visitarla, contribuyendo así al homenaje que ahora se rinde a nuestro genial científico.

Veremos, por ejemplo, algunos de los dibujos y pinturas que realizó en su juventud. Su vocación artística, muy intensa durante esta época, se orientó más tarde hacia la ciencia, expresándose en las láminas anatómicas que pintó durante las primeras etapas de su carrera académica. Más adelante, su sensibilidad y destreza como dibujante, junto con su agudeza como investigador, convertirían en clásicos sus dibujos científicos, especialmente los que sirvieron para ilustrar sus estudios sobre el sistema nervioso.

Con respecto a estos últimos, quisiera llamar la atención sobre el hecho de que Cajal no sólo representa magistralmente lo que ve, sino lo que piensa sobre lo que ve. Por un lado, los dibujos reproducen tan fielmente las imágenes microscópicas, que podrían servir, aún hoy, para ilustrar los libros de texto. Pero además contienen una interpretación de esas mismas imágenes: cada dibujo expresa una idea, una hipótesis. Esto es muy evidente cuando traza circuitos neuronales acompañados de pequeñas flechas que indican la dirección seguida por las señales nerviosas. Esas flechas surgen de la genial intuición de Cajal, que veía el cerebro como algo dinámico, cambiante y, en definitiva, vivo.

Por ello, sugiero al visitante que no se fije sólo en la belleza estética de los dibujos, sino que busque en ellos la idea que hay detrás, y que no deje de apreciar otros ejemplos, como el cuidado en representar las prolongaciones neuronales terminando libremente (las neuronas son células independientes) o la delicadeza con la que reproduce las espinas dendríticas (pequeñas protuberancias que deben su nombre a Cajal y que el observador sabrá encontrar si las compara con las espinas de un rosal).

Tendremos, además, la oportunidad de admirar sus instrumentos de trabajo: mesas de laboratorio, microscopios, reactivos químicos y colorantes, micrótomos, y hasta los armarios en los que guardaba sus preparaciones histológicas. Su aparente tosquedad se debe sólo a la distancia que nos separa en el tiempo. En realidad, dispuso de los instrumentos y técnicas más avanzados de su época y supo extraer el máximo provecho de ellos. Cuando decimos que Cajal miraba a través del microscopio, debemos interpretar que veía más allá del microscopio, y si afirmamos que era un verdadero maestro en la utilización de las técnicas de laboratorio es porque no sólo empleó, modificó y mejoró los métodos al uso en su tiempo, sino porque creó nuevas técnicas que contribuyeron al avance de sus estudios.

Para entender estos y otros aspectos de su producción científica, contamos con los paneles instalados en las salas, así como con vídeos en los que expertos en su vida y obra nos explican sus descubrimientos más destacados, los métodos que utilizó para llegar a ellos, y la trascendencia que tuvieron y todavía tienen. Cajal aparece en ellos no sólo como una figura histórica, sino como un personaje vivo gracias a su obra, que no sólo permanece, sino que sigue desarrollándose. Con sus ideas sobre las células nerviosas y el cerebro, fue el pionero de una tarea que hoy continúan miles de investigadores en todo el mundo, y algunas de sus intuiciones siguen perteneciendo a la vanguardia de la investigación actual

Por supuesto que el visitante podrá también admirar el diploma y la medalla del Nobel que se conmemora, así como otros premios y distinciones que recibió durante su vida. Son testimonios, aunque no los únicos, de su proyección internacional y de su participación activa en la ciencia de su tiempo. Además podremos hacernos una idea, a través de otros muchos documentos, de su implicación e influencia en la vida científica, cultural y social de nuestro país, y comprenderemos hasta qué punto fue un personaje popular y querido en su época. Algunos de los objetos expuestos merecerían sin duda ser mencionados aquí, pero dejaré que el visitante disfrute de la sorpresa de encontrarlos.

Por si todo lo anterior fuera poco, tendremos la oportunidad de ver fragmentos de películas restauradas, rodadas hace ochenta años, en las que Don Santiago aparece paseando tranquilamente cubierto con un canotier, leyendo en un banco y, cómo no, observando a través del microscopio con esa gravedad a la que nos tienen acostumbrados sus fotografías. Pero también hay una secuencia diferente, que rompe la imagen de hombre severo e inaccesible que pertenece más al mito que a la persona. En ella, rodeado por sus colaboradores, conversa y bromea con ellos y nos sonríe, a nosotros también, desde el otro lado de la cámara.

Interpretemos su sonrisa como una invitación. No podemos dejar de acudir.


Ángel Merchán Pérez
Universidad Complutense de Madrid

Lugar: Museo Nacional de Ciencias Naturales
C/ José Gutiérrez Abascal, 2 28006 Madrid
Fecha: Hasta el 7 de enero de 2007
Horario: lunes a viernes de 10.00 h a 18.00 h. sábados de 10.00 h a 20.00 h, domingos y festivos de 10.00 h a 14.30 h
Enlaces: Museo Nacional de Ciencias Naturales
Mas Información: Red de museos