El pasado 29 de marzo tuvo lugar en la Residencia de Estudiantes la inauguración de la exposición Manuel de Terán, geógrafo (1904-1984), que permanecerá abierta al público hasta el 3 de junio.
Es esta una magnífica oportunidad para descubrir o recordar la figura de Manuel de Terán, un notable intelectual de la España del siglo XX, y, a través de ella, saber lo que verdaderamente es la Geografía, disciplina que, pese a los avances logrados en los últimos tiempos sigue siendo una gran desconocida en nuestra sociedad. En palabras de Terán, reproducidas en una de las paredes de la exposición, la Geografía es aquella ciencia que “aspira a aprehender en su totalidad la realidad inmediata que nos circunda, a reproducir en una fiel imagen esa realidad y a explicar racionalmente el contenido de su visión de lo real. Esa realidad es la totalidad de la superficie terrestre, la Tierra que nos sostiene y el aire que respiramos, la roca y su vestidura vegetal, los cielos y los mares, las aguas que desde la tierra a los mares corren, el llano y la montaña, el campo cultivado, la aldea y la ciudad y cuanto el hombre añade a su horizonte natural. La combinación en proporciones de magnitud variable, de todos los factores que integran esa realidad, hace de la superficie terrestre un mosaico de espacios diferenciados por su forma y color, de individualidades fisonómicas o paisajes, cuyo conocimiento y explicación es el objeto propio de la Geografía moderna.” Por ello, los paisajes, en forma de magníficos cuadros de Aureliano de Beruete, Joaquín Sorolla, Marceliano Santamaría o Alfredo Ramón, espectaculares litografías de Domingo de Aguirre o Alfred Guesdon, bonitos dibujos de Fernando Brambilla o Fernando de Terán (el arquitecto urbanista hijo de Manuel), imprescindibles mapas y planos de Tomás López, Francisco Coello o Facundo Cañada, numerosas fotografías de época (muchas de ellas realizadas por Terán en sus viajes), bellas descripciones literarias de Antonio Machado, Enrique de Mesa o el propio Terán (que tenía mucho de poeta), e incluso de una didáctica maqueta del naturalista Carlos Vidal Box, tengan un gran protagonismo en esta muestra, realizada gracias al esfuerzo conjunto de la Residencia de Estudiantes y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales.
Estos paisajes, naturales, rurales y urbanos, de la Sierra de Guadarrama, de Toledo, Sigüenza y por supuesto Madrid, además de otros muchos sitios de España (Galicia, Cantabria, Canarias, etc.) y del resto del mundo (Guinea Ecuatorial, los polos…), entreverados con los escritos y alusiones de Terán sobre dichos lugares, ponen bien de manifiesto los intereses y las preocupaciones de un geógrafo que investigó y divulgó a través de sus trabajos los aspectos más diversos, escribiendo a lo largo de su vida prácticamente acerca de todas las ramas de la Geografía, combinando asimismo los análisis de casos a diferentes escalas.
Terán fue un científico enamorado de los mapas y los libros, de los que hizo buen uso. Aquí se exhiben muchos de los que le pertenecieron, así como una selecta muestra de los fondos bibliográficos y cartográficos que manejó Terán en el Instituto de Geografía Juan Sebastián Elcano del CSIC, donde logró crear una estupenda colección de estudios regionales, atlas, censos estadísticos y diccionarios geográficos. Este gusto por mapas y libros, de los que era un perspicaz observador, así como su mezcla de naturalista y humanista, se trata de reflejar en una reconstrucción ficticia pero bastante verosímil de de su ambiente de trabajo, de su despacho, repleto de dichos objetos y, también, de herramientas, aperos, cachivaches y cerámica popular reflejo de sus numerosas correrías a lo largo y ancho del país. Y es que Terán no sólo fue un excelente geógrafo de gabinete, sino que hizo ciencia sobre el terreno. Las excursiones y los trabajos de campo, tradición institucionista que aprendió siendo profesor en el Instituto-Escuela de Madrid, eran esenciales en su concepción de la investigación geográfica. A esa faceta, de “geógrafo de tacón gastado” en expresión muy querida por Terán, alude el instrumental científico mostrado (martillo de geólogo, brújula, altímetro…) así como un cuaderno de notas, una hoja de su herbario y dos cámaras fotográficas.
Todo esto evidencia que Terán fue un geógrafo muy completo. Pero fue también mucho más que eso, como han tratado de mostrar con acierto los comisarios de la exposición, Eduardo Martínez de Pisón y Nicolás Ortega, ambos catedráticos de Geografía de la Universidad de Madrid y discípulos de Terán. Y es que, si bien se atiende con profundidad a su faceta geográfica, que es la principal, no se olvidan otras que ayudan a entender y en buena medida explican muchas de las claves de su obra, como la personal y la intelectual.
En efecto, otro de los puntos de interés de una exposición como esta radica en que muestra a Terán en un contexto más amplio, dentro de unas coordenadas culturales que le sitúan junto a personas como Fernando de los Ríos, Julián Besteiro, Manuel Gómez-Moreno, Ramón Menéndez Pidal, Pedro Laín Entralgo, José Antonio Maravall, Julián Marías, Rafael Lapesa, Samuel Gili Gaya, Xavier Zubiri y un largo etcétera. Como le gusta decir a Martínez de Pisón, Terán fue un geógrafo en el mundo de los intelectuales, y un intelectual en el mundo de los geógrafos.
Otro de los artífices de la exposición es Daniel Marías Martínez, profesor de la Universidad Carlos III, que a estas alturas se ha convertido en uno de los más competentes y apasionados conocedores de la obra de Terán y de su mundo. Él ha buscado con tesón materiales, huellas y documentos, los ha reunido, no ha regateado esfuerzos en localizar y hablar con todos los que tuvieron que ver con Terán y con su obra. A él se debe también el éxito alcanzado.
La exposición se completa con un video de aproximadamente doce minutos de duración, con cuyo visionado el espectador tiene la oportunidad de ir sedimentando toda la información que se le ha ido ofreciendo a través de los diferentes objetos expuestos en las salas anteriores e ir encajando las piezas del puzzle, obteniendo así una completa visión de la poliédrica figura que fue Manuel de Terán.
Junto al mostrador en el que se puede adquirir el bello y documentado catálogo de la exposición, de más de cuatrocientas páginas, existe un ordenador que invita a navegar por la página web que se ha hecho sobre Terán y cuya dirección es www.manueldeteran.org. Esta página que se une a otras que ha abierto la Residencia de Estudiantes sobre personajes de la Edad de Plata permanecerá abierta en el futuro.
Creo que de esta muestra disfrutarán cuantos se acerquen a ella y le den una oportunidad tanto a Terán como a la Geografía, ciencia de los paisajes.
