Ciencia y Cultura


El Laboratorio de España. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, 1907-1939


Un organismo pionero en promover la formación y la práctica científicas en la España contemporánea



Alumnos jugando al futbol en el Instituto-Escuela, hacia 1933. Archivo General de la Administración

Casi al cierre del año de la celebración centenaria de la creación de la Junta para Ampliación de Estudios, el 19 de diciembre de 2007 se inauguró esta preciosa exposición. Su preciosidad tiene sentido doble; el primero, su minimalismo exquisito, y el segundo, su belleza expositiva.

A la galería del edificio Trasatlántico de la Residencia de Estudiantes y a las tres salas se llega tras pasar por el cubo transparente de entrada que, casi oculto en plena explanada de la Residencia, ofrece los rasgos de la Junta y de su tiempo. La narración del recorrido ante los objetos de la muestra incorpora al estilo narrativo y museográfico propio de Residencia los valores de los instrumentos, de las técnicas como contenido y soporte tanto de la historia que se quiere contar, la del organismo pionero en promover la formación y la práctica científicas en la España contemporánea, como de la propuesta expositiva. La galería de vitrinas está ocupada por instrumentos de distintas clases y revela la intención de equiparar las ciencias y sus prácticas, y los modos de mostrarlas, a cualquier otra clase de arte plástica.

Curso de mineralogía en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, hacia 1925. Colección particular La historia que se pretende contar está en el corazón mismo de la historia de las ciencias en la España reciente. El mensaje sobre la fuerza de la JAE en la acción política, educativa e investigadora en España es intenso y recurrente. La intención de reivindicar su papel en la historia de nuestro país es la misión misma de las propuestas culturales de la propia Residencia de Estudiantes, que ha logrado que hagan suyas tanto el Consejo Superior de Investigaciones Científicas como la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, patrocinadores de esta escenografía.

El conjunto exhibe a España como un laboratorio, dice Antonio Lafuente, uno de los comisarios, en su texto para el catálogo. Podría ser esa la manera de evocar el papel de la Junta: la de repasar las formas que se dieron de probar si un país, o una parte de él, un sector o un conjunto de sectores sociales y profesionales, se avino a cambios, a novedades, a ampliaciones de actividades.

Santiago Ramón y Cajal en el Laboratorio. Archivo General de la Administración Esas actividades que se promovieron se condensan para esta ocasión en un puñado de temas y una ristra de diez instrumentos, como selección casi metafórica del tipo de actividades de la JAE a lo largo de sus tres décadas de existencia. Una balanza, una máquina de calcular, los modelos de guisante de Auzoux se suman a la elección de conceptos. Conceptos e instrumentos se combinan para exhibir modos de trabajo, objetivos y resultados de la obra de la JAE y de la Institución Libre de Enseñanza, que la inspiró. La neurona es uno de ellos, con su reconocimiento protagonista por el premio Nobel a Santiago Ramón y Cajal por proponerla como individualidad celular activa del sistema nervioso. El habla es propuesta original de esta exposición, que hace del sonido de las voces y las pronunciaciones y de su estudio materia para recordar el antiguo Centro de Estudios Históricos de la JAE y a sus protagonistas - investigadores e instrumentos técnicos - a la vez que se ofrece como un objeto de investigación que es idioma y cultura. La educación funciona como objeto expositivo a través de la muestra de bonitos cuadernos escolares que exhiben otras formas de aprendizaje ajenas a los textos rígidos de los libros, que prevalecieron en la metodología pedagógica. La materia física y química fue otro objeto de trabajo en los laboratorios de la JAE, asociada a matraces y espectrógrafos y a esa tabla periódica que es una pintura negra al óleo sobre un gran lienzo de más de tres metros que es “Sistema periódico largo” de los elementos. La sierra de Guadarrama es una localización geográfica central para la comprensión de algunas de las culturas más celebres del primer tercio del siglo xx, por las excursiones las de Manuel Azaña; “rojo sobre el Guadarrama, la tragedia”, escribió en sus Memorias- y porque fue una aproximación al conocimiento de las ciencias de la naturaleza por la que geografía y entomología, entre otras, se cruzaron con los mecanismos intelectuales y físicos de reinvención del paisaje como fuente de saberes científicos. Las montañas de la sierra madrileña evocan la circulación de conocimiento entre el laboratorio y el campo, que pasó por los cuadernos escolares y por las máquinas de todas clases y se incrustó también en el óleo: Una investigación, de Sorolla, cuelga en una de las salas.

El Guadarrama desde la Moncloa. Óleo de Aureliano de Beruete, 1893 Los materiales que se muestran son, ya se ha dicho, una selección pequeña del que hay disponible tanto en los archivos de la JAE y en el General de la Administración como en los fondos de los museos y del propio CSIC, muchos de ellos pendientes de catalogación, recuperación y análisis histórico. Y revela las riquezas del patrimonio de las ciencias en nuestro país, que recurre de manera tan permanente como melancólica, y probablemente precipitada, al concepto de atraso y a las referencias extranjeras para reflexionar sobre su pasado tanto como sobre su presente y su futuro. En los fondos de los archivos españoles y de sus museos hay material para escribir otras historias de las ciencias y de su gobierno en España. Y otras formas de pensar sobre los materiales a mano que incluyan como agentes a las ideas y a las ambiciones de gentes de las ciencias y la investigación, intelectuales y responsables de la gestión de reformas educativas y culturales que trascendieron una guerra civil y una larga dictadura mientras la vecindad geográfica y política hacía de los instrumentos científicos y los saberes que acarreaban experiencias de modernización y reformas, de riqueza y de nuevas inquietudes y riesgos ligados a las tecnologías y al desarrollo que generaron.

A través de esta muestra de instrumentos y programas de trabajo de la JAE parece desencadenarse un programa de estudio que contribuya a explicar nuestro presente y a dibujar un futuro más estimulante de las prácticas científicas e investigadoras en España y de las políticas que la hacen, o podrían hacerla, posible. El conjunto de especialistas que trabajó en equipo para poner en marcha la exposición El laboratorio de España, incluye a José Manuel Sánchez Ron y Antonio Lafuente, como comisarios, a Ana Romero y Leticia Sánchez de Andrés como vicecomisarias, contó con el asesoramiento de Alfredo Baratas, Santos Casado, Leoncio López-Ocón, Antonio Moreno, y con Erik de Giles y Javier Revillo en la elaboración de una revisión muy sugerente de las ambiciones y los logros de la JAE vistos cien años después.


María Jesús Santesmases
CSIC

Lugar: Residencia de Estudiantes
C/ Pinar, 21, 28006 Madrid
Fecha: Hasta el 2 de marzo de 2008
Horario: De lunes a sábado de 11 a 15 horas y de 17 a 20 horas.
Domingos y festivos de 11 a 15 horas
Enlaces: www.residencia.csic.es/jae/exposicion/exposicion.htm
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