Con Homo Luden Ludens, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial inaugura su tercera muestra dentro del ciclo expositivo dedicado a los fenómenos del juego y a su reflejo en aquellas estrategias contemporáneas artísticas que se centran en la sociedad de hoy.
Dando continuidad a Gameworld, que reflejaba los diversos ángulos y perspectivas de los creadores de nuestros días en el ámbito del juego, y a Playware, una muestra que ponía de relieve el carácter lúdico y social del arte interactivo, con Homo Luden Ludens, LABoral crea ahora un escenario para abordar todos esos aspectos pero avanzando un paso más al analizar la evolución del concepto de juego en nuestra era digital.

El título de Homo Ludens Ludens, elegido con toda intención, alude a la taxonomía de la evolución humana, con Homo como género y Ludens comoespecie. Una especie, esa de Homo Ludens , que introdujo el filósofo Johan Huizinga en su libro Homo Ludens1 pero a la que otro pensador, Vilem Flusser, alude con frecuencia en sus escritos2. La obra de Huizinga se centra en la importancia del elemento lúdico en la cultura y la sociedad y constituye un estudio cultural teórico sobre el juego, describiendo el juego y el acto de jugar como fuente y origen de nuestra cultura. Sin embargo, la idea de Flusser sobre el homo Ludens parte de un punto de vista radicalmente diferente. En sus escritos, Flusser alude a una nueva sociedad telemática emergente, una sociedad dialógica: una sociedad de productores de imágenes que, en lugar de trabajar, genera información a base de jugar con un aparato técnico. Se trata de una transformación desde el Homo Faber hasta el Homo Ludens que entrañaría también una transición desde el mito del creador hacia el del jugador que nos permite contemplar el juego como un acto de emancipación.
Al final, de lo que Homo Ludens Ludens trata es del hombre lúdico contemporáneo, analizando las expresiones coetáneas del juego dentro de la vida y la cultura y explorando las formaciones de círculos mágicos en nuestra era digital. Centrada más en el acto de jugar que en el juego, la exposición configura un escenario que cubre las diversas prácticas y enfoques de unos artistas que abordan, describen o comentan el juego en un contexto actual. El acto de jugar invertido y reformado, portador de problemáticas sociales y políticas y convertido en instrumento de crítica y cambio social y que, al conectar lo virtual con lo real, abre nuevos espacios a la comunicación y a la acción. Su capacidad para acercarse a otras disciplinas, para fundirse con ellas, alumbra nuevas formas artísticas y lúdicas al tiempo que se convierte, también, en un ámbito laboral en elque el jugador se transforma en obrero que, placenteramente, produce contenidos gratuitos y capital para aventuras empresariales multimillonarias.