Ciencia y Cultura


LA VÍA DE LA PLATA. UNA CALZADA Y MIL CAMINOS


Una exposición itinerante sobre las vías romanas



Puente romano Mérida. Foto de Nuria PinalLa Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos, una exposición proyectada por la Dirección General de Cooperación y Comunicación Cultural del Ministerio de Cultura y organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales con la colaboración de diversas instituciones locales y de varias Comunidades Autónomas, abre sus puertas hasta el próximo 22 de junio en el Museo de Arte Romano de Astorga, después de haber encontrado acomodo en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida y antes de visitar Sevilla, Oviedo y Lugo. Era lógico: una exposición sobre vías romanas sólo podía tener un carácter itinerante.

Vía o Camino de la Plata es una denominación popular de algunos trechos de camino que se cimientan en una antigua vía romana, la que desde la capital de la Lusitania, Emerita Augusta (Mérida), enlazaba con uno de los tres grandes centros administrativos del Noroeste, Asturica (Astorga), a través de las actuales provincias de Badajoz, Cáceres, Zamora y León. Eje vertebrador del occidente peninsular, extendía sus ramificaciones por una tupida red de caminos secundarios, que enlazaban el Cantábrico con la costa atlántica meridional para servir a los intereses militares, administrativos, económicos y culturales del gobierno romano. La calzada, por las magníficas obras de fábrica y por los abundantes miliarios -bloques cilíndricos de piedra que señalizaban su trazado cada milla romana (1.480 mts.)-, despertó desde el siglo XVI el interés de viajeros y eruditos, que dejaron la descripción de su trazado y sus particularidades.

Miliario CIII. Adriano Epigrafía. Granito. (Réplica) 245 x 58 cm. Consejería de Cultura y Turismo. Junta de Extremadura. Carcaboso (Cáceres). Con un origen que se pierde en la noche de la Prehistoria, el camino sirvió primero de vehículo de penetración para el comercio fenicio-tartésico hacia el interior, fue utilizado por Aníbal en su incursión hacia las tierras vacceas de Salamanca y Zamora y lentamente fue modelando su trazado como calzada, al compás del progreso de las armas romanas, desde el valle del Guadalquivir hasta las tierras del Guadiana, Tajo y Duero. Así, cuando Augusto remató la conquista de Hispania con el sometimiento de cántabros y astures, pudo remodelar definitivamente con una señalización precisa y obras de fábrica -entre las que destacan los magníficos puentes, aún en pie, de Mérida, Alconétar o Salamanca- el viejo camino, que los sucesivos emperadores se cuidaron de conservar y restaurar. Y cuando las invasiones bárbaras pusieron fin al dominio romano, aunque arruinado, marcó el progreso de la reconquista y repoblación de la Extremadura leonesa, sirvió para delimitar términos e incluso asumió una nueva función, la de cañada de los ganados trashumantes que, desde Cáceres, suben a los montes de León. Todavía, su primitivo trazado se conservó en gran parte hasta el siglo XVIII, como testimonian buen número de documentos y, con algunas variantes, dibujó el trazado de los nuevos sistemas de comunicación entre Castilla-León y Andalucía a través de Extremadura.
Disco de Teodosio Bronce (original plata sobredorada). Almendralejo (Badajoz). 338 d.C. Diámetro: 74 cm. Peso 15.344,7 gr de 996 milésimas. Museo Nacional de reproducciones artísticas (original en la Real Academia de la Historia).Esos mismos sistemas de comunicación, no obstante, relegaron el camino al olvido, apenas otra cosa que objeto de estudio arqueológico, entre ellos, mi propia tesis doctoral. Pero en los años 60 surgió la idea de la vía como slogan de cobertura turística de la mano del incombustible Fraga, Ministro de Información y Turismo, que promocionó el camino y lo añadió a la serie de rutas más o menos disparatadas - de los Castillos, del Quijote, del Cid...--, que pretendían atraer a visitantes nórdicos para aliviar con sus divisas nuestra maltrecha economía. Y se despertó un sorprendente interés -en su acepción más económica- por la calzada. Un interés que trataba de atraer a visitantes, hartos de sol, mar y chiringuitos cutres, e interesarlos por la cultura, y, a la sombra del camino, ofrecerles alojamiento, productos de la tierra, folklore y, a ser posible, algún resto antiguo. El nombre hizo fortuna y se ha utilizado para bautizar línea de ferrocarril, transportes de viajeros por carretera, rutas de peregrinaje, sendas de ciclismo, alojamiento e incluso, lo que es menos explicable, bodegas e institutos de enseñanza secundaria. Y lo que es peor, cuando no hace muchos se extendió el rumor sobre la posibilidad de captar fondos europeos para la restauración de la calzada, pueblos, ciudades y regiones volvieron sus ojos interesados hacia sus restos dispersos, abandonados y maltratados y, reivindicando una real o ficticia proximidad, se enzarzaron en agrias disputas sobre sus mayores o menores derechos a beneficiarse del suculento maná.

De ahí la oportunidad de la exposición, que, con criterios científicos y objetivos, define la calzada en su auténtica dimensión histórica. El visitante interesado podrá así, en tres decenas de paneles didácticos y un centenar de piezas arqueológicas -orfebrería, cerámica, relieves, vidrios y epígrafes-, acercarse a uno de los más importantes vehículos de comunicación de nuestra historia. Un vehículo que ha contribuido en no pequeña medida a conformar, desde el primer milenio antes de Cristo hasta la actualidad, la multiforme riqueza y variedad de los paisajes y regiones del oeste peninsular, a los que con su carácter de elemento de unión hermana en un mismo destino.


José Manuel Roldán Hervás
Universidad Complutense

Lugar: Museo de Arte Romano de Astorga
Plaza Mayor s/n. 24700 Astorga (León)
Fecha: Hasta el 22 de junio
Horario: De martes a sábados de 10.00 a 13.30 h y de 18.00 a 21.00 h. Domingos y festivos de 10.00 a 13.30 h
Enlaces: www.ayuntamientodeastorga.com/visita/romano.htm
Mas Información: www.secc.es/ficha_actividades.cfm