Ciencia y Cultura


EL JUGADOR INVISIBLE

 

El jugador invisible Pontiggia,  Giuseppe.

Traducción: Joaquín Jordá

Anagrama, Barcelona, 1987

 
 
 
 

EL AUTOR

Entre 1934 y 20023 discurrió la vida de este autor italiano, cuya extensa obra acaba de ser recopilada en la prestigiosa colección Meridiani, de la editorial Mondadori. Pontiggia comenzó en el experimentalismo y la construcción neovanguardista - <<El arte de la fuga>>, 1968) - y evolucionó hacia formas más tradicionales, lo que cristalizó en El jugador invisible (1978). Escritor de vasta cultura, cultivó la novela, el relato breve y el ensayo. Entre sus restantes títulos de ficción pueden citarse El rayo de sombra (1983), La muerte en la banca (1959) y Nacido dos veces (2000).

 
 

RESUMEN ARGUMENTAL

Consagrado como un clásico en Italia, la suerte de Pontiggia en España ha sido incierta. Pero El jugador invisible es una obra maestra, cuyas apariencias no pueden engañar. La novela se apropia de modo parcial de la estructura de la novela de intriga, que atrapa al lector, mas el propósito del autor apunta a mayores alturas. Valga el resumen de la historia: un renombrado profesor universitario de filología clásica es atacado por un desconocido desde las páginas de una revista de la especialidad. Conturbado, se convierte en detective a la caza y captura del enigmático enemigo. Las pistas se enmarañan mientras el asunto adquiere nuevas dimensiones: las peripecias sentimentales se interfieren con el móvil desencadenante del relato, que concluye con el suicidio de un colega del eminente profesor.

 
 

VALORACIÓN

El primer nivel de lectura de El jugador es el del trhiller, que, no obstante su eficacia narrativa, se halla al servicio de un segundo plano: el de la crítica de un mundo degradado en lo moral, el universitario. Nada queda de la pureza originaria del humanismo; la burocracia ha ocupado su lugar. Sobre este segundo plano se asienta el tercero, bastante más decisivo: la inautenticidad vital de quienes han convertido el humanismo en pasto de superflua erudición, de aves carroñeras. Por aquí se explican las relaciones de la esposa del eminente profesor con un antiguo alumno, que acabarán con su matrimonio, arrasado por la pasión genuina. Esta dialéctica de fondo, entre vida y <<cultura >>, informa todo el conjunto.

Pero existe aún un cuarto plano, de cariz metafísico. El vivir se presenta como azaroso, casual, como un juego -de ahí el título-en el que alguien siempre juega con nosotros. Por eso el relato se cierra en un clima de piedad y melancolía, resueltos al fin en nada los odios profesionales, los hostigamientos existenciales, y todo al cabo presidido por la sola certidumbre de la muerte en el horizonte.

Obra compleja, sabiamente compleja, en la que no falta, por no faltar, ni el componente cómico, grotesco, derivado de la crítica a la cultura burocratizada, que suscita momentos muy divertidos. Obra, en suma, muy inteligente, que se lee con fruición, que oscila de la sociedad al ser. Y que pone en tela de juicio la vida cotidiana de los científicos. No es la primera vez que se ha fabulado sobre el asunto, pero sí es El jugador fábula de insólito alcance.