Ciencia y Cultura


VIDA DE GALILEO

 

Vida de Galileo Brecht,  Bertolt.

Traducción: Miguel Sáenz

Alianza, Madrid, 1995

 
 

NOTA PREVIA

Contraviniendo de modo excepcional las normas de esta sección, comentamos hoy una obra de teatro de candente relación con temas científicos. La importancia de la obra en la historia de las relaciones entre ciencia y literatura nos ha llevado a hacer esta excepción, que forma parte en fin, de la norma, porque no hay norma sin excepción.

 
 

EL AUTOR

Es Bertolt Brecht (1898-1956) una de las grandes figuras del teatro mundial del siglo XX. Estimable narrador y poeta –escribió excelentes poemas en su obra dramática--, sobre todo concibió y ejecutó una poderosa obra teatral, que se cimentaba en una poética dramática nueva. Brecht funda el teatro <<épico>>: no se trata de conmover al espectador –la catarsis de los griegos—sino de hacerle pensar. Para ello el dramaturgo utiliza diferentes medios, que suscriben todos, el esencial principio del distanciamiento. Ante un hecho trágico hay que dilucidar las causas que lo suscitaron, no conmoverse ni purificarse mediante la conmoción. Esta concepción forma parte de una cosmovisión marxiana: el teatro, como el arte, están para cambiar el mundo; la obra dramática es expresión de la praxis. Brecht propone, pues, una nueva relación con el espectador. Así, Brecht compuso en su no muy larga vida dramas que pertenecen al patrimonio teatral de Occidente: <<La resistible ascensión de Arturo Ui>>, <<El círculo de tiza caucasiano>>, <<Terror y miseria del Tercer Reich>>, <<Los fusiles de la madre Carrá>>, <<Madre Coraje y sus hijos>> o, en fin, esta <<Vida de Galileo>>, que data de 1938-39, del exilio del autor, fugitivo de la Alemania nazi, y corresponde al cenit de su producción.

 
 

RESUMEN ARGUMENTAL

<<Vida de Galileo>> ilustra de modo ejemplar la poética brechtiana. Asistimos a un cambio científico trascendental: la destrucción de la teoría tolomeica del universo, cuya demolición en pro de la teoría copernicana le había costado la inmolación en la hoguera a Giordano Bruno pocos años antes. <<El Cielo ha sido abolido>>, leemos en el texto. Pues de esto se trataba: la Tierra giraba alrededor del Sol y nuestro planeta dejaba de ser el centro del Universo. Asistimos en el texto a las luchas, los conflictos, la tozudez de Galileo, la protección que le brindan las autoridades de Venecia, siempre atenta al beneficio comercial de sus inventos, como el famoso telescopio, frente a la cerrazón romana. <<No se puede condenar la teoría y aceptar las cartas astronómicas>>, dice el papa Urbano VIII, dispuesto a ir más allá –Brecht es respetuoso con la historia--. Pero el Inquisidor responde dogmático: <<Lo que no se puede es hacer otra cosa>>.Galileo se retracta porque no quiere correr la suerte de Bruno y confía en la astucia como medio de burlar al poder. Hace una copia de sus <<Discorsi>> y la entrega a su ayudante Andrea, que la sacará por la frontera, y la nueva astronomía se impondrá de modo irreversible. Humanista, Galileo teme por el mal uso de la ciencia, en eco brechtiano de las noticias que habían aparecido por la época de la composición de la obra sobre la fisión del átomo de uranio.

 
 

VALORACIÓN

Un espléndido drama, muy trabado, con oportunas inserciones poemáticas, que amplifican el desarrollo del conflicto, y con excelentes y punzantes diálogos. A veces puede parecer frío, pero sucede que Brecht no quiere conmover de modo primordial, sino persuadir, razonar, no incurrir en el patetismo. Ahí es nada: la dramatización del conflicto germinal de la ciencia moderna. Todo ello era necesario acometerlo con la máxima sobriedad, sin maniqueísmos fáciles, sin hacer del protagonista un <<héroe>> clásico: <<Pobre del país que necesita héroes>>, exclama Galileo en determinado momento.