Naciones Unidas alerta de que con las reducciones actuales la temperatura aumentará hasta 3,9 grados este siglo
El último estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), publicado hoy, muestra que las acciones actuales que están llevando a cabo los países para reducir las emisiones están muy lejos de lo que se necesita. Así, en el informe de “Brecha de emisiones 2019”, se aborda cómo con las actuales promesas habría mínimo un aumento de la temperatura de 3,2º. Es decir, muy lejos de aquel objetivo marcado en el Acuerdo de París: limitar el aumento de la temperatura a 1,5 o muy por debajo de 2º.
Naciones Unidas precisa en el estudio que para limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5º y evitar, de este modo, los peores efectos del cambio climático, las emisiones han de disminuir un 7,6% cada año de 2020 a 2030. Y unos recortes del 2,7% de las emisiones por año para la meta de 2º. Algo clave, dado que los países han de presentar el próximo año sus nuevos compromisos de reducción de emisiones que han de ser, sin duda alguna, más ambiciosos. La ONU especifica que el nivel de exigencia debe ser al menos 5 veces mayor que el de hoy para que la temperatura no supere el 1,5 y 3 veces superior para el de 2º. Un esfuerzo inmenso que no hubiera sido así si se hubieran comenzado a reducir las emisiones en 2010.
En cualquier caso, para cumplir ese objetivo de temperatura, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben alcanzar su punto máximo “inmediatamente”, hace hincapié el Pnuma, y caer por tanto el porcentaje antes descrito. No se puede, por tanto, continuar con la tendencia de aumento de emisiones actual: un incremento del 1,5% anual en la última década. Y todo ello pese a las múltiples advertencias, a las promesas y al aumento de la acción climática. Los datos hablan por sí solos: en 2018 las emisiones totales, incluidas las del cambio de uso de la tierra, alcanzó las 55,3 gigatoneladas de CO2 equivalente.
De seguir así las cosas, se puede esperar que las temperaturas aumenten entre 3,4 y 3,9 grados este siglo, con lo que habrá impactos climáticos muchísimo más destructivos que los que ya se están produciendo, como las inundaciones, por ejemplo. Y urge, porque incluso si todos los países que ratificaron el Acuerdo de París cumplieran al 100% sus compromisos de reducción de emisiones, antes de 2030 ya habríamos llegado al presupuesto de carbono para la meta de 1,5º.
Siete países del G20 sin políticas para lograr sus objetivos
En este sentido, cabe recordar que los países que conforman el G20 emiten el 78% de las emisiones, sin embargo, siete de ellas aún no tienen políticas establecidas para lograr sus planes de reducción actuales, y mucho menos estrategias para la transformación de compromisos climáticos en la escala necesaria. De ahí, que Naciones Unidas haga hincapié en que los estados deben revisas sus planes nacionales hacia arriba en 2020. Y urge, porque cada año de retraso más allá de 2020 trae la necesidad de recortes más rápidos, que se vuelven cada vez más caros, poco probables y poco prácticos y nos alejan a la humanidad del objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 1,5º.
