Mediante las técnicas de intercambio gaseoso se puede medir la productividad de los vegetales in situ, midiendo la asimilación de CO2. En el caso de los líquenes, además de la fotosíntesis que realiza el alga, tenemos que contar con la suma de la respiración del hongo y el alga. Por lo tanto lo que nos van a dar los sistemas de medida es el crecimiento neto. Además, los líquenes por ser organismos poiquilohidros (no presentan estructuras que les permitan captar y retener el agua como las plantas vasculares) dependen de la humedad ambiental para que estén activos. Esto les permite mantenerse inactivos durante muchos meses en estado seco y volver a la actividad en cuanto se hidratan. En algunas zonas de la Antártida continental esta actividad puede durar apenas unos días al año: ¡por eso crecen tan lentamente!

Para la actividad, disponemos de uno de estos sistemas que estará conectado a una pantalla que permitirá al público comprobar la respuesta fotosintética de la simbiosis frente a la hidratación y a la luz. Se les explicará que este mismo sistema de utiliza en condiciones ambientales en la Antártida.