Utensilios de operación quirúrjica. / oldgreentree (FLICKR)
Fecha
Fuente
El Confidencial
Autor
Cristina Sánchez

Ingeniero español idea un robot cirujano que revolucionará los quirófanos

Pablo E. García Kilroy trabaja para una filial de <a href="https://about.google/" title="Google" alt="Google" target="_blank">Google</a> que quiere lograr un imposible: que el único ser humano en una sala de operaciones sea el paciente.

Un vídeo de animación muestra a un soldado herido en una operación de mantenimiento de paz. Una carretilla lo traslada automáticamente a un quirófano sin médicos. Un sistema escanea al paciente y realiza un diagnóstico. Después, un brazo robótico extrae la bala con precisión, encierra al paciente en una suerte de cápsula y lo traslada a un vehículo aéreo. "La visión era hacer una mesa de operaciones en la que el único ser humano fuese el paciente", explica Pablo E. García Kilroy.

Este ingeniero español trabajaba en el centro de investigación SRI International (Stanford Research Institute) cuando DARPA -la agencia federal estadounidense para el desarrollo de la tecnología militar- les encargó en 2005 un futurista proyecto: crear una tecnología que permitiera tratar traumatismos con el cirujano lejos del campo de batalla. Pablo y su equipo desarrollaron el Trauma Pod, un sistema quirúrgico telerrobótico y semiautomatizado del que llegaron a fabricar un prototipo real: "Se hizo, se probó y no se comercializó, pero estableció una visión para el futuro".

A García Kilroy le sorprendió ver años después un sistema similar en Prometheus, la película dirigida por Ridley Scott. "Lo curioso es que ves que la ciencia ficción se inspira un poco en lo que se ve en los laboratorios, y después los laboratorios se inspiran un poco en lo que se ve en las películas de ciencia ficción".

García Kilroy sigue trabajando en la cirugía robótica del futuro. Ahora lo hace como vicepresidente de Investigación y Tecnología de Verb Surgical, una startup fruto de la colaboración entre Verily, la filial dedicada a la salud de Alphabet (y que antes formaba parte de Google X, el laboratorio de investigación más secreto del gigante) y Ethicon (una compañía de Johnson & Johnson).

La alianza nacía en 2015 con el "objetivo de desarrollar una plataforma integral de soluciones quirúrgicas que incorporará capacidades robóticas de vanguardia y la mejor tecnología de dispositivos médicos para profesionales de quirófanos". Sin embargo, poco más se ha sabido de los pasos de esta reservada compañía, en la que trabajan ya 200 personas. En enero, Verb Surgical anunció la demostración de su "prototipo digital de cirugía". Al evento acudió el mismísimo Sergey Brin, fundador de Google, que calificó de "muy emocionante" el trabajo que estaban realizando. Sin embargo, no se supo más de la propuesta.

"Es un poco abstracto a propósito, porque sí tenemos prototipos de tecnología pero no los estamos haciendo públicos de momento", reconoce el propio García Kilroy. "La visión de Verb es que no nos consideramos una compañía de robótica, sino una compañía que está enfocada en la solución quirúrgica de forma más general". Ahora bien, ¿qué ha llevado a este español a Mountain View y qué nos puede desvelar de las intenciones de una proyecto caracterizado desde el principio por su hermetismo?

DOS DÉCADAS EN EL PATIO DE JUEGOS DE LA ROBÓTICA

Tras estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad Pontificia de Comillas (ICAI-ICADE), este madrileño se marchó a Estados Unidos para trabajar en la división de energía nuclear de General Electric. Después, cursó un máster en Stanford que le acercó al mundo de la mecatrónica y la robótica y comenzó a trabajar en SRI International, un prestigioso centro de investigación.

Cuando se incorporó, en 1996, se acababa de crear una spin-off de SRI, Intuitive Surgical. Precisamente es esa empresa la que comercializa Da Vinci, el robot quirúrgico más famoso. Unos 3.800 Da Vincis están repartidos por todo el mundo, algunos de ellos en hospitales españoles, para mejorar la visión y la precisión de los cirujanos gracias a sus brazos robóticos.

García Kilroy empezó entonces a trabajar en la robótica aplicada a la medicina, un campo que le interesaba especialmente. "En SRI me quedé muchos años porque era como un patio de juegos para ingenieros", explica. "Estábamos continuamente haciendo desarrollos nuevos en temas muy diversos. En algunos casos, robots; en otros casos, máquinas para diálisis, catéteres, proyectos con bombas de infusión, manos robóticas…"

Además del Trauma Pod desarrollado para DARPA, García Kilroy también trabajó en otro programa auspiciado por esa agencia de investigación: el desarrollo del humanoide DURUS, un robot ultraeficiente que caminó en 2015 durante dos horas y media sin cargar su batería. Toda una hazaña. "Los componentes básicos de los robots son los mismos independientemente de que se usen para locomoción o se usen para cirugía. Todas estas tecnologías están muy relacionadas entre sí", explica el vicepresidente de Investigación y Tecnología de Verb Surgical.

Entre las patentes de este español figuran una "muñeca robótica compacta" o un "sistema quirúrgico hiperdiestro". También ha liderado proyectos de investigación auspiciados por el Departamento de Defensa (EE.UU.) o la NASA, y, en 2012, asumió el cargo de Director Asociado de Sistemas Médicos y Robóticos de SRI International.

Tras pasar casi veinte años allí, García Kilroy decidió unirse a Verb Surgical, una empresa a la que ese centro ha cedido tecnología. "Cuando estás haciendo proyectos de investigación [...] a veces se quedan un poco en la estantería y la verdad es que este era un tema que tenía mucha oportunidad para transformarse en algo real, quetuviese al final impacto en pacientes a lo largo de todo el mundo". Cómo y cuándo lo hará no está del todo claro.

LA RECETA 'SECRETA' DE VERB SURGICAL

Según la web de Verb Surgical, la cirugía del futuro contará entre sus ingredientes con machine learning (aprendizaje automático, un área de la inteligencia artificial), cirugía robótica, instrumentación, procesamiento de imágenes avanzado y análisis de datos, si bien no detalla cómo los mezclará en su receta.

Eso sí, García Kilroy quiere diferenciarla de la de Intuitive Technologies. Hace unos meses, puntualizó que el Da Vinci no mejora las habilidades cognitivas de los cirujanos. Al fin y al cabo, es un robot teleoperado: ejecuta las órdenes que le da un humano con mucha precisión pero sin aportar inteligencia. "Te soluciona la dexteridad, pero no hace nada para mejorar la percepción de la anatomía o para ayudar con las soluciones clínicas, y nuestro objetivo es ayudar con esos dos componentes también".

Entonces, ¿cómo es el prototipo de Verb Surgical? "El sistema robótico no puedo describir exactamente lo que es, pero lo único que puedo decir es que se ha diseñado de tal manera que tenga menos resistencia por parte del equipo para instalarlo, está más integrado dentro del flujo de trabajo que hay en la mesa de operaciones", responde García Kilroy.

Al igual que Da Vinci, su sistema robótico aumentará la destreza del cirujano, pero su plataforma realizará muchas otras funciones. Quieren desarrollar lo que este ingeniero califica como un "sistema de información y de asistencia". "Si eres un cirujano con 20 años de experiencia y miles de procedimientos, cuando miras la anatomía no ves lo mismo que un cirujano que acaba de empezar", ejemplifica.

En esencia, pretenden recoger información de muchas operaciones que después se pueda procesar para extraer conclusiones. Así, el sistema podrá ofrecer recomendaciones y alertas en tiempo real al cirujano para facilitarle su trabajo durante la propia operación.

"Imágenes avanzadas" indicarán al profesional las estructuras anatómicas que se encuentre por el camino, pero además le ayudará a "ver a través de los ojos" de un cirujano veterano. "Ahí el problema es cómo puedes usar el conocimiento colectivo para representar a un cirujano con menos experiencia lo que haría un cirujano con más experiencia. En este caso, lo que harías por ejemplo es mirar la misma escena, y si el cirujano con más experiencia lo que ve es un nervio detrás de una estructura, a lo mejor el sistema es capaz de hacer lo mismo y representar ese nervio", detalla.

EL ANDROID DE LA CIRUGÍA

Para crear esa base de datos, esta joint venture entre Google y Johnson & Johnson pretende conectar a hospitales de todo el mundocon el fin de promover el "conocimiento colectivo". Además, no quieren que su plataforma sea cerrada. Son conscientes de que ellos no van a poder "proveer de todas las soluciones tecnológicas" necesarias en una cirugía, así que planean crear una plataforma (este ingeniero lo compara con "un Android frente a un Apple") para integrar aplicaciones de terceros.

"Nuestro enfoque es intentar entender qué es lo que pasa dentro de las operaciones para mejorar los resultados [...] Lo primero, no seremos los únicos haciendo eso; y, segundo, la parte quirúrgica es una parte del tratamiento del paciente". Verb Surgical será una pieza del puzzle, pero su objetivo es que haya otras.

Si la información y la tecnología son accesibles a los cirujanos para que tomen mejor las decisiones, García Kilroy nos explica que se podrá "nivelar la calidad del cuidado que puede aportar cualquier cirujano al operar", ya que, además, pretenden que su sistema asista en cualquier tipo de intervención. Por eso, la compañía ha defendido que su objetivo final es "democratizar la cirugía".

Pero, ¿realmente será asequible ese sistema? García Kilroy no especifica cuánto costará (por ejemplo, el Da Vinci ronda los 2 millones de dólares o 1,7 millones de euros), pero señala que bajarán las barreras económicas para que se extienda a los hospitales de todo el mundo. Tampoco pone fecha al lanzamiento de su prototipo (asegura que estará disponible "dentro de muy pocos años"), aunque califica el proyecto global como "a muy largo plazo".

Además de todos estos interrogantes, cabe preguntarse si será el cirujano el que ejecute las acciones siguiendo los consejos de su sistema en todo momento o si lo hará el robot. "Ese es otro problema independiente de cómo usas esa información, pero lo importante es que cuando 'codificas' la cirugía puedes usar el conocimiento para cualquiera de los dos".

De hecho, ya hay quien está trabajando con la mirada puesta en la automatización. El año pasado, el robot cirujano STAR logró unir dos fragmentos de tejido blando de cerdo de forma completamente autónoma. Ahora bien, García Kilroy cree que aún falta mucho para que los autómatas operen por su cuenta. "Esta tecnología solo tiene sentido si tiene un beneficio muy específico para el paciente", matiza. "La autonomía en medicina, y en particular en cirugía, va a llevar muchos años, y en realidad no es un tema tecnológico nada más, sino de regulación".

Por el momento, este ingeniero español con una dilatada carrera en robótica considera que primero aterrizarán en los hospitales sistemas inteligentes de asistencia al cirujano como el que Verb Surgical está creando. El misterio ahora es saber cuáles serán las capacidades de esa plataforma quirúrgica de la que ni siquiera se ha publicado una imagen. ¿Acabará plasmada también en una película de ciencia ficción?

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