El equipo dirigido por Pintor lleva varios años trabajando en el campo de la farmacología ocular, buscando fármacos para el tratamiento del glaucoma, el ojo seco y la cicatrización corneal. Sus investigaciones se han materializado en varias patentes con un futuro prometedor, pero cuyo ensayo en humanos, que precisa una gran cantidad de dinero, corre el riesgo de no iniciarse por falta de recursos económicos. "Nuestra idea es crear una empresa cuyos beneficios se empleen en el desarrollo de ensayos clínicos para probar estas patentes. La compañía se dedicaría a ofrecer servicios a otras empresas del campo farmacéutico y biomédico que investigan en patologías oculares", ha explicado Pintor. Las farmacéuticas interesadas se podrían beneficiar de los años de experiencia del equipo dirigido por este investigador en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular IV, en la Facultad de Optica de la Universidad Complutense de Madrid. "Nuestro proyecto es viable ya que en principio es muy modesto. No necesitamos grandes infraestructuras y podemos empezar a trabajar con unos gastos mínimos. De hecho ya tenemos contratos con dos empresas farmacéuticas y un par de fundaciones", ha señalado Jesús Pintor. "Con los beneficios de estas actividades podríamos ir creciendo de manera lenta y pensar en la posibilidad de financiar los ensayos clínicos necesarios para probar las moléculas". Moléculas innovadoras Tres de las moléculas desarrolladas por este grupo han dado resultados en modelos animales para el tratamiento de la presión intraocular, y de hecho una de las patentes ya se ha probado con éxito en monos con glaucoma. "Nuestras moléculas son bastante novedosas. Uno de los fármacos contra el glaucoma es un derivado de la melatonina y el otro un nucleótido. Los medicamentos contra el glaucoma ya en el mercado no usan estos compuestos, lo que permitiría a los pacientes con incompatibilidades a los ya existentes disponer de un nuevo tratamiento sin tener efectos secundarios". A pesar de que su idea ha sido galardonada por la fundación madrileña, Pintor reconoce que aún le queda mucho camino por recorrer. "Ahora nos pondremos en contacto con un grupo de asesores para traducir nuestra iniciativa a término empresariales". El investigador muestra su agradecimiento a la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) de la Universidad Complutense, que lo animó a buscar una aplicación comercial a su investigación. "Hacen falta más iniciativas de este tipo para que los investigadores empiecen a ver sus trabajos desde una perspectiva empresarial. Las universidades ya pagan las patentes y ofrecen asesoramiento a sus investigadores, con lo que es fácil llegar tener una patente, que es un primer activo con el que se puede empezar a trabajar". http://www.diariomedico.com/edicion/noticia/0,2458,556195,00.html |