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El Confidencial

El telescopio que ayudará a resolver uno de los grandes misterios del espacio

Son tan rápidas que si no estás mirando (con un potente telescopio, se entiende) al sitio justo en el momento oportuno te las pierdes, y como rara vez provienen dos veces del mismo lugar del espacio, una vez que han pasado no sirve de nada seguir mirando al mismo sitio porque ya no queda nada que ver. Ese es el principal inconveniente que los astrónomos se encuentran cuando analizan las llamadas FRB (siglas de fast radio bursts), unas señales de radio que llegan del espacio, de una gran intensidad pero escasísima duración.

Los astrónomos desconocen todavía muchas cosas sobre estas rápidas ráfagas de radio, como por ejemplo de dónde provienen o qué las causa. También si hay alguna señal óptica que se corresponda con la señal de radio. "Debido a su rareza y fugacidad, la única forma de determinar si hay una contraparte óptica en estas señales sería apuntar con un telescopio óptico al mismo punto de donde proviene la señal de radio", explica David Buckley, astrónomo del Observatorio Astronómico Sudafricano participante en un nuevo proyecto que trata de dar respuesta a este problema.

Se trata de un nuevo telescopio fabricado en Holanda que va a intentar ayudar a solucionar el misterio. Se llama MeerLICHT (más luz en holandés) y actualmente se encuentra en fase de construcción. A principios de abril, después de pasar una serie de pruebas, será enviado al Observatorio Astronómico Sudafricano donde se realizará el montaje para estar funcionando a partir de este verano.

UN TELESCOPIO ÓPICO Y UN RADIOTELESCOPIO

El MeerLICHT es un telescopio óptico de 65 centímetros diseñado especialmente para esta tarea. Sus instrumentos ópticos no son muy novedosos, explica Rudy Wijnands, profesor del Instituto Anton Pannekoek de Astronomía de la Universidad de Amsterdam, "pero la forma en la que opera es única": estará permanentemente conectado al MeerKAT, un radiotelescopio del mismo observatorio de forma que ambos apuntarán siempre a la misma zona del espacio.

Normalmente un radiotelescopio opera por su cuenta y apunta a diferentes partes del cielo a su ritmo. Si detecta una FRB o cualquier otra señal fugaz de radio, envía una alerta a la comunidad científica para que den seguimiento a ese evento con sus propios telescopios (que pueden ser ópticos o de otra longitud de onda, por ejemplo, de rayos X)", explica Wijnands. Esto no es muy útil en el caso de las FRB, explica el astrónomo, porque son señales muy rápidas que duran como mucho unas decenas de milisegundos. "Enviar esa alerta y reenfocar los telescopios a la posición adecuada del cielo puede llevar entre horas y días. Para entonces la FRB hace mucho tiempo que ha terminado".

Pero en el caso del MeerLICHT no será así. Cuando el nuevo instrumento esté en posición y operativo, los astrónomos tendrán un radiotelescopio y un telescopio óptico apuntando siempre en la misma dirección, así que si el primero capta una de esas rápidas ráfagas de radio, el segundo también habrá estado observando en la misma dirección y por tanto habrá captado la imagen óptica de ese fenómeno. "Tendremos la señal óptica y de radio de forma simultánea", explica Buckley.

"EL SEGUIMIENTO HABITUAL NO ES SUFICIENTE"

"La idea surgió hace unos cinco años, al discutir cuál era la mejor forma de continuar el análisis de las señales de radio fugaces descubiertas por los radiotelescopios. Llegamos a la conclusión de que el método habitual no sería suficiente para estos objetos que cambian con tanta velocidad así que decidimos construir un telescopio dedicado a mirar siempre al mismo sitio del cielo que analiza el MeerKAT. Lo más importante era cubrir en el mismo instante el mismo campo de visión", explica Patrick Woudt, profesor de astronomía de la Universidad de Cape Town, en Sudáfrica, y coinvestigador principal del proyecto.

Aún harán falta algo de tiempo para comenzar a estudiar esa doble señal. Los responsables del proyecto esperan que la instalación se realice en abril y comience a recibir señales en verano, aunque la fecha prevista para que esté plenamente operativo y sincronizado con el MeerKAT se retrasará hasta el año que viene. Aún así es difícil saber cuándo comenzará a haber resultados. "Puesto que las FRB son eventos relativamente escasos, es difícil predecir cuántos podrá ver el MeerKAT cada año y por tanto cuánto tendremos que esperar para ver el primero. Sin embargo, en el mismo momento en el que el MeerLICHT esté en marcha y el MeerKAT capte una de estas señales, tendremos los datos disponibles inmediatamente y podremos analizar esa FRB".

VARIAS HIPÓTESIS PERO POCOS DATOS

Es un fenómeno que ha despertado mucha curiosidad entre los astrónomos desde que en 2007 un equipo descubrió las primeras señales revisando datos de varios años antes: el rastro de una intensísima pero brevísima ráfaga de ondas de radio que llegaba desde algún punto desconocido del espacio. Hicieron falta una década, muchas investigaciones y el descarte de otras señales que interferían con la auténtica y que desbarataban las hipòtesis de los científicos para que el estudio de las FRB se tomase en serio, pero sus características dificultan su análisis.

"Recientemente, algunos colegas han encontrado al menos un FRB que sí se repite. Eso quiere decir que, al menos en el caso de esa señal, no se debe a algún tipo de evento cataclísmico (como la explosión de una estrella masiva) porque esos eventos solo ocurren una vez. Ya que al menos está FRB se repite, debe provenir de otro tipo de fenómeno, aunque todavía no sabemos de qué", explica Wijnands. Claro que quizá unas FRB se repitan y otras no, así que podrían provenir de distintos tipos de eventos, incluidos algunos con ese carácter cataclísmico.

"Estos fenómenos son extremadamente breves pero la señal se ralentiza en su camino hacia nosotros a medida que interacciones con las partículas que flotan en su galaxia, en el espacio entre galaxias y en la nuestra. Sabemos que surgen a enormes distancias por las grandes cantidades de material con las que interaccionan hasta llegar a nuestros telescopios", añade Woudt, y también por esa FRB que se repitió, la única hasta el momento, lo que permitió ubicar su origen en una galaxia a 3.000 millones de años luz. "Esta es la única vez que hemos asociado una señal óptica a una FRB hasta la fecha. Con la unión del MeerKAT y el MeerLICHT podremos hacer lo mismo de forma rutinaria, y así entender mejor el origen de las FRB".

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