La Biología en la pantalla… o preparar una muestra de microscopio con una probeta de dos litros (I)

Todos sabemos que en el espacio nadie puede oír tus gritos, ni el estruendo de una explosión, ni ningún otro ruido. También somos conscientes de que los astronautas en realidad se tienen que desenvolver en condiciones de ausencia de gravedad, no pueden andar correteando mientras se disparan unos a otros. Los que hemos estudiado un poquito de química entendemos que, si un combustible explota en ausencia de atmósfera y, por tanto, de un agente oxidante, luego no puede echarse a arder. Y, apelando a conceptos físicos básicos como la tercera ley de Newton o la conservación de la cantidad de movimiento, podemos intuir cómo debería comportarse un objeto en el vacío del espacio y en ausencia de gravedad. Por lo tanto nos damos cuenta de que lo que se ve en las películas espaciales es una fantasía que intenta recrear la acción tal y como se desarrollaría aquí, en la Tierra, para darle más emoción al asunto o para eliminar complejidad y centrar la atención en la misma historia, cambiando sólo el escenario. Así, es frecuente ver a una nave con alas (¿¿???) comportarse como un avión, escorándose cuando tiene que virar, ardiendo si le dan de refilón en el depósito del combustible y explotando con gran estruendo y todo tipo de efectos sonoros si le dan de lleno o si algún inepto acciona el inefable mecanismo de autodestrucción que nunca falta en ninguna construcción humana que supere cierta envergadura.

 

Un inciso: no os habéis equivocado de blog. Es el de siempre, sí, el de Bio(Ciencia+Tecnología).

 

Lo que quería deciros es que hay muchos blogs que hablan de estas cosas, algunos de ellos muy bien, como MalaCiencia, Física en la Ciencia Ficción y Ciencia vs. Ficción. Además existen multitud de listas de distribución de correo repletas de aficionados a la ciencia y a la ciencia ficción que de forma cíclica discuten estos y otros temas. No digamos ya cuando se juntan los ingenieros, los filósofos y los físicos, porque entonces las discusiones se amplían a asuntos como si el hecho de teletransportarse algo parecido a enviarse por fax destruyendo el original supone o no la negación del yo… Bueno, normalmente esas discusiones no llegan a ninguna parte, son más concluyentes las del tipo “¿A quién se le ocurre poner tantos pasillos en una nave donde cada milímetro cúbico útil cuenta? ¿Y de dónde sale la gravedad para que esos tipos corran por los pasillos?”.

 

Pero centrémonos: ¿qué demonios pasa con la Biología en el cine? Pues que normalmente se reinventa, y no digamos ya si hay conexiones con el mundo del cómic. Todos damos por hecho que si te pica una araña radiactiva luego puedes subir por las paredes; si te traspasan los rayos cósmicos te vuelves elástico, invisible, de aspecto rocoso o flamígero; si te dan una dosis excesiva de radiación gamma, que al parecer es verde, te tiñes de este color a la vez que adquieres una mala leche y una fuerza descomunales y proporcionalmente inversas al número de conexiones sinápticas que te quedan activas; y si te echan ácido en la cara los álcalis no existente vuelves ciego pero inmediatamente adquieres sentido “radar” (e instinto de venganza)… Y eso por no hablar de los mutantes de nacimiento, ahí tenemos todo un mundo por descubrir. O de los clones que rápidamente igualan la edad de su original de cuarenta años mediante el sencillo procedimiento de ser incubados en unas peceras llenas de factores de crecimiento y, en ocasiones, inyectarles un líquido fosforito cuya reluciente apariencia indica al sagaz espectador que sin duda es radiactivo.

 

Sigamos. También tenemos al Señor del Mal de turno creando mediante ingeniería genética un mutante asesino, un ejército de esclavos mentales, un virus apocalíptico capaz de activarse por una señal de radio… O, mirad, sin recurrir a la serie B, heredera del pulp, y dejando a un lado a todos esos BEM*

 

y seres deformes cuyo origen nadie duda en achacar a la caprichosa evolución de la vida en otros planetas o a la manipulación genética y al famoso líquido fosforito de antes, puesto que la genética y la radiactividad son una misma cosa en el cine de serie B, tenemos casos más serios, de producciones más costosas, que provocarán hilaridad si son presenciados por cualquiera que haya pisado un laboratorio.

 

O desprecio, o incluso cabreo.

 

Pero para poder meternos en faena, queridos lectores, tendremos que esperar a la siguiente entrada de esta serie… 

 

Federico G. Witt

Bioquímico y Administrador del Portal de Ciencia Ficción

 

* Bug-Eyed Monster (monstruo de ojos saltones, hablando en plata). Son todos esos seres extraños, rematadamente feos, normalmente oblongos, en ocasiones viscosos y desprovistos de extremidades aunque a veces tienen unos tentáculos extensibles, que suelen vivir en planetas donde la chica se baja de la nave, incumple las órdenes de su compañero (y platónicamente amado capitán), se marcha a ver una extraña flor y es raptada. Los BEM en ocasiones sirven al malvado de aspecto humano que es El Señor del Mal del planeta en cuestión (no hay países), que se alegra de que la chica haya llegado en la nave. Se han llegado a ver BEMs en el centro de la Tierra, según aseguran fuentes de toda confianza.

 

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11 comentarios

  1. Conozco un libro estupendo sobre los aciertos y los errores de biología en el cine de ciencia ficción. Su título es "The Biology of Science Fiction Cinema" y su autor es Mark C. Glassy. Es altamente recomendable si os gustan estos temas.

    Un saludo.

  2. Fenómeno, Sergio. Voy a ver si lo consigo (y de paso se lo recomendaré a algunos editores para que lo editen en español).

    Ah, y enhorabuena por tu blog (Física en la Ciencia Ficción, el enlace está ahí arriba en el cuerpo del texto) y no digamos ya por el libro que acabas de publicar, que ya aprovecho para recomendar: <a href="http://www.portal-cifi.com/scifi/content/view/1042/30/"&gt; La guerra de dos mundos (Sergio L. Palacios, Robinbook, 2008)</a>, con material seleccionado del blog.

    Todo un experto en la física en la ciencia ficción (imparte desde hace años una asignatura sobre esta misma materia en la Universidad de Oviedo).

  3. Muchas gracias, Federico, por tus halagos y por recomendar mi blog y mi libro.

    Un saludo.

  4. Estimado Federico, echo en falta en tus comentarios algunos hallazgos brutales de series, no tanto de ciencia ficción, como de casi reality ciencia (por ejemplo Regénesis o algunos capítulos de X-files). Los que nos quemamos las pestañas en un laboratorio de Biología Molecular quisieramos saber como se hace un Southern en 2 horas, como trabajando 4 días, eso si 16 horas diarias), se clona un retrovirus que confiere capacidad de células madre o troncanles (para que no se enfaden los puristas), o se identifican patógenos en tiempo record. También es interesante en la adaptación de Outbreak, la obtención de un anticuerpo que cura del ébola a partir de un macaco y sirve para una población de varios millares de habitantes. Son sugerencias para tus futuras entradas de la serie, pero creo que no tienen desperdicio.
    Un saludo

  5. Hola, Jesús

    Es curioso pero excepto lo de Outbreak (no se puede estar en todo…)…, bueno, verás que en la segunda entrega de esta serie precisamente hablo de ReGenesis (serie que me encanta, todo hay que decirlo) y la visión particular de la ficción televisiva sobre el mundo de la ciencia; y de la maravillosa agente especial Dana Katherine Scully y sus investigaciones express… En fin, que parece que me hubieras adivinado el pensamiento cuando escribí esta serie de tres artículos.

    Eso sí, lo de Outbreak lo anoto para posibles intervenciones futuras. Muchas gracias por la idea.

  6. Hola,

    no soy aficionado a estos foros aunque como fisico siempre me ha llamado la atencion la falta de rigor de estas peliculas.

    De todas formas, creo que es responsabilidad de los ciantificos el hecho de que los directores de peliculas y guionistas se tomen estaas libertades. Hacen las peliculas para una masa que apenas ha oido hablar de gravedad, vacio, virus etc. Solo saben que son cosas "raras" de las que hablan los cientificos y de las que te puedes esperar cualquier cosa por inesperada que sea.

    Si la cultura cientifica llegara mas a la poblacion general, y esto es responsabilidad nuestra, los directores y guionistas se lo pensarian dos veces antes de meter estos "camelos".

    Saludos,
    Luis

  7. Realmente es muy creativo el que se inventen ficciones a partir de logros de la ciencia…o si no Julio Verne seria un autor poco leido. Lo que si faltan son los alquimistas que haciendo alarde de su magia recreen esas fantasias y dejen que sus sueños corran paralelos al pseudo arte científico de Hollywood.

  8. Muchas gracias, Luis, por tus comentarios.

    La verdad es que no sé si es responsabilidad total de los científicos. El científico hace su trabajo de investigación y posterior publicación de sus resultados y conclusiones en medios altamente especializados, muy lejos del alcance del público. Muchas veces lo hace a toda prisa porque así lo exige el sistema (publish or perish, publica o muere) y no le interesa ir más allá, darle un giro lingüístico y semántico y ponerle un significado que pueda trascender el interés de sus colegas y llegar al lector aficionado o al público general. Eso significa perder mucho tiempo, cosa que no suele sobrar. Y no le pagan por eso, ni recibe por esta labor reconocimiento extra, o proyectos, a no ser que llegue a ser una figura mediática. E incluso puede ser contraproducente.

    Pero siempre hay excepciones y hay quien se preocupa por divulgar los descubrimientos científicos, y, a pesar de todo, que si quieres arroz, Catalina: llega el cineasta o el productor de TV, busca algo realista y toma lo que quiere y, lo que es peor, como quiere. De hecho, el cineasta trabaja en un sector que mueve mucho dinero y en tiempos muy cortos.

    ¿Cómo conseguir que la ciencia interese y se difunda? He ahí la pregunta del millón, pero me temo que la respuesta no la tienen los propios científicos sino quienes ejercen política científica de altos vuelos. Eso entraría dentro de los objetivos de diferentes secretarías de estado de varios ministerios, que podrían promover iniciativas conjuntas que fueran atractivas tanto para el científico con inquietudes divulgadoras como para el público con ansias de saber. No dudo de que esas iniciativas existan pero hasta ahora si un científico trabaja en este sentido lo hace por pura vocación, en su tiempo libre y casi por motivos altruistas.

    Aparte de que no todo el mundo tiene los mismos talentos. No es raro encontrar al excelente científico que sin embargo resulta un tostón cuando imparte sus conferencias. Hay gente que ha sido llamada por el camino de la divulgación y otros, por el contrario, son excepcionales obteniendo resultados y publicando "papers" con gran índice de impacto (lo que no quiere decir que tenga impacto sino que lo van a leer muchos colegas que trabajan en el mismo campo, tan alejados como él del público general de televisión o el lector de diarios y revistas informativas). En realidad, lo que creo que falla es la conexión entre el mundo del "paper" y el del programa de TV o el diario impreso. Hay una laguna que se intenta rellenar con masters en periodismo científico, y eso vale para estar al día de los hallazgos en líneas muy generales pero me temo que no acaba de ser suficiente. Por eso conviene que en ocasiones quien divulgue sea un auténtico especialista en la materia, el propio científico autor del hallazgo o un colega que trabaja en el mismo campo que él, que además relacione esa información con el resto y le dé un enfoque que tenga gancho y a la vez sea instructivo.

  9. Jesús Garzón:

    Estoy de acuerdo con lo primero que comentas: Julio Verne escribió unas obras fabulosas basándose en lo que en su tiempo era ciencia puntera. La imaginación, si se aplica sobre unas bases lógicas (y además en una historia bien escrita y que tenga gancho) es la mejor herramienta puesta a disposición de un autor. De hecho, el universo de modernidad recreado por Verne en la época victoriana ofrece tantas alternativas y posibilidades ficticias que hasta hoy en día existe una corriente llamada "Steampunk" basada en ingenios eléctricos o incluso máquinas de vapor (de ahí el nombre) futuristas situados en esa época, imitando de alguna manera lo que este autor hiciera. Pero no olvidemos que en su caso lo que proponía sí era especulativo y futurista, tanto como lo son hoy en día los viajes tripulados a Marte o la clonación humana.

    No entiendo la segunda de tus frases. De hecho, las pseudociencias no faltan en la ficción. No han faltado nunca y no creo que lo hagan. A mí me divierten mucho bastantes historias basadas en ellas, siempre teniendo en cuenta que son historias fantásticas y tomándolas como tales, por supuesto.

  10. Hace mucho que deje de plantearme estas cosas, por mi parte. En el fondo estas discusiones me recuerdan a los freaks que masacraron a Gladiator porque todas las banderas del Coliseo apuntaban hacia el centro. No es que la pelicula me pareciera una obra maestra, pero desde luego no fue por la orientacion irrelevante de las banderas.
    Me pasa igual con el resto de las criticas. Que no se puede hacer un Western en dos horas? Y que?. El punto de la serie no es explicarle a la gente como se hace un western, sino que la protagonista descubra lo que le esta pasando. Si tardara 5 años en descubrirlo, te puedo asegurar que seriais los unicos viendo la serie.
    Simplemente hay que entender que los objetivos del director y los vuestros pueden no ser coincidentes. Si hay que sacrificar algo entre realismo y entretenimiento, me alegro mucho de que sea el realismo. No voy al cine a ver a alguien trabajar en un laboratorio, eso lo hago a diario. Voy a pasar un buen o mal rato, y si para eso tengo que olvidarme un poco de la realidad, pues encantado.
    Si alguien critica, por ejemplo, a "Alien el octavo pasajero" porque los protagonistas tienen gravedad en la nave o porque el bicho tiene acido ("molecular", nada menos) por sangre, es que realmente no ha entendido un mierda de la pelicula.

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