Los cefalópodos están en el punto de mira del debate sobre el bienestar animal.

No tienen columna vertebral o espina dorsal. ¿Se basa en esto nuestra percepción de lo que sienten o sobre su inteligencia?

En Estados Unidos se están utilizando cada vez más pulpos y otros cefalópodos en laboratorios, pero las leyes federales de bienestar animal no se aplican. Los gobiernos de Europa y Australia han incluido estos animales inteligentes y sin espinas en sus leyes.

Pero los invertebrados que se emplean en los laboratorios de investigación, incluidos los gusanos y las abejas o los cefalópodos como los calamares y los pulpos, no reciben las mismas protecciones en Estados Unidos. A medida que los investigadores americanos trabajan más a menudo con cefalópodos para responder preguntas en neurociencia y otros campos, la cuestión de si están tratando a los animales con humanidad se vuelve más apremiante. En Europa los experimentos deben ser revisados por el mismo comité de bioética que revisa los experimentos con otros animales vertebrados.

Lo mismo sucede con el debate de su cría en cautividad para consumo humano.

Al igual que una rata de laboratorio, un pulpo puede aprender a desplazarse por un laberinto. Los pulpos también pueden realizar hazañas inteligentes que las ratas no consiguen, como disfrazarse de rocas y serpientes, salir de sus tanques o esconderse dentro de cáscaras de coco.

En 2021, Alexandra Schnell, bióloga de la Universidad de Cambridge, y otros descubrieron que la sepia puede pasar una versión de la prueba del malvavisco, una famosa medida de autocontrol en la psicología humana. Los cefalópodos se resistieron a comer un trozo de gamba durante dos minutos para ganarse un alimento aún mejor (un camarón vivo).

La prueba del malvavisco de Stanford es un experimento de una serie de estudios sobre gratificación retrasada realizado a fines de los años 60 y comienzos de los 70, dirigido por psicólogo Walter Mischel, entonces un profesor en Universidad de Stanford.

En estos estudios, se le ofreció a un niño que elija entre una recompensa pequeña inmediata o dos recompensas pequeñas (es decir, una recompensa más grande) si esperaran un pequeño período de aproximadamente 15 minutos. Durante este período el investigador deja la habitación y luego regresa. La recompensa era a veces un malvavisco, pero a menudo una galleta o un pretzel.

A diferencia de los humanos, cuya inteligencia está, por así decirlo, en sus cabezas, los pulpos llevan la mayor parte de su sistema nervioso en sus brazos. Sus ventosas no solo se agarran a las cosas, también las sienten y las prueban. “Es como si tus manos estuvieran llenas de lenguas”, según Christine Huffard, bióloga del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey.

En un experimento, se descubrió que los pulpos acariciaban una herida con sus picos y evitaban las cámaras donde fueron colocados después de recibir una dolorosa inyección.

En un artículo publicado en julio, el Dr. Huffard y Peter Morse, de la Universidad James Cook en Australia, demostraron que los pulpos machos de anillos azules podían usar el tacto para reconocer a las hembras con las que ya se habían apareado. Después de toparse con una ex pareja, los machos huyeron, quizás para evitar ser comidos. Tal investigación sugiere que los pulpos y otros cefalópodos son inteligentes y sensibles.

Pero, ¿sienten dolor como nosotros? No es solo una preocupación hipotética. Algunas investigaciones con cefalópodos implican cirugías potencialmente dolorosas, como la amputación del brazo de un pulpo. Sin embargo, no podemos preguntarles si les duele.

En un artículo de 2021, se mostró que los pulpos que habían recibido una inyección de ácido acético habían acariciado la herida con sus picos y habían evitado una cámara que estaba donde en el lugar donde habían recibido la inyección. Pero a los pulpos no les importaba seguir ante una cámara en el lugar en elque habían recibido una inyección de anestésic después de la primera.

Los investigadores usan una prueba similar en roedores para juzgar si las drogas les causan dolor.

En otro artículo de 2021, en el que se estudió la actividad nerviosa de pulpos y sepias que habían sido anestesiados, o eso pensaban los científicos. Habían sumergido a los animales en cloruro de magnesio para anestesiarlos, un procedimiento utilizado comúnmente en laboratorios en los que se trabaja con organismos acuátcios. Cuando un animal dejaba de moverse y se ponía blanco, los científicos asumían que no podía sentir nada y que no se estresaría al manipularlo. Pero las grabaciones de los electrodos mostraron que durante varios minutos después de dejar de responder, el cefalópodo aún podía sentir que los experimentadores tocaban su cuerpo.

Este hallazgo cambió de inmediato la forma en que los investigadores de su laboratorio anestesiaban a los pulpos. Ahora, esperan hasta 20 minutos adicionales para asegurarse de que los animales no sientan nada.

No existe un manual universal para el cuidado de los cefalópodos porque los científicos todavía están aprendiendo sobre su biología.

«Por otra parte, el pulpo, que ha sido un producto básico de las gastronomías mediterránea y asiática, se ha convertido en un manjar global debido a la popularidad del sushi, las tapas y el poke y a la búsqueda de proteínas de alta calidad. En los últimos años, la demanda y los precios se han disparado conforme el calentamiento y la acidificación de los mares amenazan con desplomes en el futuro y pese a que las capturas en las mecas tradicionales del pulpo, como España y Japón, han caído.

El debate se calentó cuando se publicó: «The Case Against Aquaculture». En él sostienen que las desoladoras «consecuencias éticas y medioambientales» de la producción de carne industrial «deberían hacer que nos preguntemos si queremos repetir con los animales acuáticos los errores que ya cometimos con los animales terrestres, sobre todo con los pulpos».

La mayoría de los caladeros de pulpos salvajes aún son más artesanales que industriales y emplean barcos pequeños y técnicas tradicionales. Los miles de pescadores de los estados mexicanos de Yucatán y Campeche atraen a sus presas colgando cangrejos de largos palos de bambú. Pero la captura global (420 000 toneladas al año, según la FAO) se destina principalmente a los consumidores acomodados de Corea del Sur, Japón, España, Italia, Portugal y, últimamente, Estados Unidos. Aunque podamos considerar el pulpo a la gallega el plato por excelencia de la comunidad, Galicia importa 20 veces más pulpo del que captura.

Los defensores de la acuicultura sostienen que la cría de pulpos es la única forma de garantizar la sostenibilidad y satisfacer la demanda al mismo tiempo. Algunos aspectos del ciclo vital del pulpo lo convierten en un candidato atractivo para la acuicultura. Al igual que el salmón, tienen una vida corta y crecen rápidamente; las especies más comunes viven de uno a dos años y unas pocas variedades de gran tamaño, de tres a cinco. Pueden ganar un cinco por ciento más de peso en un día. Pero ese ciclo vital presenta un obstáculo considerable: mantener a las delicadas crías planctónicas de pulpo, denominadas paralarvas, hasta que puedan empezar a crecer.

En la actualidad, la multinacional Grupo Nuevo Pescanova, con sede en Galicia, ya finalizó la investigación más avanzada sobre la reproducción del pulpo gracias al trabajo previo del Instituto Español de Oceanografía, la explotación comercial comenzará en 2023.

Ricardo Tur, responsable de la producción de pulpo en Pescanova, cree que estudiar a los pulpos producirá grandes recompensas en la investigación de antibióticos (por su cobertura mucosa protectora), la regeneración neuronal y de tejidos, y la robótica. Los diseñadores de robots ya han copiado su piel elástica que cambia de color y han imitado sus tentáculos con ventosas sensibles para la sujeción y la navegación quirúrgica. Un laboratorio italiano ha inventado un «pulpobot» que puede explorar grietas submarinas.»

«La granja de pulpos que el grupo Nueva Pescanova proyecta en el puerto de Las Palmas y que será la primera instalación del mundo de cría en cautividad de estos animales ha sorteado un nuevo obstáculo y sigue adelante a pesar de los ‘peros’ planteados por el partido animalista Pacma.

El proyecto de Las Palmas pasa por una granja en tierra con una zona de piscina para cría. Las larvas se alimentarán inicialmente de algas y de piensos y cangrejos en un proceso que se alargará hasta 15 meses. Nueva Pescanova prevé comercializar 3.000 toneladas de pulpo anuales. El proyecto creará en Las Palmas más de 300 empleos.

La inversión prevista por Nueva Pescanova superará los 65 millones de euros.»

Tanto los partidarios como los opositores de la acuicultura de pulpos coinciden en un aspecto: las capacidades increíbles que poseen estos moluscos maravillosos.

Para saber más:

Review of the Evidence of Sentience in Cephalopod Molluscs and Decapod Crustaceans Jonathan Birch, Charlotte Burn, Alexandra Schnell, Heather Browning and Andrew Crump November 2021

La demanda de pulpo aumenta: ¿es ética la acuicultura de este cefalópodo? Eric Sigliano. National Geographic.

Octopuses Don’t Have Backbones — or Rights. Elizabeth Preston. NYT.

The Case Against Octopus Farming BY JENNIFER JACQUET, BECCA FRANKS, PETER GODFREY-SMITH, WALTER SÁNCHEZ-SUÁREZ

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