En los últimos años se están construyendo más piscifactorías en alta mar, las conocidas como off shore.

Su proliferación en aguas abiertas, a menudo a varios kilómetros de la costa, ha provocado un acalorado debate: algunos los ven como la próxima frontera para la producción sostenible de peces como el salmón del Atlántico, la lubina y atún, mientras que para otros es un paso más en la creación de “granjas industriales del mar”.

En lo que casi todos están de acuerdo es que estas granjas en lugares más alejados de la costa están a punto de aumentar todavía más en los próximos años. Entre 1961 y 2017, la demanda mundial de pescado creció una media del 3,1 % anual.

Algunos piensan que las granjas off shore puedan aliviar la presión sobre las poblaciones de peces que son objeto de la pesca. En 1974, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, alrededor del 10% de las poblaciones de peces en las pesquerías se estaban agotando demasiado rápido para que lo pescado se reemplazase por los juveniles dado que se habían pescado muchos reproductores. En 2017, esta proporción había subido al 34%.

Otros argumentan que el impacto ambiental supera cualquier beneficio potencial. Entre estos riesgos ambientales enumeran el hecho de que el flujo constante de agua a través de las granjas permita que los alimentos, los antibióticos y la materia fecal entren en aguas abiertas hasta el riesgo de que los peces de cultivo puedan escapar y amenazar los ecosistemas locales.

También existe el riesgo de que el éxito de las granjas pueda depender de procesar peces pequeños para usarlos como alimento de los cultivados.

Las granjas de peces y mariscos han estado creciendo a un ritmo vertiginoso en todo el mundo, particularmente en China. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, entre 1990 y 2018, la piscicultura creció un 527 %.

La piscicultura en alta mar se sitúa entre las apuestas más arriesgadas del sector; as jaulas deben construirse para soportar el mar abierto, olas de mucho más de un metro de altura y fuertes corrientes, mientras que sus ubicaciones remotas significan que cualquier problema suele llevar más tiempo y ser más costoso de solucionar

Aun así, se han invertido decenas de millones en el sector. Forever Oceans, con sede en Virginia, ha recaudado casi 120 millones de dolares de inversores, según Bloomberg, mientras que un fondo de riesgo vinculado a la heredera de Walmart, Christy Walton, ha respaldado media docena de iniciativas relacionadas con la acuicultura en mar abierto.

Un estudio de 2019 que recogió muestras de agua cerca de jaulas de peces sumergidas en la costa de Panamá concluyó que, cuando se ubican adecuadamente, las granjas en alta mar pueden producir una huella de contaminación relativamente pequeña. Otro de 2011 que comparó más de 15 000 atunes de aleta azul criados en alta mar y más cerca de la costa descubrió que los criados en alta mar tenían una mortalidad reducida y eran menos propensos a los piojos de mar.

Un artículo publicado en Nature 2020, argumentó que los altos costos asociados con la agricultura en alta mar significaban que estos productos serían inaccesibles para los consumidores de bajos ingresos, lo que sugiere un alcance limitado para aliviar la inseguridad alimentaria. Los investigadores también señalaron que el combustible consumido por los barcos que se dirigen hacia y desde las granjas podría comprometer el medio ambiente.

En general, la evidencia que respalda las piscifactorías en alta mar sigue siendo escasa. Las ubicaciones remotas, dice, harían imposible regular la piscicultura industrial de manera sostenible en nuestros océanos.

Una opción pueden ser la acuicultura en tanques terrestres, donde los peces se crían aislados del ecosistema circundante. Esto se hace con salmones y rodaballos y alguna otra especie de peces y crustáceos.

Existen proyecciones que sugieren que la demanda de alimentos podría duplicarse para 2050 a medida que la población mundial crezca y se vuelva más rica.

A medida que las empresas experimentan con alimentos para peces derivados de productos como proteínas de insectos o producidas en bacterias para minimizar la presión sobre las poblaciones de peces capturados en la naturaleza.

¿Se repetirán los mismos problemas que la producción de animales y plantas en tierra? ¿o de las anteriores instalaciones de acuicultura? depende en gran medida de las especies que se cultiven, sus densidades y los residuos que generen.

Granjas offshore:

 

Granjas en tierra:

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