DANDO DE SÍ UN POCO MÁS
En línea con la entrada anterior, las horas invertidas en la asistencia a clases y la preparación de la docencia de los últimos meses, junto con nuestras charlas de pasillo, nos han hecho reflexionar sobre un tema muy recurrente en lo mentideros fisioterápicos.
En los encuentros con colegas, antiguos o recién incorporados a la profesión, también en los virtuales en la red, aparece con frecuencia las alusiones a la integración, o no, de determinados contenidos en el Grado. En el pasado año Ana de Groot, por ejemplo, manifestaba en las Jornadas Interhospitalarias de Fisioterapia del Hospital Universitario de Fuenlabrada, su opinión a favor de formar a los estudiantes en la ecografía básica, dentro de las competencias del fisioterapeuta. Hace unos días Orlando Mayoral, en las Jornadas Nacionales de Dolor Miofascial del Hospital Puerta de Hierro, reconocía que la punción seca, al menos la modalidad superficial, también se podría incluir en los planes de Grado.
Sin ser tan innovadores, podemos pensar en otras formas de tratamiento o diagnóstico, como el vendaje (en todas sus variantes), el drenaje linfático, el abordaje de la esfera cráneomandibular o la fisioterapia pelviperineológica. Quizás nos llamen más la atención, por la importancia de su práctica para adquirir una habilidad mínima con garantías de eficacia.
Sabemos del crecimiento del arsenal terapéutico-diagnóstico de la Fisioterapia. Ello hace inabordable todo en el Grado. Además, ni siquiera es deseable, al menos en nuestro convencimiento ya expresado de la necesidad de especialidades en Fisioterapia. No obstante, es comprensible un debate serio sobre si se da de sí lo suficiente para afianzar unos conocimientos y destrezas que parecen imprescindibles en un simple graduado.