Absurdo o ¿absurdo?

Hay hoy (como ayer) personas que se autodefinen como científicos pero que ni de lejos han entendido lo que es la ciencia. La ciencia es un esfuerzo por conocer el mundo, que incluye a los entes que hay en él. 

En muchos sitios que tratan de los problemas de la física, y más en concreto de la física de muy pequeñas energías y tamaños, se pueden leer cosas como esta: “Cuando yo estudiaba mecánica cuántica, mi profesor me advirtió que debía evitar la pregunta ‘¿qué es más fundamental?’ y centrarme en ‘¿qué es más útil?’”

Ese profesor seguía el dogma de Niels Bohr, y era muy mal profesor, pero no era un científico, y tenía poco de humano, pues como he escrito ya otras veces en este blog, Nansen, el explorador ártico y benefactor, insistía en que no hay nada más humano que querer conocer. Uno puede usar una palanca que puede ser útil, sin saber qué es y por qué funciona, pero eso no es ciencia. 

Es muy triste que haya profesores así. Un buen profesor, de Física, de Historia, de Filosofía, de Literatura, anima a sus alumnos a responder a las preguntas ¿qué es? ¿por qué?, sean útiles o no. La utilidad viene siempre después, y siempre viene, sobre todo, cuando no se busca. 

Luego, quien escribe esto de ese profesor suyo, afirma  que nuestros cerebros están programados para pensar clásicamente, y que muchos conceptos de la mecánica cuántica no tienen análogos clásicos”. ¿Cómo lo sabe quien así escribe? Lo más seguro es que ni siquiera los haya buscado,  y que habiéndolos buscado no los haya encontrado. 

Hay ideas en la física que se establecieron como dogmas antes de esperar a investigaciones más detalladas. Niels Bohr no hallaba explicación a la distribución cuántica de las energías en los átomos, y pensaba que la distribución de órbitas en los sistemas planetarios era continua. Por eso estableció el dogma de no intentar entender la física del nivel atómico.  Nunca se preocupó de entender que los electrones en los átomos pueden estar en los primeros niveles de energía posibles mientras que los planetas están en los de números más grandes, de forma que sus órbitas son casi continuas. Bohr no se lo explicaba, pero Schroedinger dio una explicación totalmente clásica, calculando los niveles posibles de energía mediante el Hamiltoniano de un problema de movimiento en campos centrales cuyo potencial es la inversa de la distancia a un centro, que produce niveles discretos sin exigir ningún axioma cuántico, para sistemas de pequeña energía y para sistemas planetarios. El problema del coeficiente imaginario en la derivada temporal se puede entender también fácilmente, sin invocar misticismos no inteligibles y lo explicaré en otro post. Ahora me interesa más analizar otras afirmaciones de algunas personas.

En el escrito que comento, se habla del misterio de que partículas “cuánticas” del mismo tipo son indistinguibles. Me gustaría que esa persona que escribe me explicara cómo podría distinguir  entre sí los granos de arena de una duna del Sahara moviéndose bajo el viento, o incluso objetos más grandes como 100 bolas de rodamientos de acero del mismo diámetro moviéndose en una mesa de billar agitada constantemente. Y no vale decir que se les podría poner algún tipo de marcador, porque entonces no serían del mismo tipo. 

Viene todo esto a cuento de que hay quienes rechazan la idea de partículas y las quieren sustituir por “excitaciones” de campos. Ahora bien, estas personas no se toman la molestia de explicar de qué campos hablan, de dónde salen,  ni cuáles son esas “excitaciones”. Como mucho se refieren a conceptos matemáticos como simetrías y relaciones de conmutación, que tampoco definen. Las matemáticas son un lenguaje para hablar de algo, y antes de hacerlo es preciso definir de qué se está hablando. Si yo digo que una persona es un bwqcft, tendré que haber definido antes lo que sería un bwqcft.   

Si se afirma que los objetos físicos son excitaciones de campos no definidos, se debe explicar cómo se forma una piedra, un puente, un ave, un avión, a base de excitaciones de un campo. Mientras utilizamos partículas dotadas de fuerzas de interacción entre ellas, podemos entender cómo se forman las moléculas, y de las moléculas, cómo se van formando esos objetos que acabo de mencionar. 

No he encontrado en ningún lugar ningún texto que explique la Física, Química, Biología y Geología en función de excitaciones de campos. Ni mucho menos de simetrías y relaciones de conmutación de entes fantasmales como operadores de los que no se especifica sobre qué operan. 

Se dice: “Se puede construir una teoría de campos definiendo las relaciones de conmutación de los operadores del campo. Lo que sean físicamente estos operadores no se considera”. Es decir, se puede jugar con el lenguaje, sin relacionar el lenguaje con la realidad externa al mismo: <bwqcft, vgrwsk>= plj . 

La ciencia no es eso.  

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