Economia: Un sistema no lineal

La economía, la creación de riqueza y su reparto, no esta nunca en equilibrio, ni es lineal, ni por tanto, predecible en detalle. Debe tratarse de manera estadística. 

Estudiando la evolución de las economías de las sociedades humanas a lo largo de la historia aparece un patrón bastante claro. Esas economías crecen (mejora la riqueza) hasta que se alcanza un punto crítico en el cual se produce una caída brusca. Esto indica que la economía de cualquier sistema social sigue una evolución (ecuaciones) no lineal del tipo “el rico se hace más rico y el pobre, más pobre”.  La razón es totalmente diáfana: Se ponen en marcha esquemas de generación de riqueza de los cuales los que tienen éxito  crecen hasta acaparar los recursos disponibles, en cuyo momento se produce un colapso, que es preludio (muchas veces muy largo) a un nuevo crecimiento. Solo aquellos sistemas (sociedades) que han sabido renunciar a los esquemas exitosos del pasado y buscar otros nuevos para el presente han conseguido evitar ese colapso. 

Dos ejemplos entre muchos. La sociedad romana desarrollo el esquema de conquistas mediante un entrenamiento muy duro que inculcaba una tremenda disciplina a todos los varones de la república y primeros 150 años del Imperio. El éxito fue apabullante, pero estaba basado en la conquista de cada vez nuevas tierras con sus habitantes, hasta que se alcanzó el límite posible, con los medios de transporte disponibles entonces, para trasladar romanos hasta las fronteras. Hubo que incorporar personas que no eran ciudadanos romanos a los ejércitos, con lo cual el esquema dejó de funcionar. Con la riqueza adquirida (mediante el robo sistemático) Roma hubiese podido desarrollar industria y nuevos métodos agrícolas, pero se limitó a mantener el esquema de éxito hasta que este perdió eficacia. Esto mismo ocurrió con el imperio otomano, que alcanzó en Viena el límite geográfico de su capacidad logística. No fueron, estos tampoco, capaces de invertir la riqueza obtenida (mediante robo) en unos esquemas nuevos de adquisición de la misma. Por decirlo de manera clara, no quisieron aprender, se anquilosaron.

Las crisis industriales o financieras de estos últimos 200 años han seguido todas la misma evolución. Se encontró riqueza en los ferrocarriles. En los EEUU se invirtieron fortunas en ellos hasta que las empresas quebraron por que ya no había sitio en donde poner más. La crisis de las hipotecas: Se hacían y repartían hipotecas hasta que ya no había más gente que pudiese pedirlas. El sistema crece hasta agotar los recursos.  

En una tubería llena de fluido, si la velocidad es suficientemente alta, o si la viscosidad es demasiado baja, se generan vórtices que crecen hasta llenar el espacio disponible. Si las paredes del tubo no son suficientemente resistentes, el sistema colapsa. 

Ni los romanos ni los otomanos ni, si a eso vamos, los empresarios o los financieros actuales, conocían o conocen las leyes de los sistemas no lineales. 

Para controlar el crecimiento de los vórtices (de los sistemas, digamos, probados para conseguir riqueza) se precisa frenar la velocidad y aumentar la viscosidad del flujo. De la misma manera, en Roma se hubiese precisado substituir las operaciones de conquista por la absorción consciente de los pueblos limítrofes y por la creación de riqueza mediante la colonización de tierras, mientras que en caso de los otomanos se precisaba sustituir el esquema de servicio militar de los hacendados de Anatolia al sultán, por servicios de producción agrícola y estímulo del comercio. 

Hoy las empresas y sistemas financieros deberían utilizar una buena parte de las ganancias que normalmente obtienen, para diversificar el negocio, en la seguridad de que si no lo hacen el riesgo de colapso crece con la insistencia en seguir haciendo lo que en algún momento ha tenido éxito.

Por otro lado siempre existe la incertidumbre. Es preciso tener recursos y protocolos preparados para casos posibles aunque de baja probabilidad. En estos años y días, la(s) pandemia(s) y las guerras. Alemania no tenía preparados ni recursos ni alternativas a un boicot al gas natural por parte de Rusia. El mundo en general no tenía diseñados protocolos modernos (no medievales) ante un ataque vírico, ni empresas que pudiesen producir vacunas en plazos de pocas semanas. 

No aprenderemos, ni siquiera si reconocemos el carácter no lineal y aleatorio de la vida y de la creación de riqueza, pero podemos intentar hacerlo. Es muchísimo mejor.

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