EL ZEPPELIN Y SUS PATENTES

El Zeppelin es una invención que ya pasó a la historia hace cerca de un siglo, aunque es cierto que su nombre aún es recordado, pues su breve vida dejó una marca indeleble en la historia de la aeronáutica. El Zeppelin era en realidad un globo dirigible, el cual tomó su nombre de su inventor, el conde Ferdinand Von Zeppelin, de la nobleza prusiana. Tras una intensa vida militar y un viaje a Estados Unidos como observador del bando unionista en la guerra civil norteamericana, fue tras su jubilación, en 1891 que dedicó una década al diseño y desarrollo del dirigible, como también se lo conocía.

Su obsesión con la invención de artefactos voladores provenía de su ascensión a globos en los Estados Unidos para observar los movimientos militares en los campos de batalla de la guerra civil de secesión.

Zeppelin obtuvo su primera patente en 1895 de número DE98580. En 1897 se le concedió una “adición” sobre la patente anterior, de número DE103569:

En 1899 consiguió la patente norteamericana equivalente de número US621195.

Según se observa, la esencia del Zeppelin consistía en un marco compartimentado, y unas bolsas de gas en cada uno de los compartimentos. También poseía unos motores de propulsión. El Zeppelin se empleó durante la primera guerra mundial por parte del ejército alemán para bombardear ciudades, especialmente Londres, pero eran muy vulnerables al fuego antiaéreo. Una muestra de la amenaza que suponía el Zeppelin durante la primera gran guerra es la patente de número US1217657.

Tras la primera guerra mundial se utilizó para el transporte de pasajeros y vivió una época dorada llegando a contar con una ruta transatlántica, entre Alemania y Rio de Janeiro. En 1936 realizó su primer vuelo el Hindenburg, el Zeppelin más grande nunca construido. Se había diseñado para utilizar helio no inflamable, pero debido a falta de helio se llenó con hidrógeno inflamable. Debido a ello, poco antes de aterrizar en New Jersey tras un vuelo transatlántico se incendió provocando numerosas víctimas. A partir de entonces se dejó de utilizar paulatinamente y en 1940 ya no quedaba ninguno en uso en Alemania. Su influencia cultural, más que la tecnológica, aún permanece:

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