EL PRIMER OSCAR DEL CINE ESPAÑOL LO GANÓ UNA INVENCIÓN PATENTADA

Comenzamos un nuevo año y eso significa que nos acercamos a la cita anual más importante para el cine de Hollywood, la entrega de los Oscar. Aunque no es la primera vez que en este blog hacemos referencia al mundo del cine, muy justificadamente el lector puede preguntarse qué diantres tiene que ver el mundo de las patentes con los Óscar de Hollywood. Como verá unas líneas más abajo, no es nada descabellado.

El inventor protagonista de esta entrada lleva la invención en la sangre, y es que se llama Juan José de la Cierva y Hoces, nació en Madrid en 1929, es ingeniero de telecomunicaciones y sobrino de Juan de la Cierva y Codorníu, uno de los inventores españoles más populares de todos los tiempos.

Lo de que iba para inventor se vio muy temprano, puesto que ya en 1953, con 24 años presentó su primera solicitud de patente, de número de publicación ES0211825 y que tenía por objeto una cámara que permitía determinar, sin lugar a dudas, el orden de llegada en una meta. En una de sus entrevistas relata cómo el primer día que estaba probando su invento en el hipódromo de la Zarzuela, tuvo lugar un triple empate en la llegada y la cámara de cine que se empleaba en esas ocasiones no era capaz de determinar qué caballo había ganado. Sin embargo, su invento proporcionó sin ningún problema el orden de llegada de los tres primeros caballos.

Figura de la patente española ES0211825

En la época de la autarquía trabajó en los inicios de la televisión en España, fabricando incluso algunos aparatos receptores de TV y participando en la primera emisión de TV. Los desarrolladores de la primera televisión española tenían instrucciones de hacerla totalmente incompatible con otras televisiones del mundo, a semejanza de lo que antes había ocurrido con las vías ferroviarias.

Posteriormente emigró a la Cuba de Batista donde tras diseñar antenas de TV se embarcó en el proyecto de diseño y construcción de un helicóptero cubano, el C-58, pero todo se interrumpió tras el triunfo de la Revolución Cubana, aunque Fidel Castro y el Che Guevara mostraron interés en el proyecto. Juan de la Cierva no tenía intención de compartir sus negocios con el régimen castrista y por ello huyó por ferry a los EE.UU donde comenzó a trabajar en una empresa que construía autogiros y helicópteros. Posteriormente fundó la compañía de aeronáutica Dynasciences. Fue durante esta etapa, en los años 60 cuando inventó la creación que le permitió ganar el Óscar de Hollywood a la mejor contribución técnica de 1969, el Dynalens. Se trata de un estabilizador óptico para evitar los efectos no deseados de movimiento, vibraciones y desenfoque de las cámaras. La invención se le ocurrió cuando trataba de filmar a sus hijos practicando esquí acuático. Vendió el invento a la CBS por 1 millón de US$ y se empleó por primera vez en la película “Tora, Tora”. La US3212420 parece ser la primera patente que protegió al Dynalens:

Patentes posteriores, como la US3489486, y la US3910693 protegieron perfeccionamientos del Dynalens.

Figuras de US3489486                                                                                         Figura de US3910693

La obtención del Oscar fue ampliamente celebrada en España y no era para menos, al tratarse del primero obtenido por un español. Prueba de ello es el recibimiento con el que se encontró Juan de la Cierva a su llegada al aeropuerto de Barajas y esta entrevista en el diario ABC, publicada en abril de 1970, donde se subraya que se trata de una familia por cuyas venas corre la invención, aunque no es el nieto del inventor del autogiro sino el sobrino.

Entrevista publicada en el ABC de Sevilla el 28/04/1070. Dice por error que es el nieto del inventor del autogiro, cuando en realidad es el sobrino

A lo largo de esta entrevista realizada por el diario “El País”, Juan de la Cierva se refiere a su colaboración con el ejército estadounidense, que dio lugar a muchas patentes que aún hoy permanecen sin publicarse por haberse clasificado. Afirma figurar como inventor en alrededor de 40 patentes.

Juan de la Cierva recibiendo el Óscar a la mejor contribución técnica al cine en 1969

Entre los años 1975 y 1979 se mantuvo al frente de la empresa “electroóptica Juan de la Cierva”, que llegó a tener 193 empleados y un gran nivel tecnológico para la época. Participó en el desarrollo del cañón antimisiles Meroka, todavía operativo en algunos buques de la armada española y en el montaje del sistema de seguridad de los Palacios de la Moncloa y de la Zarzuela. La empresa consiguió importantes ingresos gracias a la patente ES0470596 sobre un sistema informático de tratamiento de apuestas deportivas, donde figura como inventor y solicitante su hijo Juan de la Cierva Francés.  Sin embargo, la empresa terminó en un fracaso económico y con Juan de la Cierva fuera de España.

En los últimos años Juan de la Cierva no ha cesado en su actividad “inventora”, pudiendo destacarse el “heligiro” una nave que permite la transición del helicóptero al autogiro y de este al avión, permitiendo velocidades de 600 Km/h el doble de las alcanzadas por los helicópteros y autogiros tradicionales más rápidos. La invención se encuentra protegida mediante las patentes españolas ES2275370B1 y ES2277476B1. También obtuvo una patente europea validada en España con el número ES2332921T3.

Figuras de la patente europea validad en España ES2332921T3

A sus casi 90 años sigue trabajando sobre posibles invenciones. Hace unos años estaba inmerso en el proyecto de un super tren. Juan de la Cierva no se considera un inventor sino un matemático que sabe transformar los problemas físicos en matemáticas.

Conclusión

La vida de Juan de la Cierva y Hoces puede considerase el epítome de la figura del inventor, que como afirma en una de las últimas entrevistas, siempre que se ha encontrado con un problema ha tratado de desarrollar una solución al mismo.

Leopoldo Belda

 

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2 comentarios

  1. Se ve que si el entorno es inventivo, se contagia la creatividad. Para reflexionar.

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