Cuando era joven y disfrutaba en las “fiestas de moros y cristianos” que suelen celebrarse en muchos pueblos del levante español, las borracheras que nos solíamos agarrar eran descomunales. Ya el primer día, tras el desfile de las fuerzas enemigas (la denominada “entrada»: ver foto al final del post), mi hermana cargaba una jeringuilla con el complejo vitamínico Benadon 300 y me lo inyectaba sin piedad (pido excusas por apuntar la marca, pero me han comentado que era recomendable). Este cóctel de vitamina B (y especialmente la B6) ayudaba a paliar la tremenda cogorza que nos agarrábamos la mayoría. Y después (a beber que son tres o cuatro días, de fiestas, por supuesto). Ya os comentábamos en otro post que todos los pueblos, desde que el hombre es hombre, necesitan sus drogas para evadirse, como también lo hacen los animales en sus orgías sabaneras. Muchos años después, no puedo más que recordar con nostalgia y cariño aquellos momentos. Ahora bien, tampoco es cuestión de sentirse orgulloso. Como fumador moderado (10 cigarros al día) me encuentro hastiado de sentirme perseguido y, a veces insultado, por los jóvenes borrachos  que merodean por el barrio de Chamberí (Madrid), impidiendo, con grescas, gritos y mucho más (…), que los vecinos podamos descansar ante la pasividad de las fuerzas de “orden público”. Y es que ciertas drogas, son políticamente correctas y otras no, con independencia de los estragos que su abuso produzca en la salud de la población, y las molestias que generan a los conciudadanos. Por esta razón, y ante la persecución que sufren los fumadores, me ha dejado totalmente obnubilado que en una nota de la prensa científica, se nos comunique que se experimentan fármacos que permita beber sin límite, por erradicar las borracheras. Empero aun si estos síntomas pudieran erradicarse, los devastadores efectos del excesivo consumo de alcohol en la salud humana resultan ser tanto o peores que los del tabaco. ¡Lo que nos faltaba!: ¿inducir a la población a que consuma alcohol sin límite?. Eso si, molestarán menos a los vecinos, aunque les carcoma sus entrañas. ¡Viva la ciencia! Y ¡viva lo científicamente correcto! Una de dos, o a estos investigadores les gusta mucho (demasiado diría yo) el “bebercio” o deben ser subvencionados por las empresas que producen y/o comercializan las bebidas alcohólicas.  Si las resacas prevenían que al día siguiente muchos ciudadanos volvieran a las andadas, ahora ya no. ¿Puede hablarse de cuidar la salud? Pues en principio ¡no!. Se trata más bien de todo lo contrario. ¿O no? Ahora bien, de conseguir sus denostados empeños, la farmacéutica que se apodere de la licencia se va a volver de oro.  Sin embargo, este asunto, debo reconocerlo, no está tan claro.     

borrachera-uncyclopedia-commons 

Según algunos científicos, a partir de ahora las borracheras ya no generarán estos efectos. Fuente Uncyclopedia Commons

Ya imagino a estos sesudos colegas llegar a sus laboratorios completamente ebrios y obligar a los pobres ratones a que adquieran su mismo estado. ¡Hay gente para todo! Reiteremos que el consumo de alcohol mata, especialmente si es habitual y excesivo. Sin embargo también se debe reconocer que, por otro lado se evitarían muertes: accidentes de tráfico, peleas innecesarias entre borrachos, agresiones, violaciones, etc. Del mismo, modo se “paliaría en cierta medida”, los alaridos de muchos jovenzuelos(as) con el consiguiente retorrno a tranquilidad de los vecinos que lo “padecemos”. También lo es que aquellos mortales que viven en la periferia de las ciudades podrían irse a las mismas sin el temor a ser multados o encarcelados por tomarse, a veces, tan solo un par de cervezas. Sin embargo, a la larga, la salud de la población se vería deteriorada. ¿O no? Eso si las fábricas de bebidas alcohólicas y las susodicha farma-industria obtendrían pingues beneficios. ¡O quizás no!.

El dilema es el siguiente. El personal consume drogas para sentir sus efectos. Si estos no se producen, ¿que objeto tiene consumir alcohol?. ¿Tan solo por su sabor? Lo dudo. Ahora bien, ¿puede obligarse al consumidor de estas bebidas a que ingiera una píldora antes? ¿Se imaginan una discoteca, en la que a los jóvenes al consumir un güisqui le obligaran de paso a tomarse una pastilla que contrarrestara sus efectos fenomenológicos (que no los que dañan al organismo?. Algo se me escapa. Se consumen drogas por sus efectos, no por si mismas. Empero nos falta de la ecuación un elemento fundamental: la dependencia que generan.

La drogodependencia es otro de los síntomas del consumo abusivo de estas bebidas y otros “adictivos”. ¿Se eliminaría con la ingestión de este fármaco? La noticia no nos dice nada al respecto. Eso sí, al parecer, nos podemos poner ciegos bebiendo y tal vez tengamos menos riesgos de sufrir meningitis ¿? Francamente algo se me escurre entre las neuronas que me impide saber a que juegan estos investigadores. ¡Debo estar borracho!. ¿Alguna sugerencia, por favor?

Creo que al lector, con independencia de que deteste el tabaquismo, debe reconocer qua la demonización de unas drogas y la permisividad frente a otras, no deja de ser una arbitrariedad que no debería permitirse en una indagación científica sujeta a una mínima ética.

 moros-cristianos

Fiestas de “Moros y Cristianos” con el impresentable administrador de esta bitácora entre ellos: ¿Quién es?

Juan José Ibáñez

La píldora antiborrachera efectiva en ratones

Un equipo de investigadores de la Universidad de Adelaide en Australia está avanzando en la investigación para el desarrollo de una píldora que pueda evitar que el consumo de alcohol genere borrachera.

FUENTE | Público; 08/10/2011

La ‘píldora antiborracheras’ limita el efecto que tiene el alcohol sobre el cerebro y las células gliales, que actúan como células nodriza del sistema nervioso. Los experimentos, realizados en ratones, han demostrado que los sujetos no se emborrachaban a pesar de consumir grandes cantidades de alcohol.

La píldora, que aún no tiene nombre oficial, bloquea las respuestas del cerebro. Las pruebas han demostrado que los animales que consumieron la píldora no sólo se mantuvieron sobrios, si no que sus reflejos mejoraron con respecto a los individuos cuyas células funcionan normalmente.

«Cuando un ratón está borracho su comportamiento es muy similar a un ser humano borracho. No le funciona la coordinación motora adecuadamente. Si bloqueas estas células, los animales no se emborrachan«, afirma el investigador Mark Hutchinson, de la Universidad de Adelaide.

Según el informe, publicado en el British Journal of Pharmacology, los investigadores también encontraron que esta píldora podría ayudar a combatir las infecciones, como la meningitis.

Noticias relacionadas

– Alcohol y bebida energética, mala combinación

– Cinco cafés al día: peligro de alucinación

– Una vida saludable no garantiza la longevidad

– Tónica: poder digestivo con demasiadas calorías

Compartir:

2 comentarios

  1. http://www.lavanguardia.com/lacontra/20110817/54201280756/la-musica-puede-variar-profundamente-el-cerebro.html
    http://www.tendencias21.net/neurociencias/Musica-y-Cerebro_a14.html

    No sólo las drogas alteran el funcionamiento cerebral, sino que cualquier actividad, incluidas las que consideramos “sanas”, como escuchar música -de ahí que pongo esos link al comienzo- o hacer deporte pueden devenir en una adicción o en una patología psicológica.
    Mucha gente puede usar de las drogas sin problemas y, al contrario mucha gente tiene problemas con cosas que los demás practicamos normalmente, como comer o tener sexo, por tanto lo que es necesario «temer» es que las propensiones a cualquier adicción en una personalidad dada se descontrolen, más que el asunto de que una pandilla de científicos hagan las borracheras más inocuas. Cada día se hacen las cuestiones más extrañas e inútiles en ciencia, de hecho por eso hay «anti-nobel». Creo que esta investigación podría postularse para engrosar la lista de despropósitos.

    http://www.taringa.net/posts/info/3538170/Los-Equot_Anti-NobelEquot_-mas-Curiosos.html
    http://www.taringa.net/posts/humor/8218882/Investigaciones-estupidas-_-anti-Nobel-2010.html

    Ciertas reacciones y comportamientos fisiológicos al ingerir cierta sustancia tienen su «sentido de ser», a saber, la sobrevivencia. Muchas clases de intoxicaciones presentan esta extraña dualidad sobre el organismo: por un lado activan neurotransmisores que interpretamos como «jocosidad», pero por otro se nos mueren unas cuantas neuronas por trago.
    La investigación que persigue hacer desaparecer «resacas» sólo tiene su cabida gracias a que vivimos en un mundo tan alocado e hiperacelerado donde se persigue desaforadamente maximizar el rendimiento del tiempo. Hay pastillas para no tener sueño y asi pasar noches en vela festejando, estudiando o trabajando. «Eficiencia por sobre todo» (aun a costa de la integridad fisiológica y psiquica) es la consigna postmoderna.

    Volviendo al tema de las drogas y las adicciones en general creo que el enfoque no debe ir tanto en lo legislativo (¡qué importa si el otro se quiere matar de a poquito con alquitrán! está en su derecho de hacerlo) sino que la prioridad está en guiar a las personas en su propio autodescubrimiento y el autoconocimiento de sus tendencias heredadas genéticamente como por hábitos sociales adquiridos.
    El consumo de alcohol, tabaco o drogas de otra índole se liga usualmente a la necesidad de aceptación por parte de un grupo más amplio y por lo común comienza en edades tempranas, por lo cual se transforman en ladrillos básicos de la persona. Por ejemplo una persona que ha fumado desde su juventud no solamente es adicta fisiológicamente al cigarrillo, sino que no se puede «pensar» a sí misma sin un pucho en la boca. Tenemos formas estructuradas por los «buenos» y «malos» hábitos de percibirnos a nosotros mismos y es curioso que hay un montón de cuestiones a las que nosotros somos adictos sin percatarnos.

    En fin…
    Reflexiones acompañando otra reflexión sobre estas cosas raras que se les ocurren a los científicos.

    Un saludo

  2. El problema de las drogas es más bien un problema de corte social que requiere de la implicación de todos los órdenes de la sociedad. Cierto es que se triabilizan en nuestro día a día. La clasificación de drogas legales (alcohol, tabaco, etc.) frente a drogas ilegales es totalmente arbitraria. Esta legalización de sustancias tan nocivas suponen una invitación a un consumo por parte de una población que no tiene la formación y conciencia adecuada acerca de los peligros que acarrean.

Deja un comentario