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"Se impone un cambio radical de nuestro modelo energético"

David Serrano Granados

Director del Instituto IMDEA Energía
 

08/04/2010

David Serrano Granados es director del Instituto IMDEA Energía y catedrático de Ingeniería Química en la Universidad Rey Juan Carlos. Doctor por la Universidad Complutense de Madrid con Premio Extraordinario, ha realizado estancias en el Instituto Tecnológico de California (CALTECH, 1991) y en la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB, 2006). Ha sido profesor titular en la Universidad Complutense de Madrid, trasladándose a continuación a la Universidad Rey Juan Carlos donde ha desempeñado diferentes cargos académicos: coordinador del Área de Ciencias Ambientales, director del departamento de Tecnología Química y Ambiental y vicerrector de Investigación e Innovación Tecnológica.

1.- ¿Qué objetivos persigue la iniciativa IMDEA?

IMDEA es el acrónimo de Instituto Madrileño de Estudios Avanzados. Esta denominación acoge a un total de ocho institutos de investigación científica y tecnológica, entre los que se encuentra IMDEA Energía. La creación de los IMDEA hace aproximadamente tres años por iniciativa de la Comunidad de Madrid tiene objetivos muy ambiciosos. Se persigue construir un nuevo modelo, que contribuya a un cambio radical en la forma de hacer y gestionar la I+D+i en España, promoviendo la captación de científicos de reconocimiento internacional, la colaboración con el sector empresarial y la orientación de la investigación hacia la resolución de problemas que afectan a la sociedad.

2.- ¿Cuáles son los elementos distintivos de los Institutos IMDEA dentro del Sistema Nacional de I+D?

No es fácil responder a esa pregunta de forma escueta. Los IMDEA reúnen una serie de características casi únicas en el panorama de la I+D+i española. La fórmula jurídica que se ha utilizado para los IMDEA es la de fundación privada sin ánimo de lucro (aunque su financiación base proceda de la Administración Pública), lo que les confiere una gran flexibilidad y agilidad de gestión. Su funcionamiento interno es similar al de una empresa privada en temas como la contratación y gestión de los recursos humanos, el lanzamiento de nuevas iniciativas, la captación de financiación externa, la apertura de nuevas líneas y proyectos de investigación, etcétera. La flexibilidad de gestión de los IMDEA les permite adaptarse con rapidez a las necesidades de I+D+i de la sociedad y de las empresas.

Por otro lado, aunque se trata de una iniciativa pública, el Gobierno de la Comunidad de Madrid no ha querido tener una presencia mayoritaria en el Patronato de las Fundaciones IMDEA, cediendo puestos para conseguir la representación de todos los agentes e instituciones de relevancia en cada área temática. Este hecho es realmente singular en el panorama español. Los Patronatos de los IMDEA están constituidos por representantes de la Administración Regional, empresas, profesionales expertos en la materia, universidades, organismos públicos de investigación y un número significativo de científicos extranjeros. Esto último me lleva a destacar otro de los elementos diferenciadores de los IMDEA, que es la búsqueda de la internacionalización de todas sus actividades, desde la incorporación de investigadores (las plazas se cubren mediante convocatorias internacionales), pasando por los órganos de gobierno (la mayor parte de los miembros de los Consejos Científicos son investigadores extranjeros), hasta lo que es la propia realización de la I+D, con una elevada proporción de proyectos y colaboraciones con grupos de investigación de otros países.

3.- Cumplidos tres años desde su creación, ¿Cuál es la situación actual de los IMDEA?

Evidentemente, todavía es prematuro realizar un balance del desarrollo de los IMDEA. No se crean centros de referencia internacional en sólo tres años partiendo prácticamente de cero. Dicho esto, sí se pueden aportar cifras, todavía preliminares, pero que indican claramente que esta iniciativa es una realidad que empieza a cosechar éxitos. Considerando conjuntamente los ocho institutos IMDEA en marcha, se han incorporado hasta la fecha casi 200 investigadores (respecto de unas 3.000 solicitudes recibidas), de los que más de un tercio son extranjeros, y se encuentran en desarrollo del orden de 40 proyectos de investigación con financiación externa, muchos de ellos con la participación de empresas. Estas actividades están empezando a dar sus frutos, no sólo de carácter científico, sino también en forma de acciones de transferencia de tecnología, como son las solicitudes de las primeras patentes.

En la actualidad, las sedes de los IMDEA se localizan en instalaciones temporales, ubicadas en la mayor parte de los casos en universidades públicas madrileñas. Esta situación va a cambiar a corto plazo, al iniciarse a lo largo de 2010 la construcción de las sedes definitivas de varios IMDEA. Disponer de edificios modernos, con adecuadas infraestructuras y equipamientos científicos, es clave para el desarrollo de una I+D+i realmente de excelencia, aunque al final el factor más determinante del éxito serán los recursos humanos. Por eso, en los institutos IMDEA hemos focalizado nuestras primeras actuaciones en la captación de científicos de prestigio.

4.- Centrándonos en IMDEA Energía, ¿Nos podría indicar cuáles son sus principales líneas de actuación?

El programa científico de IMDEA Energía es el resultado de un debate de más de un año de duración, en un principio en el seno del Consejo Científico, y más tarde en el Patronato. La principal dificultad que nos encontramos fue la gran variedad de temáticas que, dentro del campo de la energía, son de gran interés en la actualidad. Finalmente, se alcanzó un compromiso entre la relevancia y variedad de los temas y la posibilidad de abordarlos a corto-medio plazo teniendo en cuenta las capacidades futuras de IMDEA Energía. En total se consideraron seis temáticas que el instituto IMDEA Energía debería desarrollar en los próximos años: i) energía solar, con especial énfasis en la solar termoeléctrica; ii) producción de combustibles sostenibles (hidrógeno y biocombustibles de segunda generación); iii) sistemas de almacenamiento de energía para su acoplamiento a fuentes renovables; iv) redes eléctricas inteligentes, compatibles con esquemas de generación distribuida, v) sistemas energéticos de elevada eficiencia, fundamentalmente pilas de combustible y poligeneración; y vi) confinamiento y valorización de emisiones de CO2. Este conjunto de temáticas vertebran dos ejes o líneas de actuación principales de IMDEA Energía: el desarrollo de tecnologías energéticas limpias, es decir, de mínimo impacto ambiental, y el desarrollo de tecnologías asociadas a las energías renovables.

5.- ¿Existen proyectos de investigación en marcha en IMDEA Energía?

Tenemos en desarrollo o en fase de arranque un total de 15 proyectos de investigación con financiación externa. Teniendo en cuenta que los primeros investigadores de IMDEA Energía se incorporaron a lo largo de 2008, tengo que reconocer el esfuerzo extraordinario que han realizado en la preparación de propuestas de proyectos de investigación. En este momento la financiación externa para actividades de I+D+i que hemos captado es del orden de los 5 millones de euros, sin contar la subvención base procedente de la Comunidad de Madrid, ni la financiación asociada a la edificación de nuestra sede definitiva. Muchos de esos proyectos se llevan a cabo en el seno de consorcios en los que participan empresas, universidades y otros centros de investigación, lo que nos está permitiendo abrirnos hueco con rapidez y ser conocidos en el ámbito de la investigación en energía en España.

p>Entre los primeros resultados obtenidos en IMDEA Energía cabe mencionar el desarrollo de procesos de producción de hidrógeno por descomposición catalítica de metano, que presentan la ventaja, frente al tradicional reformado con vapor de agua, de minimizar las emisiones de CO2, lo que conlleva que en este caso el hidrógeno se pueda considerar realmente un vector energético limpio. También estamos trabajando en el desarrollo y diseño de una nueva generación de tecnologías dentro del campo de la energía solar de concentración, basadas en sistemas más modulares que los disponibles comercialmente, con objeto de incrementar notablemente la eficiencia energética global del proceso y producir electricidad a un coste competitivo.

Por otro lado, tampoco olvidamos nuestra vocación de tener una fuerte proyección internacional. En este sentido, he de destacar nuestra participación en tres proyectos europeos ya concedidos, así como otras cuatro propuestas en evaluación o en preparación. Asimismo, en 2009 el nombre de IMDEA Energía ha resonado ampliamente en los círculos científicos internacionales gracias al premio Farrington Daniels otorgado por la International Solar Energy Association a Manuel Romero, director adjunto de IMDEA Energía, y que supone la máxima distinción científica en el campo de la energía solar.

6.- ¿Dónde se encuentra la sede de IMDEA Energía?

Actualmente, nuestras instalaciones se localizan de forma mayoritaria en el campus de Móstoles de la Universidad Rey Juan Carlos. Concretamente, tenemos allí en marcha tres unidades de investigación, así como espacios para los servicios de administración y gestión. También disponemos de una cuarta unidad de investigación ubicada en el campus de Montegancedo de la Universidad Politécnica de Madrid. Aunque no nos podemos quejar de la calidad y dotación de estas instalaciones, nuestro objetivo a corto plazo es tener operativa parte de nuestra sede definitiva, que se ubicará en el Parque Tecnológico de Móstoles (TECNOMÓSTOLES) en un entorno empresarial y manteniendo la proximidad al campus de Mostoles, el de mayor carácter tecnológico, de la Universidad Rey Juan Carlos. Las obras de construcción de la fase I de la sede definitiva se iniciarán en breve y prevemos que estarán finalizadas a principios de 2011. La disponibilidad de esa fase nos va a permitir dar un salto cuantitativo en el número de investigadores contratados, duplicando la plantilla actual de 30 investigadores, así como respecto de la dotación de equipamiento científico. La sede definitiva dispondrá de plantas piloto con espacio para instalaciones de mayor tamaño y complejidad que las de laboratorio, lo que suele resultar esencial en gran parte de las colaboraciones con el sector industrial.

7.- Reflexionando sobre la situación energética actual, ¿Cómo la definiría?

Probablemente, el término más adecuado para referirse al actual sistema energético es el de insostenible. A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, seguimos teniendo un sistema energético basado principalmente en los combustibles fósiles. Este sistema no es sostenible por el previsible agotamiento de esos recursos a medio plazo, lo que afectará sobre todo al petróleo, en un contexto de crecimiento continuado de la demanda mundial de energía en las próximas décadas. No es sostenible porque gran parte de esos recursos se localizan en zonas geográficas de elevada inestabilidad, siendo utilizados con frecuencia como un instrumento con fines políticos y estratégicos. En el caso de España la dependencia externa en términos de abastecimiento de energía primaria es de un 80%, lo que supone asumir un alto riesgo y un elevado coste económico, por mucho que intentemos diversificar los países que nos suministran las materias primas energéticas. Finalmente, no es sostenible por el elevado impacto ambiental de los combustibles fósiles, en especial respecto de las emisiones de gases de efecto invernadero, principales responsables del cambio climático.

Se impone, por tanto, un cambio radical en nuestro modelo energético, disminuyendo la contribución de los combustibles fósiles, promoviendo el uso de otras fuentes energéticas, evitando o reduciendo las emisiones de gases de efecto de invernadero y aumentando la eficiencia energética, lo que a nivel de país se traduce en una mejora de la intensidad energética. Todo ello configura lo que cada vez más se considera como una auténtica revolución energética.

8.- Todas esas propuestas suenan muy bien, pero ¿Qué fuentes energéticas pueden reemplazar a los combustibles fósiles a medio plazo? ¿Optamos por la energía nuclear o por las energías renovables?

En mi opinión la contraposición de la energía nuclear frente a las energías renovables, o viceversa, es un falso debate, a veces provocado de forma interesada. Ambos tipos de fuentes energéticas tienen en común que apenas generan emisiones de CO2, por lo que son opciones claras si queremos conseguir la descarbonización de nuestro sistema energético. Por tanto, no veo razón alguna por la que debamos prescindir de ninguna de ellas, máxime teniendo en cuenta la magnitud y urgencia de ese objetivo.

En el caso de las energías renovables son muchos los elementos que juegan a su favor, principalmente la amplia distribución geográfica de los recursos y su mínimo impacto ambiental. En su contra, se encuentran su mayor coste (la mayor parte de las energías renovables no son todavía competitivas respecto de las energías convencionales) y su elevada variabilidad temporal, lo que dificulta la planificación y gestión del suministro de energía. En España, las energías renovables poseen un gran potencial por la elevada disponibilidad de recursos todavía no explotados, como es el caso de la energía solar, la eólica y, en menor medida, la biomasa y los biocombustibles. La utilización comercial de las energías renovables es ya una realidad, con contribuciones a la generación eléctrica que empiezan a ser significativas. Concretamente, la energía eólica contribuyó en 2008 con un 10% de la generación eléctrica de nuestro país, cifra que previsiblemente se ha sobrepasado con amplitud en 2009.

Por otro lado, creo que es muy importante destacar el liderazgo tecnológico internacional que varias empresas españolas ejercen en el campo de las energías renovables. Empiezan a ser frecuentes noticias en las que se anuncia que empresas españolas han conseguido la adjudicación de contratos para la instalación de plantas de energía solar o parques eólicos en países desarrollados, entre los que se encuentran los Estados Unidos. Si se analiza con una perspectiva histórica, se trata de una situación excepcional, en la que empresas españolas son líderes en el desarrollo y exportación de tecnología, y que no deberíamos perder.

9.- ¿Qué papel debería jugar la I+D en esa transición hacia un nuevo modelo energético?

La competitividad a escala comercial de las energías renovables pasa por su optimización y mejora, lo que en gran medida deberá basarse en actividades de I+D+i realizadas conjuntamente por las empresas y los centros de investigación. Aunque esta situación está empezando a cambiar desde hace algunos años, si se analiza la evolución del gasto en I+D en energía durante las dos últimas décadas se observa que se ha producido un descenso en términos absolutos y relativos muy significativo respecto de los presupuestos de los años 80, justo después de las grandes crisis energéticas. Ello se ha debido al bajo precio del barril de petróleo del que hemos disfrutado durante mucho tiempo.

Si queremos afrontar con éxito los enormes retos que se nos presentan en el ámbito de la energía, el apoyo económico a la I+D en este campo tiene que verse incrementado de forma sustancial. En esta línea se encuentran diversas iniciativas internacionales, entre las que cabe destacar a nivel europeo el SET Plan como propuesta estratégica a desarrollar en la próxima década a fin de que los países europeos puedan alcanzar los objetivos tan ambiciosos que, en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de penetración de las energías renovables, se han fijado para 2020. Este plan, cuya definición se va perfilando cada vez más, identifica las acciones y las tecnologías que serán clave para la consecución de esos objetivos. No obstante, para que tenga éxito, resulta fundamental que se clarifiquen los instrumentos financieros y los recursos económicos que habrá que invertir en la cadena de I+D+i. Esperemos que así sea, ya que, en caso contrario, el SET Plan no dejaría de ser, una vez más, una declaración de buenas intenciones.

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