Doctor en Ciencias de la Información y licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales. Ha impartido clases de Teoría y Política Económica en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y hoy ejerce de profesor titular en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid). Como periodista ha trabajado en el suplemento de negocios del diario "El País", en "La Gaceta de los Negocios", el periódico "El Mundo", las revistas "Tribuna", "Panorama", "Época", "La Clave" e "Interviú", y en la cadena Cope, Tele 5, Radio España, Radio Intercontinental, Onda Cero y Punto Radio. A su vez es miembro fundador del portal de denuncias e-defensor.com.

1.- ¿Qué maneras existen de luchar contra la publicación de propaganda?

Esa lucha es tremendamente complicada, sobre todo en lugares en conflicto o lucha armada abierta. Sin ir más lejos, en estos lugares la verdad es un enemigo a abatir y muchas veces ocurre que se falsifican documentos en los diferentes parlamentos y se soborna incluso a Secretarios de Estado o presidentes de gobierno, es decir, en ocasiones la propia fuente primaria a la que acude el periodista no conoce la verdad o la conoce parcialmente o incluso de manera errónea. Por tanto, es difícil para el periodista salir indemne de esta situación. Entonces creo que es en el análisis posterior donde el periodista puede llevar a cabo una gran labor, una importante labor para intentar evitar que se repitan ciertos hechos, es decir, la labor periodística ha sido siempre muy importante en el post porque muchas veces permite que el modus operandi del sistema vaya cambiando.

2.- La justicia y los derechos humanos son dos de los factores más vulnerables en lugares en conflicto ¿En qué medida se puede mejorar esta situación?

Evidentemente, a través de medidas en la Corte Penal Internacional, llevando los casos de vulneración de derechos o de situaciones de injusticia a lugares donde se puedan ejecutar acciones para mejorar esta situación. Al llevar estos temas a la Corte Europea o a los Tribunales internacionales, pues se puede ejercer más presión judicial y, por tanto, los derechos humanos se pueden hacer valer a través de organismos internacionales, aunque evidentemente vemos que en la mayoría de países de Asia, África e incluso América estos derechos y libertades no existen.

3.- ¿Qué papel ejercen las fuerzas de seguridad en los lugares de conflicto a la hora de colaborar o no con la labor del periodista?

Las fuerzas de seguridad no suministran información a los medios de comunicación y precisamente su función radica en no permitir que la información relevante sea filtrada. La misión de las fuerzas de seguridad en un lugar de conflicto respecto a los periodistas es asegurar su libertad pero no facilitar información. No obstante, en muchas ocasiones vemos que si se filtra información relevante y los sistemas operativos se modifican constantemente para permitir que esto no suceda. Aun así, desde el punto de vista institucional, la relación de fuerzas armadas y periodistas es complicada, pero, como todo en la vida, desde el punto de vista personal existen los amigos y, en definitiva, el periodista también vive de la amistad y gracias a la amistad es como muchas veces se consigue la información, como también ha apuntado en varias ocasiones en este curso, sobre todo en lugares en conflicto.

4.- Muchos expertos aseguran que dentro de una guerra, las grandes batallas se disputan en los medios de comunicación. ¿Cómo los medios benefician estas estrategias de los terroristas, piratas, o grupos armados?

Todo depende de los medios. Al Jazzera ha apoyado a determinados componentes relacionados con el terrorismo, CNN a otros, todo es una suma de las partes. Lo importante es saber sentarse frente al televisor con una actitud crítica y no asumir vehementemente lo que cada uno cuente. Se debe acceder con frecuencia y normalidad a diferentes medios de comunicación, con visiones opuestas y a través de las diferentes piezas que extraemos de cada uno formar un solo cristal transparente, eso es lo debemos pretender hacer. Evidentemente cada uno de los medios va a favorecer la conducta de aquellos que lo financian o lo permiten subsistir. Ahora, más que nunca, los medios de comunicación dependen de la situación económica y no puedan enviar corresponsales por largo tiempo a todos los lugares donde sería interesante a nivel informativo, porque no se trata ya solo de informar sin o de rentabilizar los conflictos bélicos, estamos en un momento en el que informamos para rentabilizar el negocio al máximo, se juega con la ingenuidad y la falta de formación del pueblo, que es muy fácil de manejar a través de la propaganda que se canaliza a través de los medios.