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"Nacer a final de año aumenta las probabilidades de repetir curso"

Daniel Santín

Investigador de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCM
 

11/12/2015

El mes de nacimiento influye en el rendimiento académico, tal y como revela un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad de Extremadura. Tras analizar los datos de 25.887 estudiantes de 889 colegios españoles -extraídos del informe PISA 2009- los investigadores han descubierto que aquellos alumnos que nacieron en noviembre y diciembre tenían un 85% más de probabilidades de repetir curso respecto a los que habían nacido en enero y febrero de ese mismo año. Daniel Santín, coautor del estudio (junto a Rosa Simancas y Francisco Pedraja) e investigador de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCM, analiza las medidas que se pueden tomar para evitar esta brecha.

1.- La principal conclusión del estudio es que quienes nacen en los últimos meses del año son más proclives a repetir curso, y esto ocurre tanto en España como en Francia, ¿no es así?

Efectivamente. Como pone de manifiesto este trabajo, nacer a final de año aumenta las probabilidades de repetir curso, lo que puede tener consecuencias incluso en niveles educativos superiores. En el caso de España, y una vez que se controla por otras variables socioeconómicas, se encuentran efectos significativos negativos para los nacidos después de abril, mientras que en Francia es para nacidos después de junio.

2.- Han analizado la situación de adolescentes de 15 años. ¿A esa edad la madurez no tiende a igualarse?

Daniel Santín, coautor del estudio. / J. De Miguel-UCM
Daniel Santín, coautor del estudio. / J. De Miguel-UCM

El hecho de que todos los nacidos en el mismo año natural pertenezcan al mismo año académico, encontrándose diferencias en términos de edad relativa de hasta 12 meses, no parece llamativo cuando se trata de alumnos con edades entre los 15 o 16 años, donde, como bien dice, en teoría, las diferencias madurativas tienden a desparecer. Pero hay que destacar que los alumnos se incorporan al sistema educativo de forma obligatoria en el año que cumplen cinco años de edad y, voluntariamente, en torno a los dos o tres años. Por ejemplo en el caso español, la tasa de matriculación a los dos años ronda el 50% y a los tres, el 95%. En esas edades, una diferencia de casi 12 meses representa una diferencia de lo que sería un tercio de su vida. Puesto que la educación es un proceso acumulativo, todo lo que se adquiere o se deja de adquirir por falta de madurez a edades tempranas se acumula a lo largo del tiempo, de tal forma que, si no se tiene en cuenta, al final puede tener consecuencias en términos académicos.

3.- Han descubierto que tienen más probabilidad de repetir hijos de familias no nucleares. ¿A qué se refieren con ese término?

La familia nuclear es la conocida como familia tradicional, formada por ambos cónyuges y sus hijos conviviendo en el mismo hogar. Las no nucleares pueden ser monoparentales, reconstruidas o mixtas. Las monoparentales están compuestas por un solo progenitor y uno o varios hijos. Por otro lado, las familias reconstruidas o mixtas son aquellas formadas por una pareja adulta en la que al menos uno de los cónyuges tiene un hijo procedente de una relación anterior.

4.- ¿Hay diferencias entre Francia y España en este aspecto?

Los resultados que arroja nuestra investigación son que aquellos alumnos que viven en familias no nucleares tienen una mayor probabilidad de haber repetido algún curso académico que aquellos que viven en las conocidas como familias tradicionales. Comparando ambos países, los hijos de familias monoparentales se ven más penalizados en el caso español, mientras que los provenientes de familias reconstruidas lo son más en el sistema educativo francés.

5.- ¿Qué medidas plantean para que los niños que nacen a final de año repitan menos?

Las propuestas pasan por atender a la diversidad, en este caso, a las diferencias en la edad relativa respecto a los compañeros de clase, desde edades tempranas. Lo que está claro es que no hacer nada supone generar una diferencia en las oportunidades educativas de partida que no es razonable. Nosotros somos economistas y hemos medido el impacto del mes de nacimiento pero no tenemos una única receta clara para acabar con el problema. Algunas de las soluciones que plantea la literatura y que se apuntan en nuestro trabajo serían, por ejemplo, flexibilizar la edad de entrada al sistema, permitiendo a los padres bajo distintos supuestos adelantar o retrasar el momento de incorporación al sistema educativo en función del mes de nacimiento del hijo. También se podría proporcionar apoyo o refuerzo dentro del aula para disminuir las diferencias que ya se crean en esas etapas tempranas del sistema educativo. Otra propuesta es agrupar a los alumnos en clases en base a su mes de nacimiento, de tal forma que la diferencia máxima de edad sería de seis meses en vez de 12 meses.

6.- ¿Con estas medidas habría menos repeticiones?

Nuestra intuición es que las diferencias madurativas se mitigarían o reducirían y, por lo tanto, no habría repercusiones negativas en términos académicos persistentes y acumulados a lo largo de todo el proceso educativo del alumno. Sin embargo la principal medida que se debería tomar pasaría por poner en marcha distintos programas piloto de innovación educativa que permitieran obtener evidencia causal sobre qué acción es más coste-efectiva antes de generalizarla a la población.



Referencia bibliográfica:
Francisco Pedraja-Chaparro, Daniel Santín y Rosa Simancas.Determinants of grade retention in France and Spain: Does birth month matter? Journal of Policy Modeling 37 (15), 2015. DOI: 10.1016/j.jpolmod.2015.04.004.


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