La primera Escuela de Ingenieros de Caminos creada en España, y la única durante más de 150 años, se asentó en Madrid a comienzos del siglo XIX, respondiendo a una necesidad, progresivamente más apremiante, de formar personal cualificado para la planificación, diseño y gestión de las obras públicas; más relevantes y de mayor número a medida que se consolidaba en España la estructura centralista borbónica, necesitada de una óptima red de accesos a la Corte.

C. CLIFFORD, PUENTE DE LOS FRANCESES (1859)

Tuvo como principal impulsor a Agustín de Betancourt, una de las personalidades más ilustres de la historia de la Técnica en nuestro país, con la inestimable colaboración del todopoderoso Primer Ministro de Carlos III, el conde de Floridablanca; las ideas de Betancourt se plasmaron en una memoria, fechada en 1791, en la que se trataba de las cualidades deseables que deberían tener los futuros ingenieros de caminos y de los medios para promover el comercio interior.

El modelo seguido fue el de la École de Ponts et Chaussés, fundada en París cuarenta años antes.

J.LAUTENT, ESCUELA DE CAMINOS (IZQUIERDA) Y 
CERRO DE SAN BLAS CON EL OBSERVATORIO (1901)

Las circunstancias que promovieron el establecimiento de este centro se remontan al último cuarto del siglo XVIII, cuando un grupo de pensionados bajo la dirección de Betancourt, el denominado "equipo hidráulico", se desplazan a París con el objeto de formarse en la mencionada École de Pont et Chaussés.

Con los conocimientos adquiridos, y las maquetas y planos realizados por estos becarios durante su estancia en Francia, se crea el Real Gabinete de Máquinas, que habría de ubicarse en uno de los pabellones del Palacio del Bueno Retiro, en pleno corazón del Madrid científico ilustrado.

EUGENIO LUCAS VELAZQUES, INAUGURACIÓN DE LA 
TRAÍDA DE AGUAS DEL LOZOYA A MADRID (1858)

Bajo la dirección de A. de Betancourt, el Real Gabinete inicia su andadura con el propósito de servir como laboratorio y centro de experimentación de la futura Escuela de Caminos.

Fue un establecimiento científico de vida efímera (1792-1814), pero en él tuvieron lugar interesantes experiencias sobre la telegrafía eléctrica y óptica, se formaron los primeros ingenieros de caminos españoles y, en definitiva, se constituyó en el germen de la Escuela de Caminos de Madrid y del Real Conservatorio de Artes (1824), el antecedente de la Escuela de Ingenieros Industriales.