En este contexto de adversidad fue levantado el "Hospital de San Francisco de Paula para Jornaleros", también conocido como "Hospital obrero" y, posteriormente, como "Hospital de Maudes", en una de esas zonas suburbiales, deprimidas, populosas y predominantemente obrera de Madrid: Cuatro Caminos.

Fue creado por Dolores Romero Arano, viudad de Curiel, como centro de refugio para el pueblo trabajador, en condiciones totales de gratuidad.

El arquitecto que lo proyectó fue Antonio Palacios, autor de otras obras emblemáticas de la capital, como el Palacio de Comunicaciones o el Casino de Madrid; las obras comenzaron en 1909 y sus instalaciones no serían inauguradas hasta 1916; en la propia memoria de construcción ya se especificaban los objetivos y las condiciones que debería reunir este establecimiento: un hospital para jornaleros de 150 camas, con un pabellón de aislamiento para enfermos contagiosos dispuesto con doce plazas, donde los enfermos recibirían no sólo cuidados y medicación, también disfrutarían de la convalecencia necesaria, de tal modo que, tras su salida del hospital, pudieran reintegrarse con normalidad a su trabajo.

DETALLE DEL EDIFICIO

El equipo facultativo que debería llevar a cabo este trabajo estaba formado por un médico director, tres médicos de sala y cuatro médicos de guardia.

Durante la guerra civil fue incautado por el ejército republicano y utilizado como clínica de cirugía militar. Finalizada la contienda, fue reformado con el propósito de adaptarlo a las necesidades de los servicios de sanidad militar; funcionó como hospital militar de la Primera Región militar hasta el año 1970, en que se produce su definitivo cierre. En 1984 la Comunidad Autónoma de Madrid adquiere este edificio en subasta pública.

Debido a su notorio estado de abandono, fue rehabilitado y, finalmente, inaugurado en 1986, como sede de la Consejería de Política Territorial de la Comunidad Autónoma de Madrid, hoy día Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte.