Entre 1976 y 1979 el arquitecto Antonio Fernández Alba realiza una importante ampliación exenta,
aunque sin perder la referencia, del gran edificio existente. Frente a la presencia del antiguo instituto geográfico, la nueva ampliación adopta un orden que le sirve de réplica, y que sintetiza la composición anterior, ofreciendo en conjunto una imagen compositiva e integradora desde el punto de vista urbano.
PANORÁMICA DE LA CALLE GENERAL
IBÁÑEZ DE IBERO. EN PRIMER TERMINO, EL EDIFICIO ELEGIDO A FINALES DEL SIGLO XIX COMO SEDE DEL INSTITUTO
GEOGRÁFICO Y ESTADÍSTICO
Fernández Alba sitúa en la "racionalidad" de Louis Kahn la ampliación; la planta responde al tipo clásico de dos pabellones simétricos. Unidos por un cuerpo central de escaleras y servicios, la esencia de este proyecto se encuentra en el uso de la "dualidad", que ordena de forma muy evidente sus espacios y recorridos. La utilización de la simetría en la composición y ordenación de la arquitectura pertenece a su historia más antigua, generando equilibrios clásicos y armoniosos que con la irrupción del Movimiento Moderno cayeron en desuso.
ALZADO DE LOS DOS EDIFICIOS
El respeto de A. Fernández Alba por el antiguo edificio se aprecia en la homogeneidad de alturas de
materiales y en la composición de los elementos verticales de fachada, en clara sintonía con los del edificio primitivo.
FACHADA 1. LATERAL DE INGRESO. FACHADA 2. DE FRENTE
A LA CALLE
CROQUIS DE ANTONIO FERNÁNDEZ ALBA
|