PATRIMONIO  LUGARES DEL SABER  Real Oficina de Farmacia: historia
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La Real Botica experimentó un cambio cualitativo de importancia con la llegada de los Borbones a nuestro país. Hasta entonces sus cometidos se limitaban a dar servicio a la Real Casa siguiendo las pautas características de la Farmacia práctica pre-ilustrada, un oficio de artesanos y no de científicos; no debemos olvidar que la declaración de la Farmacia como Arte Científico, igual en todo a la Medicina, fue realizada en 1650, y aun tardaría años en ser asumida por la sociedad y por el propio colectivo farmacéutico.

La Real Botica habría de ser la institución destinada a dirigir la Farmacia durante el siglo XVIII, un período de esplendor científico y reconocimiento administrativo hasta entonces inimaginable para esta institución y para la propia Farmacia.



REAL BOTICA

BOSQUES DE QUINA EN LOJA (ECUADOR)


Durante este siglo, los avances de disciplinas como la Botánica y la Farmacia fueron desarrollados por profesionales de la Farmacia, muchos de ellos miembros de la Real Botica; una de las instituciones señeras del Madrid científico ilustrado, el Real Jardín Botánico, tuvo su origen en el huerto del que fuera el primer boticario mayor de la era borbónica, Louis Riqueur. Con la división del Protomedicato (máxima autoridad del Estado en materia sanitaria) en tres Audiencias (Medicina, Cirugía y Farmacia), los boticarios mayores pasan a ocupar el gobierno de la Audiencia de Farmacia o Protofarmaceuticato.

En 1800 se creó la Junta Superior Gubernativa de Farmacia, máxima expresión del modelo absolutista de administración farmacéutica independiente de la Medicina, que habría de ser regida por el boticario mayor y sus boticarios de Cámara. A comienzos del siglo XIX fueron creados los Colegios de Farmacia, antecedentes de las actuales facultades, en un proceso en el que el boticario mayor Agustín José de Mestre desempeñó un papel destacado.

A todos estos acontecimientos, sin duda lo más granado de la historia de la farmacia ilustrada y, por ende, de la propia Real Botica, aún cabría añadir el papel desempeñado por esta institución en la administración del monopolio comercializador de la quina, su labor como organismo informativo respecto de las drogas vegetales procedentes de Ultramar, así como la influencia decisiva que jugaron los boticarios de cámara en el desarrollo de la Farmacia Militar, donde el boticario mayor era, además, el cargo farmacéutico más importante del Ejército, y en la introducción de la terapéutica de origen químico en nuestro país, principalmente tras la creación, a finales del siglo XVII, del Real Laboratorio Químico.

 


LABORATORIO DE QUÍMICA. SIGLO XVIII


  Desde su creación, en 1594, hasta la Guerra de la Independencia la Real Botica estuvo ubicada en la "Casa del Tesoro", frente a Palacio Real; tras su derribo durante el reinado de José I, los materiales de esta institución se repartieron, de manera provisional, entre distintos lugares; años más tarde, ocuparon espacio en el Real Seminario de Nobles y, durante los quince años posteriores, la que fuera gran catalizadora del desarrollo de la Farmacia durante el siglo XVIII, pasó a convertirse en un modesto "Real Botiquín", situado en la madrileña calle de Leganitos

   

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