PATRIMONIO  LUGARES DEL SABER  Universidad Autónoma de Madrid: arquitectura
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Arquitectura
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 Arquitectura 

 

En el año 1969 se convoca un concurso de anteproyectos, que desarrolla las bases para premiar el mejor plan de ordenación de los terrenos adscritos al Ministerio de Educación y Ciencia en Alcalá de Henares, donde se asentará la nueva Universidad Autónoma de Madrid y las edificaciones del conjunto docente.

El primer premio se adjudica a la propuesta presentada por el equipo de arquitectos Borovio Ojeda / Borovio Navarro, que desarrolla el proyecto según unos criterios pedagógico-ambientales donde se valora, según especifica el propio documento de memoria, no solo las enseñanzas que se imparten, también el ambiente universitario y arquitectónico que se respira.

 



MAQUETA DE LA PLANTA GENERAL DEL CONJUNTO UNIVERSITARIO. 
PRIMER PREMIO DEL CONCURSO DE IDEAS, CONVOCADO EN 1969


La solución que se aportaba, muy en línea con los criterios urbanísticos de la época, organizaba a través de un sistema modular una composición axial y ortogonal fácilmente reconocible, que permitía a través de ligeros cambios una mayor flexibilidad.

Las modificaciones necesarias, para evitar la monotonía de los recintos iguales por la modulación, se trataron de solucionar con cambios de nivel, creación de puntos de interés en los recorridos, gradación escalonada de los volúmenes y cambios de ambientes a través del tratamiento de materiales y jardinería.

 



APUNTES DE LOS ARQUITECTOS SOBRE EL CONCEPTO-IDEA DE UNIVERSIDAD. 
PRIMER PREMIO CONCURSO DE IDEAS, CONVOCADO EN 1969


En su momento, la estructuración arquitectónica de la nueva Universidad atendió, en su modulación y organigrama, a los factores que se correspondían con el sistema de enseñanzas universitarias vigente en aquellas fechas. Estos factores fueron:

  • Los departamentos.
  • La división de estudios en ciclos.
  • La facultad como organismo dependiente de los anteriores apartados.
  • Los institutos de investigación.
Las modificaciones y los cambios en los sistemas de enseñanza posteriores, así como el aumento constante del número de alumnos, propiciaron continuas obras de adaptación, dificultadas por el propio sistema de módulo elegido en su inicio. Los elementos básicos que modularon el programa aplicado fueron:
  • Aula de 50 plazas.
  • Seminario de 25 plazas.
  • Seminario de 10 plazas.
  • Secretaría.
  • Despacho del jefe de departamento.
  • Pequeña biblioteca.
  • Despacho de catedrático.
  • Despacho bipersonal para profesores.
  • Células para profesores ayudantes.

La trama modular que englobaba físicamente esta serie de actividades era una retícula de 1,20x3 y 1,20x4. Con ella se conseguían superficies moduladas para los distintos elementos funcionales antes enumerados.

La composición general común a todas las facultades consistió en un atrio ó pórtico de ingreso, que daba paso a un gran vestíbulo del que partían las galerías de comunicación, con los diferentes niveles y usos.

El edificio de la biblioteca sirvió para que se agruparan en él una serie de funciones que se consideraron compatibles: biblioteca con servicios propios, revistas, servicio de microfilmes y reproducción, centro de documentación, ordenadro y servicios de TV.

El programa exigió, en su momento, una capacidad para 2000 lectores; la superficie que este número de plazas requeriría sería de 4.500 m2. Tanto por su importancia académica, como por la gran superficie necesaria, la biblioteca sería una de las dependencias más importantes y acabaría imprimiendo carácter al edificio en su conjunto.

 



VISTA DEL RECTORADO DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA

Ver mas imágenes del Rectorado


En los años ochenta tienen lugar importantes obras en el Campus de Cantoblanco, que permiten su expansión; se construyen nuevos edificios de facultades y se amplían las instalaciones deportivas. En definitiva, se consolida la universidad como uno de los más importantes entramados investigadores y docentes de la Comunidad de Madrid. Su arquitectura aséptica, ordenada y repetitiva, podríamos encuadrarla dentro de ese estilo internacional del vidrio y el muro continuo, donde el ladrillo de las abundantes cerámicas de la cercana Alcalá de Henares aporta calidad y textura.

   

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