Ciencia y Cultura


OPUS NIGRUM

 

Opus Nigrum. Yourcenar,  Marguerite.

Traducción de Emma Calatayud. El País. Madrid, 2005.

 
 
 
 

EL AUTOR

Nacida en Bruselas, hija de padre francés y madre belga, Marguerite Yourcenar (Marguerite de Crayencour, 1903-1987) es una de las figuras mayores de la literatura francesa del siglo XX. Consumada helenista, poeta ("Fuegos"), ensayista ("Mishima o la vision del vacío"), autora dramática de relieve y narradora destacada (valgan "Alexis o el tratado del inútil combate" y los tres volúmenes de base autobiográfica de "El laberinto del mundo"), traductora excepcional (Cavafis y Virginia Wolf, además de antigua poesía griega, entre otros títulos), el cenit de su obra literaria se halla en la novela histórica, y de modo especial en "Opus nigrum" ("L'Oeuvre au noir") y en Memorias de Adriano, para muchos la cumbre del género en nuestro siglo. Es ya un tópico consignar en la biografía de Yourcenar el dato de que fue la primera mujer elegida miembro de la Academia Francesa; más pertinente sería señalar que Yourcenar pertenece a esa serie de grandes escritores que no merecieron la atención de la Academia Sueca y su Premio Nobel, como Rainer María Rilke, Graham Greene, Juan Rulfo o Jorge Luis Borges, pese a lo cual su difusión ha sido universal.

En su magistral recreación de la vida del gran emperador romano (s. II a. de C.), que escribe, ya enfermo, sus memorias con destino a su nieto, el futuro Marco Aurelio, la autora, apoyada por una vasta erudición histórica y un don poético e histórico excepcional, remodela la biografía de aquel prócer latino, verdadero contemporáneo nuestro por su sensibilidad agnóstica, en un momento en que las creencias en los dioses antiguos habían entrado definitivamente en crisis, y por su heterodoxia filosófica (su concepción de la muerte, el suicidio y el tiempo), y a quien sentimos próximo por su urdimbre sentimental (se hizo mítica su pasión amorosa, de hombre, por su favorito, Antinoo, cuya memoria consagró), sus amplios intereses (amaba las matemáticas, la astronomía, era un estadista, un soldado, un pensador, que admiraba la cultura griega) y su sustantiva humanidad.

 
 

RESUMEN ARGUMENTAL

"Opus nigrum" es otra de las grandes novelas históricas de Yourcenar. Como en "Memorias", la clave del discurso narrativo reside en la interpretación profunda de los personajes y su tiempo, en cuya "intimidad" la novelista se instala. En ella plantea la oposición entre el sabio y los prejuicios, supersticiones, dogmas religiosos, concepciones periclitadas del mundo. Ambientada en la Europa del XVI, en Flandes, que Yourcenar conocía tan bien por sus orígenes belgas, narra la historia del médico, filósofo y alquimista Zenón, espíritu abierto a todos los vientos de la realidad y la historia, que debe convivir con un tiempo de transición esencial entre la Edad Media y el Renacimiento, que Youcenar rememora con la misma felicidad (y facilidad) con que evoca el tiempo de Adriano.

Zenon tiene "la rabia de saber". Ninguno de los saberes de su tiempo le son ajenos, pero es sobre todo un médico interesado en las analogías del cuerpo y el universo, y las relaciones entre el cerebro y los sentidos. Y es asimismo un filósofo escéptico sobre la acción de la Providencia en el mundo, sospechoso de herejía y ateísmo, por lo que será condenado a morir en la hoguera. En vano tratará de ocultarse bajo un seudónimo y disimular sus actitudes. El canónigo amigo y antiguo profesor Bartolomé Campanus pretende en vano que se retracte públicamente, con lo cual conseguiría el perdón de la condena y su puesta más o menos temprana en libertad. Pero Zenón se niega y opta por el suicidio, forma legítima de la libertad (y tema de las "Memorias"), preferible siempre a la muerte ígnea ("mors ígnea") que lo esperaba, "apenas diferente de la agonía de un alquimista que prende por descuido sus ropas en el atanor".

 
 

VALORACIÓN

No quería, pues, Zenón padecer en carne propia el "opus nigrum", es decir, lo que en el lenguaje alquimista designaba "la fase de disolución y de calcinación de las formas, que es la parte más difícil de la Gran Obra". Le espantaba, como dice en el impresionante monólogo final, la muerte en la hoguera, que ya había presenciado. "Hubiérase dicho -leemos- que el conocimiento de lo que iba a suceder alcanzaba súbitamente en él al entendimiento del cuerpo, dando a cada sentido su parte y cuota de horror; vio, sintió y oyó lo que mañana serían en la Plaza Mayor los incidentes de su muerte..."

Zenón decide, pues, su muerte, el modo y tiempo de su fin, en ejercicio supremo de su libertad; y muere así consecuentemente, como víctima de la superstición y la intolerancia. Marguerite Yourcenar ha trazado en esta novela animada, vívida, a veces cruel, el perfil de una época y de un paradigma humano, que de manera oblicua retrata el trágico destino de la sabiduría y la tolerancia en el siglo XX. Zenón es un "científico" "avant la lettre", que no llega a conocer el "opus nigrum", la suprema liberación del espíritu de las cadenas de la materia; pero que conoce sobre todo la experiencia de la libertad: libertad para pensar, para vivir y, en fin, para morir. Todo ello a través de una prosa sabia, que conjuga la cultura máxima con la rigurosa selección de los datos y la tercera persona de la narración con los diálogos y la palpitación existencial del protagonista.