Fecha
Autor
Malacarne, Mª Fabiana. Editorial Hélice Madrid, 2012. 56 páginas

Biotecnología... ¿Qué te cuento?

UN LIBRO DE CUENTOS DIDÁCTICO PARA LA ENSEÑANZA DE LA GENÉTICA Y LA BIOTECNOLOGÍA A UN PÚBLICO INFANTIL<br> Reseña realizada por José Antonio López Guerrero<br> CBMSO (CSIC-UAM)

Como investigador y divulgador científico suelo comentarles a mis compañeros que si no somos capaces de contar de forma sencilla y accesible, pongamos por caso a nuestro vecino o vecina del 5º, nuestros resultados de poyata, nuestra investigación más puntera, estaremos fallando en nuestro cometido social –hay que recordar que el 70% de la investigación de nuestro país procede de fondos públicos aunque éstos sean cada vez más escasos–. Desde esta perspectiva, María Fabiana Malacarne ofrece con la publicación atrevida de su libro "Biotecnología... ¿Qué te cuento?" (Editorial Hélice), un compromiso social fuera de cualquier escala. No solo demuestra tener claros los aspectos socialmente más interesantes de cuestiones biotecnológicas, como los transgénicos, PCR –reacción en cadena de la polimerasa– o conceptos de biorremediación, sino que se ha atrevido, nada más y nada menos, con los lectores más pequeños; con un formato simpáticamente adornado con ilustraciones de María del Puy Jiménez dirigido a curiosos y curiosas de no más de seis u ocho años.

El libro, llevado y presentado en la pasada Feria del Libro en Madrid, representa, según la propia autora, un sueño cumplido. En cualquier caso, llueve sobre mojado. Fabiana Malacarne, ingeniera agrónoma, especializada en genética y mejoramiento de plantas, lleva años como divulgadora de biotecnología y escritora de libros para niños. Quizás, no lo sé, el hecho de haber realizado un doctorado en Filosofía, Ciencia, Tecnología y sociedad ayudó lo suyo.

"Biotecnología... ¿Qué te cuento?" es una pequeña compilación de trece cuentos. Al más puro estilo del 'érase una vez' el lector, incipiente científico o científica, tropezará, seguramente por primera vez en su vida, con la forma en que se sintetizan las proteínas, se modifican seres vivos para múltiples fines o cómo algunos microrganismos son capaces de degradar productos contaminantes de difícil eliminación por otros medios.

Indudablemente, es un libro valiente. En este sentido, el libro pretende ser, según asegura la autora, un material didáctico que apoye la enseñanza de la genética y la biotecnología al público infantil. Es un primer paso en esa larga tarea educativa desde lo conocido a lo desconocido; de lo sencillo a lo complejo. Por supuesto, pretender que el libro tenga un valor científico neto es muy pretencioso y arriesgado. No creo, y es solo mi opinión, que la autora persiga con este agregado de cuentos explicar a un niño de 6-8 años qué es una PCR, los fundamentos de la biología molecular o de la propia biotecnología. ¡Ni falta que hace! El libro navega cómodamente en los mares de Esopo pretendiendo entretener. Si además introduce una gragea de ciencia, de biotecnología, para que los minilectores lo vayan interiorizando –y sus padres aprovechando el arduo proceso educativo–, estaremos ante un valor añadido poco frecuente. Quizás, y haciendo gala de un exceso de celo por mi parte, comentar que entre biotecnofábula y biotecnofábula aparecen algunos términos científicos poco claros –y poco aclarados– para el 'target' destino. Términos como 'gen' o 'genoma' no están lo suficientemente claros, a pesar de las anotaciones extras que a modo de 'caja' aparece sombreada al final de cada capítulo. Añadidas estas aclaraciones finales, más dirigidas al adulto el cual, de una forma u otra, debe interaccionar con el lector de "Biotecnología... ¿Qué te cuento?". No obstante, también es justo insistir que estos pequeños 'nudos' conceptuales no restan un ápice de frescura, sencillez y valor a los cortos relatos –quizás éste sea también un pequeño hándicap: la brevedad de los relatos deja poco espacio al desarrollo explicativo y contextualizador–.

Volviendo al valor –en sus dos acepciones– de la obra, no me resisto a reproducir un pequeño fragmento esclarecedor que aparece a modo de prólogo antes del primer cuento:

"Si pretendemos una sociedad comprometida con las políticas públicas de ciencia y tecnología, que opine y participe activamente en la demanda de investigaciones que resuelvan problemas importantes de salud, alimentación y medio ambiente y que ayuden a mejorar su calidad de vida, necesitamos generar vías de divulgación para acercar los descubrimientos y avances generados en los institutos de investigación. La inclusión de temas relacionados con la Biotecnología desde la educación infantil y primaria permitirá, sin duda, formar una opinión fundamentada de la sociedad, ya que desde la escuela la información se multiplica a los hogares, además de estimular las vocaciones tempranas por las Ciencias de la Vida".

Por supuesto, tal y como se acaba de mencionar, no cabe duda de que, a pesar de lo encriptado del sentido real de los relatos, el libro pretende despertar esas vocaciones científicas tempranas. A las cortas edades a las que pretende llegar "Biotecnología... ¿Qué te cuento?", cualquier concepto que en un futuro pudiera ser útil, será más fácilmente comprendido y recordado si se percibe a través de un cuento que como libro de texto. Según se explica en el comienzo, "los cuentos parten de situaciones conocidas o cotidianas, como el hecho de lavar la ropa o de la correcta alimentación, y en dos o tres páginas se explica cómo se usan enzimas para quitar las manchas o cómo se produce el arroz dorado reforzado con provitamina A y hierro, respectivamente. Un cuento representa un formato que impregna la experiencia humana desde los primeros días de nuestra existencia, mostrándonos héroes y villanos, vocabulario, conceptos, y hasta razones para la esperanza". No puedo estar más de acuerdo. Y, por si fuera poco, la editorial no se ha olvidado de la retroalimentación al incluir, al final del libro, una encuesta referente a la calidad, aplicabilidad y utilidad de los cuentos para las clases, o actividades que la persona adulta considere adecuadas para los niños. Otro test, dirigido a esos niños, ofrece incluso la posibilidad de hacer un dibujo final que permitiría participar en un pequeño concurso.

Solo con la enseñanza desde críos de conceptos en biotecnología podremos llegar a tener una sociedad decidida, informada y, por lo tanto, menos susceptible a conspiranoicos y catastrofistas, una importante espada de Damocles que pende sobre el desarrollo biotecnológico actual en algunos países –pongamos a Europa como ejemplo–.

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