ENERGÍA
NUCLEAR,
NO GRACIAS
Además
de rechazar cualquiera de sus aplicaciones militares,
Greenpeace se opone a la utilización de la energía nuclear
para la generación de electricidad.
La
energía nuclear es uno de los errores tecnológicos, ecológicos,
sociales y económicos más graves de nuestro tiempo. Catástrofes
como la de la central nuclear de Chernóbil y la mera existencia
de los residuos radiactivos (que serán enormemente peligrosos
durante decenas de miles de años) son prueba palpable de
todo ello.
La
energía nuclear es además innecesaria porque ya existen
otros recursos energéticos limpios (eficiencia energética
y energías renovables) con un potencial y un desarrollo
tecnológico tal que hacen posible abandonar fácilmente la
energía nuclear en España y en el mundo. Lograrlo es tan
sólo un problema de voluntad política.
Greenpeace persigue
el abandono de la energía nuclear en todo el mundo dado
que es una tecnología obsoleta e ineficiente, peligrosa,
contaminante, cara e innecesaria desde el punto de vista
energético.
En
España, tras el cierre definitivo de la central nuclear
de Vandellos-I en 1990, que sufrió un grave accidente en
1989, quedan aún 9 reactores en funcionamiento, todos ellos
con importantes problemas de seguridad, fallos de diseño
y de funcionamiento.
El
Gobierno debe poner en marcha un plan de cierre progresivo
pero urgente de todas las centrales nucleares, empezando
por el cierre inmediato y definitivo de las de primera generación:
Zorita (Guadalajara) y Santa María de Garoña (Burgos).